La duda inspirada

En esta ocasi¨®n ha sucedido algo que no sucede nunca. Siempre que paso unos d¨ªas en Madrid hay unas horas -generalmente del atardecer- en que voy a charlar sin prisas con Mar¨ªa Zambrano. El tiempo pasa lento y la palabra de la escritora levanta el vuelo para sacarme un poco de m¨ª mismo, de la realidad ciudadana. Pero precisamente ayer que estaba en Madrid, no pude ver a la escritora. Habl¨¦, sin embargo, con ella por tel¨¦fono, pero llegamos a la conclusi¨®n de no vernos. Ella estaba acuciada por sus males f¨ªsicos y yo por mis prisas. Lo que no supe hasta unas horas m¨¢s tarde es que la concesi¨®n del premio Cervantes era noticia que le afectaba muy directamente a ella, que Mar¨ªa era finalista y que, al parecer, su candidatura pesaba.Me resulta por ello dificil escribir estas palabras de urgencia cuando dejo Madrid; saber que hoy no podremos continuar nuestra interrumpida conversaci¨®n; conversaci¨®n que quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa tenga forma de libro. Hoy la noticia es el premio, el reconocimiento p¨²blico. Y como estas son palabras que poco han tenido que ver (de una manera provechosa) con su persona me resulta dif¨ªcil reflexionar con serenidad, hablar tembloroso de las dudas y misterios de siempre, subrayar su heterodoxia, preguntarme por las razones de esta republicana que dialoga con los m¨ªsticos.

?Volver a hablar otra vez de iniciaci¨®n, de una obra que no tiene el eco que debiera tener porque as¨ª lo exige su mensaje, la dificultad del mismo?, y, sin embargo, su palabra es clara como el agua. Y escribe como habla, con fluidez, con intensidad siempre. Tambi¨¦n otra vez hay que recordar -?es ello posible?- la maravillosa conjunci¨®n que en Mar¨ªa Zambrano se da entre poes¨ªa y pensamiento. Pero ?es ello posible?, nos preguntamos de nuevo.

Todos los escritores esenciales han mantenido esa lucha terrible entre raz¨®n y extrav¨ªo f¨¦rtil, entre lo que dice el cerebro y lo que el coraz¨®n revela. Lo normal es que la vida siga s¨®lo un cauce, pero hay vidas que padecen esa tensi¨®n de extremos con un radicalismo inusitado, esa bifurcaci¨®n de caminos. El compromiso pesa en ella tanto como los astros, el vivir como el desvivirse.

En Mar¨ªa Zambrano tambi¨¦n se da esta situaci¨®n cr¨ªtica, este dolor de vivir en el m¨¢s alto grado de conciencia. Pero ella lo ha resuelto por la v¨ªa del silencio y de la palabra. Callar para descreer, para vaciarse, para no ser. Pero tambi¨¦n escribir para dejar huella de su paso por el mundo, para dejar frutos de excepci¨®n como El hombre y lo divino o Hacia un saber sobre el alma, para recrear mensajes como los de S¨¦neca o San Juan de la Cruz, para hacerse preguntas sobre nuestra contienda civil y tambi¨¦n aquellas otras preguntas, m¨¢s graves, de siempre.

No acierto a neutralizar en estos momentos la urgencia de la noticia -la concesi¨®n a Mar¨ªa Zambrano del premio Cervantes- con mis razonamientos, por eso busco simplemente en mi memoria una frase que sintetice su ejemplo, su experiencia vital, su raz¨®n de ser entre nosotros, y como una luz, recuerdo ¨¦sta: "Lo ¨²nico que importa es orar y descreer. Orar, claro est¨¢, como oran los poetas". Descreer, creo yo, para no ser, que es el ser de los dioses.