Monnet, del olvido a la gloria del Pante¨®n
La bandera azul de las 12 estrellas onde¨® ayer por primera vez en el Pante¨®n de Par¨ªs durante el acto de traslado de los restos de Jean Monnet, el padre de Europa, enterrados hasta ahora en el pueblecito franc¨¦s de Bazoches-sur-Guyonne. La Comunidad Europea (CE) estuvo representada al m¨¢s alto nivel en la ceremonia, presidida por Fran?ois Mitterrand: cuatro jefes de Estado -de Luxemburgo, la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), Grecia y Portugal- y seis jefes de Gobierno, los de la RFA, Espa?a, B¨¦lgica, Irlanda, Holanda y Luxemburgo. El Reino Unido, Dinamarca e Italia enviaron una representaci¨®n ministerial. Durante el acto, la Orquesta Nacional de Francia interpret¨® el Himno a la alegr¨ªa, de Beethoven, convertido en himno oficial europeo.El traslado de los restos al Pante¨®n es el acto central de los homenajes dedicados a Monnet con motivo del centenario de su nacimiento. El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, le rindi¨® un homenaje previo en la Sorbona.
Jean Monnet, una personalidad clave en la construcci¨®n de Europa, recibe, con el traslado de sus restos al lugar donde descansan las glorias nacionales, la reparaci¨®n de una Francia que le hab¨ªa olvidado. Pero hace menos de un mes una encuesta revelaba que ¨²nicamente el 7% de los franceses sab¨ªa qui¨¦n era Monnet.
"Hay dos clases de hombres, los que quieren ser algo y los que quieren hacer alguna cosa", repet¨ªa Monnet. ?l era, sin duda, de los segundos, y esa cosa era Europa. Fran?ois Fontaine, uno de sus colaboradores, dec¨ªa de ¨¦l: "No abordaba nunca m¨¢s de un problema a la vez; era un hombre de una sola idea, a la que dedicaba toda su energ¨ªa y su persuasi¨®n". Nacido en Cognac -"all¨ª se sabe que esperar es la ¨²nica manera de hacer un buen producto", dec¨ªa- su labor en la edificaci¨®n de la nueva Europa comienza efectivamente cuando, en abril de 1951, la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), Francia, B¨¦lgica, Holanda, Luxemburgo e Italia firman en Par¨ªs el tratado de creaci¨®n de la Comunidad Europea del Carb¨®n y del Acero (CECA), que Monnet promov¨ªa desde un a?o antes.
CaIificado por sus enemigos de "esp¨ªritu saturnal", el futuro presidente de la CECA hab¨ªa alentado durante la II Guerra Mundial un proyecto de uni¨®n entre Francia y el Reino Unido, que deb¨ªan tener, en su opini¨®n, .un solo Gobierno, un solo Parlamento y un solo Ej¨¦rcito". Inesperadamente aprobado por Winston Churchill, primer minis-
tro brit¨¢nico, y por Charles de Gaulle, jefe del Estado franc¨¦s, el proyecto fracasa.
Germen de la CE
Despu¨¦s de fundar la CECA, primer germen de la actual CE, Monnet preconiza una comunidad europea de defensa, que consigue la luz verde de cinco naciones, pero no la de su pa¨ªs, Francia.
En 1954 abandona la presidencia de la CECA y un a?o m¨¢s tarde funda el Comit¨¦ de Acci¨®n para los Estados Unidos de Europa, que trabaja en la preparaci¨®n de los Tratados de Roma, los textos fundacionales de la CE. En los a?os sesenta se enfrenta con De GauHe cuando el general lanza su famoso no a la entrada del Reino Unido en la CE, que ¨¦l hab¨ªa negociado con el primer ministro Edward Heath.
Las discrepancias entre Monnet y De Gaulle vienen de lejos y sus relaciones sufren altibajos Cuando alguien le pregunta, tras el fracaso de la uni¨®n franco-brit¨¢nica, por qu¨¦ se va a Estados Unidos, responde: "En Londres no hay sitio para De Gaulle y para m¨ª".
Monnet, un hombre de 1,66 metros de estatura, sin t¨ªtulos acad¨¦micos y a quien le gustaba quedar en segundo plano, que odiaba hablar en p¨²blico, admiraba la elocuencia de De Gaulle y de los pol¨ªticos que ten¨ªan el don de la palabra, como Churchil o Franklin D. Roosevelt.
Carente de vanidad y de ambici¨®n personal, fue todo lo contrario de un pol¨ªtico al uso. Pero su pasi¨®n alcanz¨® a su vida privada. En 1929 conoce en Par¨ªs a Silvia, italiana, casada, y 20 a?os m¨¢s joven. Cinco a?os despu¨¦s se casan en Mosc¨², el ¨²nico lugar donde en aquella ¨¦poca alguien pod¨ªa divorciarse y volver a casarse en 24 horas.
No demasiado culto, aunque s¨ª sabio -devolv¨ªa los informes largos y detallados a sus colaboradores con la indicaci¨®n: "demasiado inteligente, reh¨¢galo"-, muri¨® rodeado de indiferencia el 16 de marzo de 1979. Sin embargo, desde entonces hasta hoy, Europa, su obra, ha crecido de nueve pa¨ªses a doce.
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