Que viene el lobo
El ciudadano argentino que segu¨ªa desde su casa la crisis militar, con indignaci¨®n y desesperanza, comenz¨® a comprender al caer la tarde de ayer que esta vez la dram¨¢tica llamada del pastor era m¨¢s desesperada que nunca: el lobo est¨¢ ah¨ª, a 20 kil¨®metros del centro de la ciudad, y ya no queda m¨¢s remedio que cazarlo.Hasta ese momento, el Gobierno a¨²n no hab¨ªa decidido convocar al pueblo a concentrarse en las plazas de todo el pa¨ªs, como ocurri¨® en la Semana Santa de 1987, ni se hab¨ªan producido manifestaciones espont¨¢neas como en los alrededores del cuartel de Monte Caseros, durante la ¨²ltima rebeli¨®n del teniente coronel Aldo Rico, en enero de este a?o. Los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n acudieron a la cita del viernes y firmaron un documento conjunto pero, desde entonces, los l¨ªderes no hab¨ªan vuelto a aparecer por la Casa Rosada, sede del Gobierno.
Por su parte, la sociedad, que se sent¨ªa abatida y llevaba con tristeza las consecuencias de las leyes de punto final y de obediencia debida, reaccion¨® por fin ante el riesgo cierto de que el lobo ataque otra vez. Una multitud comenzaba a concentrarse a medianoche en los alrededores del Congreso, convocada para "defender la democracia", seg¨²n ped¨ªan constantes llamamientos hechos en la tarde de ayer por radio y televisi¨®n.
La decisi¨®n del presidente Ra¨²l Alfons¨ªn de no negociar con los rebeldes significaba un vuelco, tras las declaraciones del vicepresidente de la naci¨®n, V¨ªctor Mart¨ªnez, quien afirm¨® que "deben estudiarse" algunos de los reclamos de los sublevados: ley de amnist¨ªa para la cincuentena de militares ya condenados por violaciones a los derechos humanos; reivindicaci¨®n de la actuaci¨®n de las fuerzas armadas durante la guerra sucia, y aumento del presupuesto militar, recortado a la mitad por el Gobierno.
El general Caridi tambi¨¦n habla hecho saber que coincid¨ªa con el coronel Mohamed Al¨ª Se?neld¨ªn en los objetivos, aunque no aprobaba los m¨¦todos de los rebeldes. Por esas diferencias de forma resolvieron combatir y luego acordaron una tregua. Un teniente primero, de apellido Pita, herido de gravedad y muerto despu¨¦s -aunque no se confirm¨® oficialmente- y los otros suboficiales heridos participaron de acciones a¨²n confusas y no en combates francos.
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