La toalla de Chaka
La cantante estadounidense Chaka Khan, en su primera visita a los escenarios espa?oles, ha podido defraudar m¨¢s a quienes m¨¢s la han admirado desde que inici¨® su carrera musical, hace 20 a?os. Lleg¨® avalada por su ¨²ltimo disco, C. K., publicado en todo el mundo hace pocas semanas, con un conjunto excepcional de compositores, productores y m¨²sicos, de la talla de Stevie Worider, Miles Davis y Prince, que hoy d¨ªa casi nadie puede permitirse.Ahora, visto y o¨ªdo su recital, cabe sospechar que la intervenci¨®n de tales colaboradores en el disco se deba a un esfuerzo amistoso por ayudar a quien se encuentra en una grave situaci¨®n, la de haber perdido parte de su voz, su instrumento ¨²nico de expresi¨®n art¨ªstica.
Chaka Khan
Chaka Khan (voz), Tim Heints (teclados), Michael Hodge (guitarra), Andrew Ford (bajo), Alvino Bennett (bater¨ªa), Lynn Davis y Penny Ford (coros). Sala J¨¢cara. Madrid, 13 de diciembre.
Una voz grabada de pinchadiscos anunci¨® el nombre de Chaka Khan mientras la banda calentaba ¨¢nimos con una instrumentaci¨®n que hizo pensar que aquello iba a ser fant¨¢stico. La artista sorprendi¨® a la vista por su cuerpo hinchado, y a continuaci¨®n al o¨ªdo por su garganta rota. No era Chaka Khan; no pod¨ªa ser la de la int¨¦rprete, contrahecha pero nunca obesa, de Im every woman o de I feel for you esa voz aguda y dulce, de altos vuelos sonoros que ah¨ª arriba parec¨ªa enloquecer de tanto poder¨ªo. "?sta no es mi Chaka, me la han cambiado", comentaba el espectador asombrado. Otros fueron menos ben¨¦volos y la cantante negra respondi¨® a los insultos y arroj¨® una toalla empapada de sudor y despecho.
Las dos vocalistas que la acompa?aban llegaban donde no hace mucho Chaka alcanzaba y, m¨¢s a¨²n, cubr¨ªan las deficiencias vocales de su jefa en las subidas de los estribillos y en otras fases de las canciones. Se advirti¨® que esa voz quebrada de la artista repercut¨ªa en su agilidad para moverse en escena y en su nervio interpretativo, pero no disipaba su talento exquisito y c¨¢lido para modular el soul de sus melod¨ªas al mejor ritmo funky de la d¨¦cada.
Tampoco ha perdido el manejo de recursos ¨²tiles para regalar instantes felices a la audiencia, como cantar abrazada sensualmente a un apuesto espectador o arrojar claveles de reconciliaci¨®n a la gente. Mientras una de sus cantantes realizaba un solo espl¨¦ndido, ella se paseaba a su rollo por el escenario o conversaba con el bajista.
Y luego la misma Chaka toc¨® la bater¨ªa y pareci¨® desvariar. El bis con I feel for you s¨®lo confirm¨® el deseo m¨¢s sincero de que la artista se restablezca pronto.
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