Najibul¨¢, en situaci¨®n dif¨ªcil
El presidente Najibul¨¢ sufri¨® un intento de golpe de Estado el 30 de octubre pasado, seg¨²n un informe del servicio de espionaje muyahidin. El documento a que tuvo acceso esta enviada asegura que disidentes parchamis, leales al depuesto presidente Babrak Karmal, colocaron una bomba en una academia del Ej¨¦rcito, donde Najibul¨¢ ten¨ªa previsto celebrar un mitin. La bomba fue descubierta horas antes por el comandante de la guardia presidencial, Mohamed Amin Alam Yar.La intentona golpista provoc¨® la suspensi¨®n del pleno del Partido Comunista Afgano y la detenci¨®n de 410 personas, de las que 250 son militares y 110 trabajaban en el Ministerio de Seguridad del Estado. De ellas, algunos ocupaban cargos de alta responsabilidad, como Baha, jefe de las Fuerzas de Tierra, del Ministerio de Defensa, y Razmeda, viceministro de Seguridad del Estado.
El informe alude tambi¨¦n a un presunto enfrentamiento entre las facciones jalqui (base) y parcham (intelectual) del Partido Comunista Afgano. Tanto Najibul¨¢ como Karmal pertenecen a la linea parcham, que a su vez se dividi¨® en dos cuando los sovi¨¦ticos obligaron a Karmal a dimitir.
Humillados y forzados a entrar en las filas del Ej¨¦rcito, los jalquis se unieron a la facci¨®n parcham de Karmal y presentaron a Mosc¨² sus propuestas: suspensi¨®n de la retirada sovi¨¦tica y del proceso de reconciliaci¨®n nacional y declaraci¨®n de ley marcial; destituci¨®n de Najibul¨¢; regreso a las bases y posiciones que ten¨ªan.
La Uni¨®n Sovi¨¦tica rechaz¨® el plan y advirti¨® a Najibul¨¢ al respecto. Gulabzoi, ministro del Interior y jefe de los jalquis, tuvo entonces un enfrentamiento con el presidente. ?ste hab¨ªa dado orden de adscribir al Ministerio de Defensa el regimiento de las Fuerzas Revolucionarias de Defensa, hasta entonces dependientes del Ministerio del Interior, y el traslado del ¨²ltimo cargamento de armas de ese ministerio al de Defensa.
El enfrentamiento entre ambos se sald¨® con la intervenci¨®n del embajador sovi¨¦tico en Kabul, Vorontzov, quien dispuso el env¨ªo a Mosc¨² como embajador afgano de Gulabzoi, para tenerlo bajo control. El documento concluye que esto no significa que Najibul¨¢ goce del apoyo sovi¨¦tico. A?ade que, por el contrario, planean sustituirle por el actual primer ministro de Afganist¨¢n, Hasan Sharq, un hombre que no es miembro del partido comunista y que la URSS considera que facilitar¨¢ la negociaci¨®n con los rebeldes.
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