La Espa?a de los trabajadores y la de los jubilados: 30 provincias tienen menos de dos cotizantes por pensionista
El sistema espa?ol de pensiones cuenta con 2,4 cotizantes por cada pensionista, pero hay mucha variedad geogr¨¢fica: en m¨¢s de la mitad de las provincias hay menos de dos cotizantes por cada pensi¨®n
Yaiza es una localidad tur¨ªstica en el sur de Lanzarote con casi 17.000 habitantes, de los que 10.500 est¨¢n trabajando y dados de alta en la Seguridad Social, mayoritariamente en el sector hotelero. Entre sus residentes viven alrededor de 1.100 pensionistas y, seg¨²n estos datos, esta localidad canaria puede presumir de una excelente salud financiera en materia de pensiones, ya que cuenta con nueve cotizantes al sistema por cada pensi¨®n que se abona en su territorio: la ratio m¨¢s alta de los ayuntamientos con m¨¢s de 10.000 vecinos.
En un sistema de pensiones de reparto como el espa?ol ¡ªen el que los trabajadores en activo en cada momento pagan todos los meses con sus cotizaciones a la Seguridad Social las pensiones de los que ya est¨¢n jubilados¡ª esta proporci¨®n es uno de los indicadores que mejor ilustran si el sistema p¨²blico es o no viable financieramente. As¨ª, cuantos m¨¢s cotizantes haya por pensionista o pensi¨®n abonada, m¨¢s garant¨ªas de sostenibilidad presente y futura hay. Pero adem¨¢s de ser contributivo y de reparto, la tercera caracter¨ªstica del modelo es que es solidario, tanto entre generaciones como entre territorios.
¡°Gracias a los complementos de m¨ªnimos [que permiten completar con impuestos las peores carreras de cotizaci¨®n para que estos trabajadores lleguen a cobrar la pensi¨®n m¨ªnima] y a los topes de la pensi¨®n m¨¢xima [que impiden que quienes m¨¢s aportan se lleven todo lo cotizado], el sistema espa?ol de pensiones contributivas practica este tipo de solidaridad¡±, recuerda el doctor en Econom¨ªa experto en pensiones y socio fundador de la consultora de previsi¨®n social LoRIS, Jos¨¦ Antonio Herce.
La ratio media de afiliados (los que pagan) por pensionista (los que cobran) en el conjunto de Espa?a est¨¢ situada en 2,4, lo que significa que hay algo m¨¢s de dos cotizantes por cada pensionista (incluidos todos los tipos de pensi¨®n p¨²blica). El dato supone una remontada desde la media del 2,3 registrada entre 2011-2020, que el Gobierno atribuye a la creaci¨®n de empleo. ¡°Gracias a la mejor¨ªa del mercado laboral, con m¨¢s de 21,3 millones de afiliados, la relaci¨®n entre cotizante y pensionista se ha incrementado en los ¨²ltimos a?os y est¨¢ en los niveles m¨¢s elevados de la ¨²ltima d¨¦cada¡±, explican en la Seguridad Social, donde se?alan que los an¨¢lisis territorializados ¡°ponen de relieve lo importante que es que el sistema funcione como una caja ¨²nica¡±. Esto significa que el Estado es el titular de todas las obligaciones de recaudaci¨®n y de pago de prestaciones, independientemente de d¨®nde residan los cotizantes y los beneficiarios de las pensiones. La mayor¨ªa de los expertos coinciden en que con menos de dos cotizantes por pensionista el sistema ser¨ªa insostenible, y algunos, como Herce, incluso advierten que superar esa ratio podr¨ªa no ser suficiente.
Es m¨¢s, se da la circunstancia de que muchos pensionistas no residen en la misma localidad donde cotizaron durante su vida laboral. En ese escenario, las luces que arrojan el municipio de Yaiza y otros muchos de la costa mediterr¨¢nea, Andaluc¨ªa y el resto de las islas se ven fuertemente contrarrestadas por las sombras de numerosos municipios en pr¨¢cticamente toda Galicia, la cornisa cant¨¢brica y buena parte de Castilla y Le¨®n, donde la ratio de afiliados por pensionista est¨¢ incluso por debajo de uno. De hecho, en 30 provincias espa?olas, m¨¢s de la mitad del total, hay menos de dos cotizantes por cada pensi¨®n abonada en ese territorio. Las cinco provincias que en teor¨ªa tendr¨ªan m¨¢s problemas para financiar sus pensiones, si el sistema se territorializase, ser¨ªan Ourense, donde solo hay un afiliado para pagar cada pensi¨®n; Lugo (1,1 cotizantes por pensi¨®n); Le¨®n (1,2); Zamora (1,2) y Asturias (1,3). En esta ¨²ltima provincia se da adem¨¢s la circunstancia de que, junto con el Pa¨ªs Vasco, es donde se pagan las pensiones m¨¢s altas por el efecto de la miner¨ªa.
Si se toma el grupo de los cerca de 800 municipios espa?oles de m¨¢s de 10.000 habitantes ¡ªya que por debajo de ese volumen los datos concretos de las localidades peque?as se pueden ver tergiversados al tener muestras muy peque?as de poblaci¨®n¡ª, la localidad menos saneada en materia de financiaci¨®n de las pensiones ser¨ªa Badia del Vall¨¨s (Barcelona). Se trata de una zona de viviendas de extrarradio en las poblaciones de Barber¨¢ del Vall¨¦s y Cerdanyola creada a principios de los a?os setenta y que se convirti¨® en municipio en 1994. Cuenta con poco m¨¢s de 13.000 habitantes, de los cuales solo unos 1.000 est¨¢n afiliados a la Seguridad Social y unos 3.500 reciben pensiones del sistema. Esto muestra que la mayor¨ªa de sus residentes con empleo trabajan fuera del municipio y, por tanto, la ratio de cotizantes por pensionista es la m¨¢s baja de este grupo, con apenas 0,3 personas que cotizan por cada una que cobra una prestaci¨®n.
Grandes concentraciones de trabajadores
Si se ampl¨ªa la lupa y se analiza la totalidad de los 8.000 municipios que existen en Espa?a, aunque las cifras pueden resultar m¨¢s distorsionantes en las localidades con muy pocos habitantes, surge todo un abanico de casu¨ªsticas. Una de las m¨¢s ilustrativas de estas diferencias territoriales se produce en muchos pueblos con muy poca poblaci¨®n pero que, por la presencia de grandes factor¨ªas o fuertes n¨²cleos industriales o log¨ªsticos, cuentan con elevadas ratios de cotizantes por pensionista.
Es el caso, por ejemplo, de la localidad aragonesa de Figueruelas (Zaragoza), con apenas 1.200 habitantes, de los cuales 275 son pensionistas, pero con m¨¢s de 6.300 cotizantes. Esto se debe a que en este municipio se ubica la f¨¢brica del gigante automovil¨ªstico Stellantis, con casi 5.000 trabajadores directos y numerosos indirectos. Un fen¨®meno que provoca que Figueruelas tenga una de las ratios m¨¢s elevadas de Espa?a, con 23 afiliados al sistema por cada pensi¨®n que se abona en el municipio.
Un impacto parecido en esta ratio tiene el Parque Tecnol¨®gico de Zamudio, un municipio que dista apenas 11 kil¨®metros de Bilbao y que cuenta con una peque?a poblaci¨®n residente de poco m¨¢s de 3.200 habitantes, entre ellos 900 pensionistas, pero donde cotizan m¨¢s de 15.500 trabajadores. Con ello la ratio del sistema de pensiones es de 17 cotizantes por pensi¨®n. Si bien es Quer, en Guadalajara, la localidad de toda Espa?a con una ratio m¨¢s elevada: 25,7 trabajadores afiliados por pensionista, en una zona de fuerte expansi¨®n econ¨®mica del sector log¨ªstico entre otros. El lado opuesto lo representa el pueblo coru?¨¦s de Oza-Cesura, donde se ubica un solo cotizante, seg¨²n las estad¨ªstica de la Seguridad Social, pero residen m¨¢s de 1.833 pensionistas.
Todo esto demuestra que la gente se mueve y, en numerosas ocasiones, no cobra la pensi¨®n en el mismo sitio donde ha cotizado para generarla. Esto explica, seg¨²n Herce, porqu¨¦ ser¨ªa una ¡°aberraci¨®n¡± transferir la Seguridad Social a las comunidades aut¨®nomas. Seg¨²n argumenta este economista en su estudio Las pensiones de Seguridad Social en las Comunidades Aut¨®nomas espa?olas, ¡°la solidaridad que verdaderamente practica nuestro sistema es genuinamente territorial, debida a la demograf¨ªa particular que cada territorio alberga¡±. M¨¢s concretamente, se refiere a la ratio afiliados-pensiones que se observa en cada comunidad aut¨®noma. ¡°Es una solidaridad basada en la redistribuci¨®n de cotizaciones seg¨²n la cual las regiones rejuvenecidas financian a las envejecidas ¡ªindependientemente si la regi¨®n es m¨¢s rica o m¨¢s pobre¡ª. En realidad, a?ade, ¡°este tipo de solidaridad es solo aparente porque la Seguridad Social espa?ola es un sistema de caja ¨²nica en todas sus contingencias y aplica los recursos con criterios no territoriales¡±.
Un claro ejemplo de la cl¨¢sica movilidad entre trabajadores y pensionistas es el matrimonio formado por Alfonso, de 83 a?os, y Pilar, de 76, ambos originarios del municipio segoviano de La Losa. Se marcharon a Madrid a vivir y trabajar desde el comienzo de sus vidas laborales y en la capital han cotizado a la Seguridad Social en el r¨¦gimen general y en el de aut¨®nomos en el sector de la hosteler¨ªa durante m¨¢s de 40 a?os. El primero en jubilarse, a los 65 a?os, fue Alfonso en 2006, y despu¨¦s Pilar, a la misma edad, en 2013. Fue entonces cuando decidieron que los dos volver¨ªan a vivir a su pueblo. ¡°Regresamos a La Losa porque somos de aqu¨ª y aunque en Madrid hemos vivido muy a gusto, cuando nos jubilamos nuestros dos hijos ya eran mayores [residen en la capital] y, adem¨¢s, ten¨ªamos casa en el pueblo y tenemos alquilada la de Madrid¡±. Ahora, cuenta este matrimonio, solo regresa a Madrid en ¡°momentos puntuales¡± para ir al m¨¦dico o cuidar de los nietos. Como ellos, aseguran que conocen por lo menos a una decena de matrimonios en circunstancias muy parecidas a los de ellos en su localidad. Este panorama se refleja en la ratio de afiliados-pensionista del municipio de La Losa (0,86) donde no llega a haber ni siquiera un cotizante por cada pensi¨®n, ya que en la localidad residen 86 cotizantes y se abonan 102 pensiones.
El lado contrario lo representa Liza Gonz¨¢lez, asturiana de 37 a?os, que lleva m¨¢s de una d¨¦cada trabajando en el sector hotelero en Canarias. Ahora, es camarera de restaurante en un hotel en Lanzarote y lo tiene claro: ¡°Para m¨ª este es un sitio de paso. Vine porque aqu¨ª hay mejores condiciones laborales que en la pen¨ªnsula. Pero cuando me jubile me volver¨¦ a Asturias. La vivienda es totalmente inasequible y para comer bien, a diferencia de mi comunidad de origen, hay que pagar mucho dinero¡±. Actualmente, Liza trabaja en un hotel en Puerto del Carmen, una localidad tur¨ªstica del peque?o municipio de Tias, donde hay m¨¢s de 12.000 trabajadores ocupados para pagar unas 2.155 pensiones, lo que eleva la ratio de afiliados por pensionista al 5,6, m¨¢s del doble de la media nacional.
En definitiva, la casu¨ªstica es muy variada, pero a grandes rasgos, pese a que la mitad de las comunidades supera la ratio de dos afiliados por pensionista, ¡°si el sistema de pensiones estuviese ¨ªntegramente transferido, con sus recursos y sus gastos, a las comunidades aut¨®nomas, todas ellas estar¨ªan en situaci¨®n deficitaria, con las cuatro regiones del cuarto noroccidental sufriendo desequilibrios severos que les impedir¨ªan, seguramente, cumplir sus compromisos de pensiones o los de otros programas auton¨®micos del Estado del bienestar como la educaci¨®n o la salud adecuadamente¡±, advierte el estudio de Herce.
Blindaje en la Constituci¨®n
Por todas estas circunstancias la Constituci¨®n blinda la caja ¨²nica de la Seguridad Social, en un claro intento de que nunca se territorialice la gesti¨®n de las pensiones. Lo hace en su art¨ªculo 41: ¡°Los poderes p¨²blicos mantendr¨¢n un r¨¦gimen p¨²blico de Seguridad Social para todos los ciudadanos que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente, en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias ser¨¢n libres¡±.
Es m¨¢s, en el an¨¢lisis que hace la propia Seguridad Social de los ¡°principios y directrices del sistema¡± hace referencia a ¡°la titularidad estatal de los recursos y de las obligaciones de la Seguridad Social en virtud al mandato constitucional que, en otro momento del texto, atribuye al Estado ¡°la legislaci¨®n b¨¢sica y r¨¦gimen econ¨®mico de la Seguridad Social, sin perjuicio de la ejecuci¨®n de sus servicios por las comunidades aut¨®nomas¡±. Del citado precepto, contin¨²an los responsables del sistema, ¡°se deriva la igualdad de derechos de los asegurados cualquiera que sea el lugar donde residan y por su sola condici¨®n de tal, puesto que tales derechos, se ejercen frente a un ¨²nico titular, el Estado, obligado a aplicar el principio de solidaridad financiera, no discriminando por raz¨®n del territorio¡±.
Pero eso no ha sido ¨®bice para que desde hace tiempo el Pa¨ªs Vasco y m¨¢s recientemente Catalu?a hayan reclamado, al menos, parte de estas competencias. De hecho, en el acuerdo de investidura entre el PSOE y el PNV que se pact¨® en noviembre de 2023 para la actual legislatura, se recoge el compromiso del Ejecutivo para transferir en el ¡°plazo improrrogable¡± de dos a?os todas las competencias pendientes, entre las que figura el r¨¦gimen econ¨®mico de la Seguridad Social. El alcance de esta transferencia est¨¢ por verse y al actual Gobierno le quedar¨ªa un a?o para completarlo si quiere cumplir con el pacto con los nacionalistas vascos.
En el caso del Pa¨ªs Vasco, adem¨¢s, una transferencia completa de la Seguridad Social ¡ªque no contempla el Ejecutivo¡ª ser¨ªa especialmente deficitaria, porque la regi¨®n, que gracias a su r¨¦gimen del cupo se queda con todos sus ingresos, cuenta con unos n¨²meros rojos en el saldo del componente contributivo de pensiones que ronda los 4.300 millones, uno de los m¨¢s altos de Espa?a, seg¨²n ha calculado con las cifras oficiales de 2022 el profesor de Econom¨ªa de la Universidad Rey Juan Carlos, Miguel ?ngel Garc¨ªa.
Dicho esto y teniendo en cuenta que a tenor del blindaje de la caja ¨²nica este an¨¢lisis se corresponder¨ªa con un mero ejercicio te¨®rico, con el que se respalda el dise?o estatal del sistema de pensiones, sus resultados s¨ª ofrecen otras derivadas fundamentalmente sociol¨®gicas y pol¨ªticas, seg¨²n advierte la profesora de Sociolog¨ªa de la UNED e investigadora de Funcas, Elisa Chuli¨¢. Entre las primeras est¨¢n las de car¨¢cter puramente demogr¨¢ficos: ¡°Las poblaciones con ratios m¨¢s bajas no se reproducen, la renovaci¨®n de su poblaci¨®n no est¨¢ garantizada. Y lo m¨¢s preocupante es que esta es una din¨¢mica dif¨ªcil de cambiar y la tendencia es a que esta problem¨¢tica se agudice¡±, explica esta experta en demograf¨ªa.
El impacto pol¨ªtico de este efecto de la ratio entre cotizantes y pensionistas viene marcado por el hecho de que ¡°la poblaci¨®n vota en favor de aquellos partidos que mantengan el nivel de las pensiones o las mejoren, en lugar de apostar los incentivos a la actividad, por lo que en muchos de estos lugares tiende a perpetuarse la econom¨ªa no productiva¡±, a?ade Chuli¨¢.