Una sacerdotisa norteamericana celebra misa en Londres
La celebraci¨®n de la eucarist¨ªa por una mujer sacerdote en Londres ante un grupo de cristianos feministas ha suscitado la condena y el rechazo de la jerarqu¨ªa de la Iglesia de Inglaterra. Suzanne Fageol, ordenada en Estados Unidos, celebr¨® el domingo por la noche, a la intemperie y con una temperatura proxima a los cero grados, una misa ante unas 80 personas, miembros de la comunidad de Santa Hilda. El grupo, en el que hab¨ªa una docena de hombres, asisti¨® a una ceremonia en cuya liturgia la referencia a Dios se hizo con la palabra Ella."Lo que hemos hecho no es un acto de desario", dijo Fageol despu¨¦s de la celebraci¨®n eucar¨ªstica. "Fue un deliberado acto de fe, testimonio y responsabilidad pastoral". La sacerdote neg¨® que hubiera actuado ilegalmente, seg¨²n la acusaci¨®n realizada por el obispo de Londres, Graham Leonard.
El prelado manifest¨® que Fageol se hab¨ªa comprometido con su obispo de Chicago a no celebrar en el Reino Unido ning¨²n acto lit¨²rgico en calidad de sacerdote. Seg¨²n la ley de la Iglesia de Inglaterra, toda persona ordenada del extranjero debe contar con los permisos del obispo y del arzobispo correspondientes al lugar en que piensa desarrollar su ministerio. Fageol consigui¨® un permiso para otra di¨®cesis como di¨¢cono, pero no solicit¨® autorizaciones adicionales.
La comunidad de Santa Hilda hab¨ªa sido advertida el s¨¢bado por el arzobispo de York, John Habgood, de los peligros que conllevaban sus planespara el proceso de ordenaci¨®n de mujeres por la Iglesia de Inglaterra, un conflictivo extremo que amenaza con crear un cisma por la oposici¨®n que suscita en parte de la Iglesia. En un servicio celebrado ante el Movimiento para la Ordenaci¨®n de Mujeres, Habgood, partidario de darles entrada como sacerdotes, dijo: "Si la necesidad b¨¢sica es mantener la atm¨®sfera de confianza, me parece que el intento por un medio u otro de saltarse una clara decisi¨®n del S¨ªnodo General nos lleva por el camino equivocado".
El S¨ªnodo General de la Iglesia de Inglaterra acord¨® el pasado verano analizar los medios de conceder a las mujeres el derecho a la ordenaci¨®n.
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