Un pinchazo en hueso
La escucha telef¨®nica ilegal a Garaikoetxea empieza a aclararse, dos a?os despu¨¦s
Luis Solana, presidente de la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a, descolg¨® el viernes 22 de agosto de 1986 el auricular y marc¨® un n¨²mero de Guip¨²zcoa. En una breve conversaci¨®n, comunic¨® al ex presidente del Gobierno vasco que su tel¨¦fono hab¨ªa sido objeto de una escucha ilegal. El caso puede convertirse en, el primero zanjado con una sentencia judicial capaz de determinar quien y por que quer¨ªa escuchar las conversaciones del entonces l¨ªder del sector cr¨ªtico del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Luis Mar¨ªa Retolaza, ex consejero de Interior del Gobierno aut¨®nomo, esta citado a declarar ante el juez el pr¨®ximo d¨ªa 14.
Aquel gesto de Solana advirtiendo a Garaikoetxea de lo que hab¨ªan descubierto sus t¨¦cnicos dos d¨ªas antes le convirti¨® inmediatamente para algunos sectores del Pa¨ªs Vasco en un sospechoso. Dirigentes del sector oficial del PNV se apresuraron a denunciar ante la Prensa imaginarias escuchas en sus tel¨¦fonos y a preguntarse por qu¨¦ tanta diligencia con el ex lehendakari mientras a ellos nadie les hac¨ªa caso.La clasificaci¨®n del presidente de la Telef¨®nica como enemigo potencial del pueblo vasco por haber favorecido supuestamente a Garaikoetxea fue el primer paso de una estrategia para con vertir ante la opini¨®n p¨²blica a la v¨ªctima en autor de un compl¨® meramente publicitario o, alternativamente, en culpable por tener algo que ocultar. El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, dio el pistoletazo de salida cuando escribi¨® en su habitual art¨ªculo semanal que las circunstancias del pinchazo "hacen pensar en algo hecho para ser descubierto".
El lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza, sucesor de Garaikoetxea, entraba en la refriega d¨ªas despu¨¦s para advertir a Solana que deber¨ªa dedicar la jornada completa a avisos semejantes; "porque sabemos", dijo, "que aqu¨ª hay muchas escuchas legales, e ilegales much¨ªsimas".
Pero fue Xabier Aguirre, portavoz por entonces de la ejecutiva del partido, quien expres¨® con m¨¢s claridad sus reticencias. Garaikoetxea, dijo, "tendr¨¢ posiblemente motivos m¨¢s que suficientes para que cosas que tenga que decir por tel¨¦fono, le moleste o le preocupe que alguien las pueda conocer".
El PNV y Retolaza no han manifestado reacci¨®n alguna ante el nuevo giro de la investigaci¨®n judicial -dos a?os despu¨¦s del suceso-, que apunta directamente al ex consejero a partir de la confesi¨®n de uno de los tres procesados por el intento de escucha ilegal, el ertzaina Mart¨ªn Epalza. Como preve¨ªa la juez instructora de Azpeitia, Esther Erice, el caso puede esclarecerse.
La convicci¨®n de impunidad de que fue rodeada la intervenci¨®n ilegal, trasladada ante los jueces, ha contribuido finalmente, seg¨²n el an¨¢lisis de fuentes jur¨ªdicas pr¨®ximas a la investigaci¨®n, al derrumbre de las barreras de silencio mantenidas durante estos dos a?os. La Consejer¨ªa de Interior nunca ha sido capaz de explicar convincentemente, por ejemplo, la concentraci¨®n de ertzainas sin destino en Zarautz registrada en la villa marina en la tarde de autos.
Adem¨¢s de los polic¨ªas Juan Miguel Campoy y Mart¨ªn Epalza, y de Xabier Aguirre, jefe de comunicaciones de la Consejer¨ªa de Interior, oficialmente encargados de dos escuchas con autorizaci¨®n judicial a sospechosos de tr¨¢fico de drogas, se encontraban en la comisar¨ªa de Zarautz el sargento Joseba Goikoetxea, el cabo Julio Vieites y los agentes Javier Etxabeguren, Federico Medrano y Alfredo N¨¢jera.
La presencia en la central telef¨®nica de Epalza, destinado en la brigada de juego, tampoco obtuvo nunca una explicaci¨®n satisfactoria. Oficialmente, se encontraba all¨ª porque uno de los presuntos traficantes a quienes se iba a pinchar el tel¨¦fono con orden judicial habla franc¨¦s, pero el argumento es absurdo. La escucha nunca se efect¨²a desde la central, sino desde la base de la Ertzaintza en San Sebasti¨¢n.
Tampoco la intervenci¨®n de Xabier Aguirre, militante del PNV y hermano de un diputado auton¨®mico del mismo partido, ha encontrado nunca justificaci¨®n l¨®gica. Inicialmente, se declaraba que Aguirre era el encargado de instalar centralitas en las dependencias de la Ertzaintza y que acud¨ªa cuando hab¨ªa pinchazos para adquirir conocimientos t¨¦cnicos. M¨¢s tarde, al jefe de servicio de la red oficial de comunicaciones del Gobierno auton¨®mo se le atribuy¨® la funci¨®n especializada de entregar el material, un pedazo de cable, al ertzaina encargado de la intervenci¨®n.
Menos comprensible a¨²n resulta la visita girada por Campoy y Aguirre el d¨ªa 20 por la ma?ana a la misma central de Zarautz, seg¨²n ellos para aclarar por qu¨¦ no hab¨ªan encontrado la tarde anterior uno de los tel¨¦fonos a controlar legalmente. De acuerdo con la confesi¨®n de Epalza, Aguirre fue enviado por el jefe de la Ertzaintza, Genaro Garc¨ªa Andoain, cuando ¨¦ste ya sab¨ªa que la operaci¨®n hab¨ªa fallado, para retirar el puente del tel¨¦fono de Garaikoetxea y, evitar el esc¨¢ndalo pol¨ªtico.
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