Madrid, una de las capitales europeas con peor tr¨¢fico, seg¨²n 'Time'

Madrid es una de las capitales europeas en las que el tr¨¢fico es m¨¢s an¨¢rquico, seg¨²n un informe que publica la revista Time en uno de sus ¨²ltimos n¨²meros. La revista norteamericana analiza el tr¨¢fico de diferentes ciudades europeas y repasa las medidas con que se combaten. Seg¨²n Time, muchos madrile?os consideran conducir "una forma elegante -o no tan elegante- de manifestar su nivel de ingresos y su relevancia social". El Ayuntamiento, asegura, reconoce que es muy poco lo que pueden hacer.La revista destaca que hay en Madrid 1.100.000 veh¨ªculos matriculados, de los que m¨¢s de 50.000 invaden las calles cada a?o. Hay 61.460 plazas legales de aparcamiento. Para combatir esta situaci¨®n, el Ayuntamiento ha preparado un programa "para educar a los an¨¢rquicos madrile?os". El primer bloque de lecciones consiste en una serie de anuncios y panfletos que -llevan por t¨ªtulo Luz roja. Tras esta campa?a de informaci¨®n, y como en otras ciudades, las autoridades promueven una serie de medidas disuasorias: imponer elevadas multas y utilizar el temido cepo para inmovilizar las ruedas de los coches mal aparcados.

El informe contin¨²a con Par¨ªs, donde se hace eco de una campa?a del diario Le Figaro que denuncia el aire irrespirable de la ciudad y el caos econ¨®mico que supone cientos de coches bloqueados diariamente en las calles. "?C¨®mo se prodr¨ªa convencer a los parisienses de que no usen su veh¨ªculo? Elevando las tarifas del aparcamiento en el centro hasta hacerlas prohibitivas". Destaca la revista que las autoridades est¨¢n insistiendo en medidas tecnol¨®gicas para combatir los problemas de tr¨¢fico.

En la Rep¨²blica Federal de Alemania y en los pa¨ªses escandinavos la prohibici¨®n de aparcar en el centro hist¨®rico lleva funcionando mucho tiempo. Esta v¨ªa, afirma Time, ha sido la elegida por varias ciudades italianas, como Roma, que cerrar¨¢ al tr¨¢fico en el centro durante todo el d¨ªa a los no residentes.

Seg¨²n la revista, el centro de Londres sobrevive corno una atracci¨®n tur¨ªstica, pero grandes ¨¢reas continuar¨¢n su inexorable declive hasta que finalmente se conviertan en desiertos urbanos.