La acusacion pide 12 a?os de c¨¢rcel para un polic¨ªa que mat¨® a un joven

La acusaci¨®n en el juicio por la muerte de Sergio Pleguezuelos, de 18 a?os, ocurrida en septiembre de 1985 en Granada por disparo del polic¨ªa nacional Antonio Miugorance, intent¨® demostrar ayer que el tiro le entr¨® por la espalda cuando ¨¦ste hu¨ªa, y solicit¨® 12 a?os de prisi¨®n para el polic¨ªa por un supuesto delito de homicidio. La defensa, que pide la libre absoluci¨®n, mantiene que el polic¨ªa dispar¨® cuando Pleguezuelos trataba de apu?alar a otro compa?ero que le persegu¨ªa, y que tras un forcejeo hab¨ªa ca¨ªdo al suelo.

Durante la ma?ana de ayer, Antonio Mingorance fue sometido a un minucioso interrogatorio por parte del acusador Dar¨ªo Fern¨¢ndez, sin que el agente incurriera en contradicciones aparentes. En las conclusiones provisionales, el fiscal ha pedido tres a?os de prisi¨®n menor por un presunto delito de homicidio con la eximente incompleta de defensa ajena.El juicio comenz¨® con la solicitud de Dar¨ªo Fern¨¢ndez de que fuera suspendido hasta que el procesado se deshiciera del uniforme y de su arma reglamentaria. Tambi¨¦n pidi¨® que se llevaran a juicio las armas que, seg¨²n la polic¨ªa, esgrim¨ªa Pleguezuelos cuando fue sorprendido en el interior de un restaurante al que hab¨ªa forzado la puerta.

La vista se reanud¨® despu¨¦s de que el agente fuera desarmado y que el presidente del tribunal admitiera la validez de las armas blancas, una navaja y un cuchillo, que sustitu¨ªan a las extraviadas. Seg¨²n Mingorance, ¨¦l y otro polic¨ªa acudieron al restaurante donde se encontraba Sergio Pleguezuelos, quien sali¨® de all¨ª huyendo ante la presencia de los dos polic¨ªas y de otro m¨¢s de una dotaci¨®n de refuerzo. El joven fue perseguido por uno de los agentes quetropez¨® y cay¨® al suelo. Pleguezuelos intent¨® apu?alarlo y Mingorance dispar¨®. Seg¨²n el fiscal, las pruebas forenses no han podido determinar si la bala entr¨® por el pecho o por la espalda. Mingorance dijo que el disparo era intimidatorio y dirigido a las piernas, aunque reconoci¨® que no tuvo "tiempo de apuntar".