Finalmente, poema

Mar¨ªa Zambrano era la ¨²ltima exiliada. Fue redescubierta hace pocos a?os por una generaci¨®n de j¨®venes poetas y profesores que se sintieron atra¨ªdos por un verbo que se hab¨ªa tejido en la ausencia de Espa?a, aunque en ¨¦l, sin embargo, jam¨¢s Espa?a estuvo ausente. Ahora, despu¨¦s de conocerla, y a pesar de que ella no suele releer su escritura, ?qui¨¦n no la sigue frecuentando?Acostumbraba a estructurar con m¨²sica verbal su pensamiento y descifraba su m¨¢s hondo sentir rescatando momentos escondidos entre filosof¨ªa y poes¨ªa, en un acto de entrega. Palabras de fuego para el entendimiento ajeno que despertaron en los ¨²ltimos tiempos al sector m¨¢s radical de la poes¨ªa contempor¨¢nea.

Para Zambrano, escribir es el acto de retener palabras y de reconciliarse con ellas, y tambi¨¦n la historia de un poder de comunicar. ?Qui¨¦n no compartir¨ªa su idea del verbo creador como palabra problem¨¢tica en la l¨ªnea de Val¨¦ry? He aqu¨ª un tono que busca, lucha y reconquista la voz originaria.

Los escritos de Mar¨ªa Zambrano comunican un estado contemplativo, lanzan su reto a la raz¨®n racionalista y crean un estilo que llegar¨¢ a afirmar que toda historia y toda filosof¨ªa han de ser inevitablemente poema.

Nunca he le¨ªdo p¨¢ginas m¨¢s certeras que las que ella ha firmado a prop¨®sito de Juan de la Cruz, el Quijote o la Celestina. Ah¨ª desnuda amorosamente el viaje de estas criaturas literarias, y como ocurre con ellas, el gesto y el sue?o de Mar¨ªa Zambrano nos salen al camino dej¨¢ndonos la huella de la m¨¢s trascendida libertad. Y es ese sue?o de libertad tejido por Mar¨ªa Zambrano entre palabras y silencio el que propone en su viaje, el que define los nombres m¨¢s apropiados al vuelo de los hombres: "Mi amado, las monta?as".