Precisiones de un consejero laboral

A mi regreso a Roma, cumplido un dsplazamiento oficial, he tomado conocimiento de la columna publicada en la p¨¢gina 55 de su diario n¨²mero 4.229, distribuido e mi¨¦rcoles d¨ªa 9 de los corrientes. En la misma se hace una colorista glosa sobre el cambio del pasado mes de septiembre en la Direcci¨®n General del Departamento de Asuntos Sociolaborales del Gabinete de la Presidencia y mi paso a la Consejer¨ªa Laboral de las embajadas de Espa?a en Italia y Grecia.En relaci¨®n con ello debo manifestar:

1. Que su contenido en cuanto a las situaciones de ¨¢nimo, opiniones y Posiciones que me atribuye, no se ajustan a mi manera de pensar y son radicalmente contrarias a lo que en general ha sido mi actuaci¨®n en la funci¨®n p¨²blica, y en particular desde 1982 en el Gabinete de Moncloa. Resultan extra?as a mi forma de pensar y actuar, y no corresponden, por muchas insinuaciones o comillas que se coloquen, con manifestaciones que jam¨¢s he podido hacer, ni m¨ªas ni del entorno de los ambientes de trabajo que frecuento.

Mi posici¨®n ante la pol¨ªtica social 3, los asuntos sociolaborales de este Gobierno queda suficienteniente reflejada en el millar largo de documentos elaborados bajo mi direcci¨®n y responsabilidad, refrendados con mi firma, que obran en la Presidencia del Gobierno y en su Gabinete. Ninguno de ellos puede servir de base a las descripciones que se formulan en el suelto period¨ªstico que se comenta.

2. Como es p¨²blico y notorio,

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mi petici¨®n de destino en Roma tiene fecha de octubre de 1985, seg¨²n aparece acreditado en la correspondiente solicitud que firm¨¦ y curs¨¦ al concurso p¨²blico anunciado en el BOE y que fue formalmente presentada en el Registro de Entrada del antiguo Ministerio de la Presidencia. El puesto fue dejado por mi antece sor el 22 de septiembre pasado, tomando posesi¨®n en Roma el pasado 1 de octubre. Establecer relaci¨®n, como se hace en la columna que se comenta, entre m¨ª petici¨®n de destino en Roma, formalizada en 1985, y el conflicto Gobierno- sindicatos o el Plan de Empleo Juvenil de octubre-noviembre de 1988 es, cuando menos, puro delirio.

3. Con m¨¢s frecuencia de la deseable se aplica por la Prensa un estereotipo morboso sobre los cambios en los altos cargos de la Administraci¨®n. Los ceses significan incompetencias, errores o castigos, las dimisiones voluntarias son enfrentamientos o broncas, la permanencia en el puesto es ambici¨®n y un af¨¢n desmedido por aferrarse al sill¨®n por encima de la valoraci¨®n del servicio que se presta. La realidad, por suerte para el servicio p¨²blico, va por otro lado. En mi caso, como en el de la inmensa mayor¨ªa, creo que todo ha sido bastante m¨¢s sencillo e irrelevante. Creo que en su conjunto la columna responde a objetivos no expl¨ªcitos, pero que se intuyen, que honradamente no necesitan de mi concurso, ni debo ni quiero prestar mi utilizaci¨®n- Consejero laboral. Embajada de Espa?a.