Una vista singular

LA RECIENTE visita del primer ministro Karoly Grosz a Madrid ha tenido un car¨¢cter muy distinto a las realizadas hasta ahora a nuestro pa¨ªs por otros dirigentes del Este de Europa. El especial clima de comprensi¨®n que ha rodeado el viaje se ha visto favorecido, en gran medida, por el inter¨¦s que los dirigentes h¨²ngaros han mostrado por el caso espa?ol, como una experiencia que puede ayudarles en sus reformas econ¨®micas y pol¨ªticas. Al admitir -y destacar- ese paralelismo entre la transici¨®n espa?ola y los cambios iniciados en su pa¨ªs, Grosz subraya hasta qu¨¦ punto las concepciones del reformismo h¨²ngaro est¨¢n en varguardia de lo que ocurre en otros pa¨ªses socialistas europeos.Los viajes de Grosz, hace unas semanas a Washington, Londres y Bonn, ahora a Madrid y Par¨ªs, se producen en un momento en que su pol¨ªtica de reforma choca con resistencias conservadoras en sectores de la direcci¨®n h¨²ngara, por no hablar de lo que sucede en otros pa¨ªses del Este, anclados unos en el inmovilismo, mientras en otros las tendencias reformistas sufren quebrantos y retrocesos. Frente a los que rechazan la reforma invocando los costes sociales que acarrea, Grosz encuentra en el ejemplo espa?ol la prueba de que una reconversi¨®n industrial hecha con decisi¨®n puede ser el ¨²nico camino para sanear y modernizar el aparato productivo. El ¨²ltimo viaje oficial del anterior ministro de Industria espa?ol, Luis Carlos Croissier, fue precisamente a Budapest, en donde explic¨® el duro camino de la reestructuraci¨®n del sector industrial.

Pero el paralelismo entre los casos h¨²ngaro y espa?ol es extendido por los dirigentes h¨²ngaros al terreno pol¨ªtico. Buscan semejanzas entre el paso de Espa?a de la dictadura a la democracia y lo que ahora Hungr¨ªa intenta hacer. Se trata de una actitud inimaginable hace apenas unos a?os, porque de facto supone asimilar el sistema comunista vigente a una dictadura fascista. Audacias as¨ª s¨®lo se producen en un momento en que se hunden muchas concepciones tradicionales, en Budapest y tambi¨¦n en Mosc¨². Sin embargo, la apertura h¨²ngara no llegar¨¢ hasta permitir la existencia de varios partidos; una nueva ley legalizar¨¢ asociaciones de diverso car¨¢cter, pero sin tocar por ahora al monopolio del partido comunista.

No es casual que el viaje del primer ministro h¨²ngaro haya tenido lugar en v¨ªsperas de que nuestro pa¨ªs ocupe la presidencia de la Comunidad Europea. La CE ha entrado en una fase de relaciones m¨¢s activas con el Este, y en ese marco, Hungr¨ªa atribuye gran importancia a la titularidad espa?ola en Bruselas, con la esperanza de que ayude a una mejor comprensi¨®n de su situaci¨®n espec¨ªfica. El desarrollo de la cooperaci¨®n econ¨®mica con Occidente es decisivo para la reforma h¨²ngara, que tiene como principales problemas la deuda externa, las inversiones y la renovaci¨®n industrial. Lo que ocurra en Hungr¨ªa tiene significaci¨®n para el futuro del continente, porque si la reforma fracasa se reforzar¨ªan las tendencias conservadoras en otros pa¨ªses del Este y se pondr¨ªa en causa el objetivo de una Europa donde prevalezca la cooperaci¨®n en lugar de la confrontaci¨®n permanente.