Las ausencias de las figuras sovi¨¦ticas marcaron el inicio del Torneo de Navidad
El torneo empez¨® casi de la misma manera que el a?o pasado, con la mala noticia para los afIcionados de importantes ausencias de ¨²ltima hora. A pesar de que la organizaci¨®n hab¨ªa insistido en lo contrario, al mediod¨ªa de ayer la Negada, de la selecci¨®n sovi¨¦tica trajo consigo la desagradable constataci¨®n de que hombres importantes como Sabonis, Marchulenis y Kurtinaitis no actuar¨ªan en Madrid. Ello su puso una evidente decepci¨®n para muchos espectadores que, ya por aquel entonces, adquirieron sus entradas pensando que iba a disputar el torneo una aut¨¦ntica selecci¨®n sovi¨¦tica. El a?o pasado sucedi¨® lo mismo con algunos de los protagonistas del torneo, casos de los griegos Gallis y Gianakis. A todo ello, la curiosa organizaci¨®n de este torneo responde con amenaza de sanci¨®n econ¨®mica, que puede evaluarse en que los sovi¨¦ticos recibir¨¢n unos 15.000 d¨®lares menos de lo pactado inicialmente. Pero el da?o al espectador ya estaba hecho: quienes acudieron al Palacio de Deportes pensaban encontrarse con Sabonis y compa?¨ªa en la cancha.Adem¨¢s, el partido entre sovi¨¦ticos y yugoslavos fue malo. Hasta Vruikovic, la ¨²nica atracci¨®n, defraud¨®. Y no hubo revancha ol¨ªmpica. Gan¨® la URS S, 8784, porque, ausencias inclu¨ªdas, se lo tom¨® m¨¢s en serio.
Fuera de la ya tradicional an¨¦cdota de este torneo, el primer partido signific¨® un mero tr¨¢mite piara el Real Madrid, dado que el equipo -brasile?o del Monte L¨ªbano no puede ser otra cosa que iniero comparsa. El Real Madrid estuvo a punto de alcanzar una diferencia de 40 tantos en la segunda parte, pero lo mejor que puede decirse de este partido es que, al menos para los madridistas, result¨® un buen entrenamiento.
Efectivamente, y dando por supuesto que el rival era una mera figura decorativa, el encuentro dio de s¨ª algunos datos interesantes. P or ejemplo, una racha espectacular del yugoslavo Petrovic con el lanzamiento de tres puntos, puesto que lleg¨® a conseguir ocho triples de un total de nueve lanzamientos, lo que significa un porcentaje francamente extraordinario. Curioso fue tambi¨¦n observar por un momento al plet¨®rico Fernando Mart¨ªn ejerciendo labores poco menos que de capit¨¢n. Al comienzo de la segunda parte, el quinteto madridista estaba formado por el citado jugador adem¨¢s de Petrovic, Cargol, Villalobos y su hermano Antonio. Quer¨ªa ello decir que Fernando Mart¨ªn, en esos momentos, era el m¨¢s veterano del equipo y, realmente, ejerci¨® como tal: nunca se hab¨ªa visto a un Fernando Mart¨ªn tan concentrado en que todos los jugadores del equipo siguieran los sistemas hasta el final, tan dedicado a dar instrucciones, a ad,vertir a sus colegas sobre la colocaci¨®n que deb¨ªan tener en la cancha en cada momento, seg¨²n la jugada que estuvieran efectuando. Por otro lado, se pudo observar c¨®mo el anteriormente educado y fr¨ªo Rogers parece haberse convertido en un jugador mucho m¨¢s ardoroso. Y es que le ronda Vrankovic.
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