Pobre ni?a rica
Toda Grecia llora la muerte de Cristina Onassis, figura tr¨¢gica, que termin¨® sus d¨ªas la semana pasada en Buenos Aires, a sus 37 a?os, v¨ªctima de un edema pulmonar. La noticia ha estremecido a una opini¨®n p¨²blica que ve¨ªa en ella a la representante de un cierto sue?o nacional en el que el nombre de Onassis significaba tanto genio empresarial como ¨¦xito social. Es el "fin de una dinast¨ªa", como titulaba un peri¨®dico, al destacar que la inmensa fortuna familiar -estimada en unos 1.000 millones de d¨®lares (unos 120.000 millones de pesetas)- pasar¨¢ ahora a la peque?a Athina, la ¨²nica hija, de tres a?os y medio, de Cristina.Miembro eminente de la jet society, Cristina era admirada y envidiada, pero hab¨ªa un reverso de la medalla. Toda su vida estuvo sembrada de dramas y decepciones en su b¨²squeda de una felicidad que parec¨ªa estarle prohibida. Nacida un 12 de diciembre en Nueva York, pas¨® su infancia rodeada de lujo y guardaespaldas, conociendo a gobernantes y saltando de la megal¨®polis norteamericana a la exclusiva avenida Foch de Par¨ªs y al islote Skorpios, en el mar J¨®nico, que su padre hab¨ªa transformado en un para¨ªso.
Cuando ten¨ªa 10 a?os, sus padres se divorciaron. Su madre, Tina Livanos, hija del gran armador Livanos, se casar¨ªa despu¨¦s con el marqu¨¦s de Brandford y, en 1970, con el gran rival de Onassis, Stavros Niarchos. Su padre, Arist¨®teles, vivir¨ªa un amor tr¨¢gico con la cantante de ¨®pera Mar¨ªa Callas y se casar¨ªa m¨¢s tarde, en 1968, con Jackie Kennedy, la viuda del asesinado presidente de Estados Unidos, John. Cristina busc¨® escapar de su c¨ªrculo familiar cas¨¢ndose, sin el consentimiento de su padre, con Joseph Bolker, un rico agente inmobiliario norteamericano de 25 a?os. El matrimonio nunca tendr¨¢ la aprobaci¨®n del padre y la pareja acabar¨¢ divorci¨¢ndose 10 meses m¨¢s tarde.
Muertes en familia
El primer drama de Cristina se produjo el 22 de enero de 1973, cuando su hermano Alexandro, el preferido de su padre, muri¨® en un accidente a¨¦reo en Atenas. Ella se desesper¨® con su desaparici¨®n y se intent¨® suicidar. Un a?o y medio despu¨¦s, en octubre de 1974, fue su madre, Tina, la que se suicid¨® en circunstancias misteriosas.
La serie negra no hab¨ªa finalizado, sin embargo, para Cristina. Su padre, que no se pudo recuperar de la p¨¦rdida de Alexandro -a quien ¨¦l hab¨ªa formado para sucederle-, muri¨® en Par¨ªs en marzo de 1975. Cristina se encontr¨® entonces, a sus 25 a?os, a la cabeza de un imperio econ¨®mico. Tan inmensamente rica como sola, intent¨® romper su soledad con el matrimonio, como hab¨ªa visto hacer a su padre. Eligi¨® a un rico armador griego Alexandre Andreadi, y se casaron en julio de 1975. Matrimonio de convenc¨ªencia m¨¢s que de amor, se produjo un nuevo fracaso el y divorcio sobrevino un a?o despu¨¦s.
Encontr¨® entonces a un funcionario sovi¨¦tico, Serguei Kausov, con quien se cas¨® en 1978, tras superar numerosas trabas y vivir m¨²ltiples peripecias. Se instal¨® con ¨¦l en un apartamento de dos habitaciones de Mosc¨², y parec¨ªa, por fin, feliz. La felicidad, sin embargo, no durar¨ªa mucho y la pareja se separ¨® dos a?os m¨¢s tarde. Su cuarto y ¨²ltimo matrimonio parec¨ªa ser el mejor. En marzo de 1984, Cristina y Thierry Roussel, un empresario franc¨¦s de buena familia, se casaban en Par¨ªs. Diez meses despu¨¦s nac¨ªa Athina, la primera hija de Cristina, bautizada con una gran fiesta en el islote Skorpios.
Pese a la apariencia de calma, la pareja no marchaba bien y el divorcio -el cuarto para Cristina- se produjo en mayo de 1987. La muerte la sorprendi¨® cuando, seg¨²n sus allegados, se dispon¨ªa a contraer matrimonio por quinta vez con un amigo dela familia, Jorge Tchomelkdjoglou, en Argentina.
Los amores desgraciados de Cristina no le impidieron administrar con mano maestra, con la ayuda de los m¨¢s fieles colaboradores de su padre, la fortuna colosal del rey de los mares. A su muerte, Arist¨®teles hab¨ªa dejado a su hija la mitad de sus bienes -500 millones de d¨®lares-, m¨¢s una renta anual de 250.000 d¨®lares. La otra mitad fue depositada en Liechtenstein, para la creaci¨®n de una fundaci¨®n de utilidad p¨²blica denominada Alexandro Onassis, que dispone de un centro cultural en Nueva York y una moderna cl¨ªnica cardiol¨®gica en Atenas, y otorga anualmente tres premios de 100.000 d¨®lares cada uno y becas a j¨®venes griegos.
Formidable imperio
Cristina pose¨ªa, a su muerte, acciones en numerosas sociedades petroleras en Estados Unidos, empresas en Argentina y Uruguay, intereses en Arabia Saud¨ª y villas o apartamentos en Nueva York, Par¨ªs, Montecarlo y Saint Moritz (Suiza).
Pero el n¨²cleo del formidable imperio Onassis sigue siendo la flota de 11 petroleros y 14 barcos de carga, administrados por la Springfield Shipping Company, que suman 2,6 millones de toneladas.
Todos estos bienes quedar¨¢n exclusivamente para Athina, bajo la tutela de su padre. La ¨²ltima representante de la dinast¨ªa Onassis comienza as¨ª, antes de cumplir cuatro a?os, su dif¨ªcil destino.
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