Miguel Boyer, la baza de 'los Albertos'
Un nuevo paso para el control del Banco Espa?ol Central de Cr¨¦dito
El nombramiento de M¨ªguel Boyer como presidente de Cartera Central representa el movimiento m¨¢s evidente de la ofensiva que Alberto Cortina y Alberto Alcocer van a desplegar para hacer valer sus derechos patrimoniales en el nuevo Banco Espa?ol Central de Cr¨¦dito (BECC), que nace de la fusi¨®n entre el Banco Central y el Espa?ol de Cr¨¦dito. En otras palabras, Boyer constituye la alternativa de los Albertos a la presidencia del BECC, pasando previamente por la del Banesto. Es, pues, la alternativa de los Albertos a la figura de Mario Conde.
El actual presidente de Banesto pierde por momentos cotizaci¨®n en el escenario de las altas finanzas espa?olas. Su ascenso vertiginoso empieza a encontrar parang¨®n en una fulgurante ca¨ªda cuyo exponente m¨¢s inmediato ha sido la separaci¨®n de su socio Juan Abell¨®.La separaci¨®n patrimonial entre Conde y Abell¨®, por la cual este ¨²ltimo mantendr¨¢ bajo su control la propiedad de Torreal ha sido consecuencia de unas tensiones cuyo origen nadie se atreve a precisar pero que estuvieron a punto de estallar un d¨ªa antes de la pasada junta de fusi¨®n, celebrada por Banesto el 15 de octubre.
En aquella ocasi¨®n, Abell¨® y tambi¨¦n Conde estuvieron a punto de tirar la toalla definitivamente. Abell¨® lleg¨® a plantear a Conde su retirada del banco como vicepresidente e incluso como accionista. Hay quien cree que al presidente le falt¨® muy poco para presentar su dimisi¨®n, que se habr¨ªa traducido en un esc¨¢ndalo sin precedentes al d¨ªa siguiente.
La cordura salv¨® la junta, lo que garantizaba, en suma, un pacto de caballeros que unas semanas despu¨¦s supuso el acuerdo de segregaci¨®n patrimonial en todas y cada una de las propiedades conjuntas.
Crecen las diferencias
Las diferencias con Abell¨® no son las ¨²nicas. Al margen de los intentos que Mario Conde pueda realizar por aglutinar sus intereses con los de las distintas familias preponderantes en Banesto, la verdad es que tampoco ¨¦stas contemplan con agrado la concentraci¨®n de poder que caracteriza actualmente la gesti¨®n de la primera entidad bancaria espa?ola. Algunos de los consejeros m¨¢s arraigados en la historia de Banesto han comentado ya sin pudor ni recelo la fuerte decepci¨®n que les inspira la gesti¨®n de Conde, "un cerebro privilegiado, indiscutible en su papel de abogado pero peligrosamente audaz para dirigir Banesto".Los mismos consejeros no terminan de entender tampoco la p¨¦rdida de protagonismo que ha sufrido Arturo Roman¨ª -uno de los primeros colaboradores que Conde llev¨® al banco- en beneficio de Juan Belloso, quien "ahora se ocupa de gestionar hasta la cartera de valores".El pecado que se imputa a Conde tiene su ejemplo paradigm¨¢tico en los mismos estatutos de fusi¨®n con el Banco Central, en cuya elaboraci¨®n particip¨® con pu?o y letra el propio presidente de Banesto. En medios jur¨ªdicos se entiende que el presidente de Banesto no ha querido dejar pasar la oportunidad y ha tratado de perpetuar su figura en la c¨²pula del futuro Banco Espa?ol Central de Cr¨¦dito, sin caer en la cuenta de que a veces una rigidez exquisita puede ser contraproducente si existe una norma de rango superior.Esto es lo que ha ocurrido. Los estatutos del BECC limitan en su norte con la ilegalidad, por cuanto vulneran la propia ley de Sociedades, An¨®nimas. La prueba es que han sido rechazados por el registrador y han debido modificarse sobre la marcha. A partir de este momento, una junta de accionistas puede ser suficiente para designar presidente, aunque l¨®gicamente al presidente de un gran banco no se le pueda sustituir con la mera instrumentaci¨®n de la legalidad vigente. Hace falta un consenso previo que evite un enfrentamiento abierto ante miles de accionistas, con el consiguiente quebranto de las estructuras en un sector tan sensible como la banca. Los movimientos han sido claros desde que hace un a?o el grupo Construcciones y Contratas cre¨® con KIO una sociedad -Cartera Central- controlada por el primero en la que se depositaron acciones equivalentes al 12% del capital del Banco Central. El objetivo, a medio plazo, era controlar el banco presidido por Alfonso Esc¨¢mez, que se revolvi¨® en solitario durante unos meses y acab¨® pactando con Banesto una fusi¨®n que pocos ve¨ªan con garant¨ªas de ¨¦xito pero que serv¨ªa para intentar poner puertas al campo.El grupo de Cartera Central apost¨® por continuar la presi¨®n en los dos frentes y se hizo con un paquete del 2% de Banesto mientras manten¨ªa en jaque a Esc¨¢mez. Y acab¨® haciendo pesar la fuerza de las acciones. En la junta general del Banco Central celebrada en junio lograba ampliar su representaci¨®n en ese banco. El verano fue un par¨¦ntesis que se utiliz¨® para ir modificando las bases de fusi¨®n de manera que el poder en el nuevo banco quedara compensado por el juego de los dos consejos de administraci¨®n.
Levantar el veto
Una vez conseguido esto empezaron a moverse para entrar en el consejo de Banesto en funci¨®n del capital que ten¨ªan. Al final consiguieron nombrar tres consejeros -a alguno de ellos Mario Conde hab¨ªa puesto un veto, que tuvo que levantar- y un vicepresidente. El poder qued¨® repartido de forma distinta a como se pretend¨ªa apenas unos meses antes: Conde y Esc¨¢mez ser¨ªan presidentes al tiempo, y el m¨¢ximo ¨®rgano de control estar¨ªa integrado por ellos dos y seis vicepresidentes: dos fieles a Esc¨¢mez -Luis Coronel de Palma y Fernando Abril Martorell-, un representante de las familias tradicionales de Banesto -Ricardo G¨®mez-Acebo-, el cuarto vicepresidente es Juan Abell¨®, cuya separaci¨®n de Conde se hizo p¨²blica poco despu¨¦s, y los dos Albertos. Un nuevo equilibrio, inestable, sobre todo para Conde, que tendr¨ªa que consensuar las grandes decisiones.El siguiente movimiento lo constituye el fichaje de Miguel Boyer como responsable de Cartera Central, que puede transformarse en la baza para entrar en la gesti¨®n de los bancos fusionados junto con el equipo que se ha ido aglutinando en torno a Construcciones y Contratas.
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