El carisma de Alan Bond
El primer momento brillante en la vida de Alan Bond tuvo lugar cuando su barco Australia II conquist¨® la Copa Am¨¦rica de vela en 1983, imponi¨¦ndose a la embarcaci¨®n norteamericana contra todo pron¨®stico. De esta forma, el hombre de negocios australiano se convirti¨® en una celebridad del deporte mundial. Comenzando sus negocios en el sector inmobiliario, ahora dirige un imperio econ¨®mico que se expande por los cinco continentes.Su ¨²ltima batalla la est¨¢ librando en el mercado de Londres, donde intenta el control de las sociedades Allied-Lyons PLC y Lonrho PLC. Ambas tienen un considerable volumen econ¨®mico, y todos los observadores se preguntan qu¨¦ intereses mueven a Alan Bond. Es dif¨ªcil saberlo, pero este hombre de 50 a?os, que hizo su primer mill¨®n de d¨®lares a los 21 a?os, maneja un imperio de empresas que se mueve a gran velocidad y que se centra en cuatro grandes sectores: cervecero, comunicaci¨®n, inmobiliario y minero.
Pese a la fama que tiene Bond de ser un comerciante que se mueve mucho y por instinto, sus defensores puntualizan que ha formado un fuerte equ¨ªpo directivo. Es destacable la fidelidad con que le acogen en Australia: su audacia y ¨¦xito en los mercados financieros internacionales han generado un sentimiento de confianza en sus compatriotas. Sin embargo, ha creado un temor basado en que desarrolla una estrategia de compras y ventas incomprensible para la mayor¨ªa.
, 13 de noviembre
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