?Tendremos que vacunarnos?
La pregunta que encabeza el art¨ªculo no s¨®lo la realiz¨® Groucho Marx en Una noche en la ¨®pera, sino que es repetida por centenares de miles de padres que desconocen si las vacunaciones realizadas a sus hijos lo fueron con preparados activos o inactivos.El problema en s¨ª mismo tiene una importancia limitada, pero pone en evidencia la ineficacia del sistema de Vacunaciones supuestamente "obligatorias" que existe en nuestro pa¨ªs, donde requisitos tan elementales como el lote empleado para la vacunaci¨®n no constan en los documentos vacunales. ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si en lugar de estar inactivadas las vacunas, hubieran sufrido otro tipo de modificaci¨®n peligrosa para la salud? ?C¨®mo podr¨ªan identificarse los sujetos con problemas?
Hace ya dos a?os, quienes esto escriben propusieron, a trav¨¦s de la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica, la necesidad de modificar profundamente la estrategia vacunal en nuestro pa¨ªs por sus evidentes carencias, adapt¨¢ndola a la que es habitual en los pa¨ªses civilizados y que ha conseguido la erradicaci¨®n de enfermedades como el sarampi¨®n o la polio en Estados Unidos, Finlandia, Suecia, etc¨¦tera.
No es un tema este en el que nos podamos permitir el lujo de ser originales cuan do hay experiencias suficientemente contrastadas y evaluadas que han tenido un ¨¦xito del que aqu¨ª se carece.
Esta estrategia estar¨ªa centrada en tres puntos:
l?- Establecer un sistema de registro eficaz" en el que consten el lote empleado, el centro que administra la vacuna, etc¨¦tera, de manera que se puedan detectar las complicaciones que pudieran aparecer, y prevenir los problemas colaterales en casos como el actual. Adem¨¢s ser¨ªa conveniente la creaci¨®n de un organismo del estilo del Center for Diseases Control de Estados Unidos, que evaluara la pol¨ªtica vacunal en cada momento y que tuviera ca pacidad para realizar variaciones en ¨¦sta, caso de ser precisas, as¨ª como de unificar criterios de va cunaci¨®n a nivel estatal 2?.- Hacer las vacunaciones obligatorias realmente, mediante el control de los ni?os vacunados, imponiendo, como se hace en Estados Unidos, que todos deban demostrar antes del ingreso en la escuela primaria o la guardar¨ªa, fehacientemente, el que han sido correctamente vacunados, lo que, con las tasas de escolarizaci¨®n que hay en nuestro pa¨ªs, asegurar¨ªa m¨¢s de ese 95% de cobertura efectiva que se precisa para erradicar estas enfermedades.
Un problema adicional est¨¢ en el seguimiento de comunidades de riesgo por su marginaci¨®n social, por ejemplo el caso de los gitanos, sobre las que habr¨ªa que dirigir una intervenci¨®n espec¨ªfica.
3?.- Cambiar el calendario vacunal adapt¨¢ndolo a las necesidados reales, fundamentalmente iniciando a los dos meses la vacunaci¨®n DTP y realizando la antipolio intramuscular, una vez que se haya asegurado una cobertura vacuffial suficiente.
La realidad es que, como suele suceder, cuando las propuestas proceden a sectores ajenos a la burocracia de la propia Administraci¨®n no se ha avanzado pasos en el tema. Y as¨ª, seg¨²n el propio Ministerio de Sanidad y Consumo, el pasado a?o hubo ,nueve casos de poliomielitis, 27.000 de tosferina, 35.000 de sarampi¨®n, 33.000 de rubeola y 49.000 de parotiditis, casos declarados, pues todo el mundo reconoce que el n¨²mero global es superior al no existir un sistema eficaz de registro ni de declaraci¨®n.
Compromiso
El caso m¨¢s grave es que la cobertura vacunal real sigue siendo desconocida, existiendo estudios, aunque parciales, que se?alan en algunas zonas hasta un 40% de ni?os mal vacunados. As¨ª parece imposible que se llegue a erradicar estas enfermedades, por cierto, uno de los 38 objetivos para Europa de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, que nuestro pa¨ªs se ha comprometido a realizar.
En todo caso, hay que se?alar que la situaci¨®n es variable y que algunas comunidades aut¨®nomas parecen haber abordado seriamente el problema sin que, desde luego, haya una pol¨ªtica unificada, lo que puede crear verdaderas bolsas de ciudadanos no vacunados y por tanto potencialmente sujetos a padecer estas enfermedades.
En fin, estamos en el pa¨ªs de la peste porcina, de la peste equina, de las vacunaciones inactivadas... Esperemos que el bendito 92 nos haga, a la vez que recordar el descubrimiento de Am¨¦rica, descubrir que en Am¨¦rica del Norte llevan ya a?os realizando una pol¨ªtica vacunal seria, que est¨¢ dando resultados.
Firman esta tribuna, adem¨¢s de
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