Miembros portugueses de los GAL mintieron en sus cartas exculpatorias para Amedo
La investigaci¨®n realizada en Lisboa por el juez Baltasar Garz¨®n sobre las cartas escritas por tres mercenarios de los GAL en las que exculpaban a los polic¨ªas Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez de haberles reclutado para que cometieran atentados contra etarras ha demostrado que los mercenarios mintieron conscientemente y que el contenido de las cartas es falso. El juez Garz¨®n se mostr¨® satisfecho por el desarrollo de las investigaciones, mientras el ahogado de la acusaci¨®n, Jos¨¦ Luis Gal¨¢n, calific¨® de "montaje" toda la operaci¨®n de las cartas.
Mario Correia da Cunha, Rogerio Carvalho da Silva y Antonio Jorge Ferreira, condenados en Portugal a penas entre cuatro y ocho a?os de c¨¢rcel por pertenencia a banda terrorista, participaron en una diligencia de reconocimiento mediante fotograf¨ªas el 20 de junio de 1988. Los dos primeros, ante los jueces Maria Jo¨¢o Romba y Baltasar Garz¨®n, identificaron a Amedo y Dom¨ªnguez, por sus nombres de guerra, Ricardo y Eduardo, en dos de las 33 fotos les fueron mostradas. Ambos, al igual que otro mercenario, Wolfango Pereira do Macedo, que tambi¨¦n los identific¨®, les achacaban haberles reclutado para que realizaran atentados contra miembros de ETA.Ferreira dijo en aquella ocasi¨®n no reconocer a nadie. El quinto mercenario de los GAL encarcelado en Portugal, Jean Philippe Labade, instado por el juez para que entre las 33 fotos reconociera a los que le hab¨ªan "contratado", apunt¨® con gesto desafiante las fotograf¨ªas de Amedo y Dom¨ªnguez y dijo: "No reconozco ni a ¨¦ste ni a ¨¦ste".
A mediados de septiembre, Correia, Carvalho y Ferreira rectificaron esa identificaci¨®n de junio y enviaron cartas, muy similares entre s¨ª, al juez instructor, al Ministerio de Justicia y a un peri¨®dico madrile?o, en las que afirmaban no conocer a los polic¨ªas y que Wolfango de Macedo, el ¨²nico que manten¨ªa su versi¨®n inicial, les hab¨ªa dicho a Ferreira y Carvalho que hab¨ªa sido presionado y le hab¨ªan hecho ofertas de obtener la libertad si acusaba a Amedo y Dom¨ªnguez.
Falsedades comprobadas
Con la declaraci¨®n del abogado Jos¨¦ Gracio Ribeiro qued¨® claro que el encargo de las cartas lo recibi¨® desde Espa?a por personas que ¨¦l sospecha que forman parte de los servicios secretos. Admiti¨® haber redactado las cartas seg¨²n las instrucciones recibidas para que los mercenarios las firmaran, y que s¨®lo Pereira y Labade se negaron.Los tres terroristas han ratificado las cartas, pero se ha evidenciado la falsedad de su contenido. Ferreira y Carvalho mantuvieron que Pereira les hab¨ªa contado que hab¨ªa sido presionado para que acusara a Amedo. Pereira ha rechazado haber recibido presiones y ha asegurado que no ha visto a Ferreira y Carvalho desde mucho antes del 20 de junio de 1988 porque est¨¢n en distintas c¨¢rceles. Polic¨ªas y funcionarios de prisiones portugueses que han declarado ante los jueces confirmaron la versi¨®n de Pereira.
Al preguntarles sobre esa contradicci¨®n, Carvalho dijo que Pereira le habl¨® en 1986 de las presiones, lo cual es imposible pues la identificaci¨®n tuvo lugar en junio de 1988. Ferreira afirm¨® que la conversaci¨®n en la que Pereira le habl¨® de las presiones se produjo durante un traslado desde la prisi¨®n cuando iban a declarar. Esto tampoco es posible, pues, seg¨²n los funcionarios portugueses, Ferreira y Percira proced¨ªan de c¨¢rceles distintas y permanecieron aislados.
Ferreira afirm¨® que escribir la carta fue iniciativa suya, cuando el abogado Gracio ya hab¨ªa admitido que ¨¦l mismo la dict¨®. El mercenario explic¨® que su carta estaba fechada en Lisboa porque siempre data sus cartas en la ciudad que naci¨®, pero Ferreira naci¨® en Luanda (Angola).
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