La palabra precisa

MAR?A ZAMBRANO, que ayer fue galardonada con el principal premio de las letras espa?olas, el Cervantes, es un s¨ªmbolo de la Espa?a transterrada a la que el drama del exilio no pudo doblegar jam¨¢s. Autora de una prosa imaginativa y f¨¦rtil, convirti¨® esa circunstancia vital del destierro en un motivo de reflexi¨®n que, por decirlo de esta manera, la hizo a¨²n m¨¢s espa?ola. Su regreso, el 20 de noviembre de 1984, supuso un reencuentro que ella hizo parecer tambi¨¦n una met¨¢fora de su propia vida: espartana y silenciosa, alejada del ruido y de la furia comunes a la vida intelectual, sigui¨® pensando en solitario y paseando muy levemente su cuerpo escueto por un pa¨ªs que la recibi¨® como si viniera con ella su propia memoria.El galard¨®n de ayer representa el reconocimiento a una labor constante y at¨ªpica, llena de poes¨ªa y de amor a las palabras, y representa tambi¨¦n un homenaje a quien ha convertido su obra de creaci¨®n filos¨®fica y po¨¦tica en una pregunta sobre la esencia de Espa?a. Cioran dijo de ella que tiene "el don de dejar caer la palabra imprevisible y decisiva". Como el propio Cioran, Mar¨ªa Zambrano lleg¨® a esa perfecci¨®n desde la pr¨¢ctica constante de la duda. Su reconocimiento de ayer es tambi¨¦n el de una idea que ha circulado, maltratada, por las venas de la mejor historia espa?ola: la idea de la tolerancia, el ejercicio insobornable de la imaginaci¨®n.