Eduardo Mendoza pide respeto para los signos de puntuaci¨®n

El Sal¨®n de Grados de la facultad de Filolog¨ªa de la universidad Complutense de Madrid, un espacio para unas 50 personas en el que iban a hablar de sus t¨¦cnicas narrativas los escritores Eduardo Mendoza, Soledad Pu¨¦rtolas y Javier Mar¨ªas, qued¨® ayer diminuto nada m¨¢s abrir sus puertas. Decenas de estudiantes se agolpaban en los pasillos con la intenci¨®n de entrar y o¨ªr en persona a los tres narradores.Al final se consigui¨® autorizaci¨®n para que la curiosidad estudiantil ocupara el paraninfo de la facultad que a duras penas acogi¨® a centenares de estudiantes.

Eduardo Mendoza, de 45 a?os, autor de La ciudad de los prodigios, lament¨®, en su intervenci¨®n, que las escuelas no se ocupen de ense?ar el uso correcto de los signos de puntuaci¨®n. A partir de unos p¨¢rrafos seleccionados entre algunos de sus libros, brome¨® sobre los distintos significados que una frase puede tener seg¨²n la forma correcta o incorrecta en que hayan sido utilizados dichos signos y cont¨® su absoluto odio por los dos puntos, los par¨¦ntesis, los guiones o los puntos suspensivos.

Soledad Pu¨¦rtolas, de 41 a?os, prefiri¨® hablar de la importancia que en la narrativa tienen las historias y los personajes secundarios. La creadora de Burdeos asegur¨® que en sus relatos los personajes secundarios tienen tanta importancia como la historia principal.

Javier Mar¨ªas, de 39 a?os, opt¨® por hablar de las dificultades que supone el hacer cre¨ªbles para el lector los tres planos que intervienen en la narraci¨®n. A partir de El hombre sentimental explic¨® c¨®mo es cre¨ªble lograr que lo vivido, lo so?ado y lo imaginado formen una unidad.

En el coloquio, Mendoza fue el m¨¢s requerido por los asistentes.