Un productor espa?ol compra los derechos de tres pel¨ªculas de Bu?uel
El acuerdo incluye 'Viridiana', 'El ¨¢ngel exterminador' y 'Sim¨®n del desierto'
Los negativos y derechos de las pel¨ªculas de Luis Bu?uel Viridiana, El ¨¢ngel exterminador y Sim¨®n del desierto han sido adquiridos al productor mexicano Gustavo Alatriste por el productor espa?ol Andr¨¦s Vicente G¨®mez por 1.125.000 d¨®lares (unos 128 millones de pesetas), seg¨²n informaron ambos interesados. Para el espa?ol Andr¨¦s Vicente G¨®mez, Espa?a se enriquece as¨ª con la titularidad de un patrimonio) art¨ªstico de indudable valor.
Considerada por alg¨²n experto como la primera plasmaci¨®n en cine de la Espa?a negra, Viridiana no fue apoyada en su d¨ªa por las autoridades espa?olas ni las mexicanas, y pese a ello obtuvo en 1961 la Palma de Oro de Cannes. Fue prohibida en Espa?a, le cost¨® el puesto a un ministro de Informaci¨®n y Turismo, Gabriel Arias Salgado, y al director general de cinematograf¨ªa del momento, Mu?oz Font¨¢n, y es sin duda una de las grandes obras de su autor. Seg¨²n cuentan, Franco vio la pel¨ªcula y le extra?¨® el esc¨¢ndalo, pero no quiso desautorizar a ninguno de sus ac¨®litos.La identidad espa?ola de la. pel¨ªcula fue reivindicada por uno de los primeros gobiernos de la democracia, seg¨²n inform¨® Andr¨¦s Vicente G¨®mez, pero esta identidad no era muy operativa, al permanecer los derechos en manos del mexicano Gustavo Alatriste, productor de las tres pel¨ªculas ahora vendidas y gran admirador de Bu?uel.
Aunque las pel¨ªculas permanecer¨¢n en manos privadas -lo que ocurre con la mayor parte del cine, incluidos los archivos de las filmotecas-, el hecho de que su nuevo propietario sea espa?ol supone, seg¨²n ¨¦l, que este pa¨ªs se enriquece con tres obras de arte de primera importancia. G¨®mez, que explotar¨¢ los derechos de las tres pel¨ªculas, tiene la intenci¨®n de realizar alguna sesi¨®n en la nueva sede de la Filmoteca Espa?ola para subrayar el hecho.
Las pistolas de Bu?uel
Alatriste, de 65 a?os, ex marido de Silvia Pinal, la protagonista de las tres pel¨ªculas en cuesti¨®n, es un hombre a quien le gusta expresarse en met¨¢foras. A la pregunta de por qu¨¦ ha decidido vender, si tan importantes son estas pel¨ªculas para ¨¦l, cuenta la historia de las balas de Bu?uel. El director aragon¨¦s era amante de las pistolas, de las que ten¨ªa una buena colecci¨®n, y fabricaba sus propias balas. Un d¨ªa ofreci¨® sin m¨¢s su colecci¨®n a Alatriste y ¨¦ste quiso rehusar. Bu?uel no le ofreci¨® alternativa: o las aceptaba, o se las regalaba al primero que pasase. Bu?uel explic¨® luego que a su edad no hab¨ªa que atarse a nada.Seg¨²n el relato del productor mexicano, fue ¨¦l quien tuvo la ocurrencia de proponerle a Bu?uel, exiliado en M¨¦xico, filmar una pel¨ªcula en Espa?a. "Si se lo propones te va a correr (expulsar) de su casa", le dijo su esposa Silvia Pinal. Se lo propuso y, en efecto, Bu?uel, cascarrabias famoso, le envi¨® a hacer g¨¢rgaras. "Espa?a no es Franco", le respondi¨® Alatriste y, seg¨²n ¨¦l, esa idea termin¨® por doblar la voluntad del aragon¨¦s.
La pel¨ªcula se rod¨® en Espa?a, con capital mixto, pero las autoridades de este pa¨ªs no aceptaron que el filme representara a Espa?a en Cannes, festival que se mueve en la dial¨¦ctica de las nacionalidades Seg¨²n Alatriste, "no ve¨ªan que tuviera la suficiente dignidad" aunque indiferencia no hubo ya que permitieron el rodaje en Espa?a. Tambi¨¦n pusieron ciertas pegas, y alguna enriquece el anecdotario de la censura: seg¨²n la autoridad, una novicia no se pod¨ªa quedar sola en una habitaci¨®n con su primo, con lo que se forz¨® la equ¨ªvoca introducci¨®n de una criada en el gui¨®n: el resultado fue la sugerencia de un tri¨¢ngulo entre la novicia, el primo y la criada.
La autoridades mexicanas no se dignaron responder al ofrecimiento de apoyar el filme para Cannes, de modo que Alatriste convenci¨® a Bu?uel para que le ofreciera a t¨ªtulo personal a la direcci¨®n del festival, que tard¨® pocas horas en aceptar entusiasmada. Nada m¨¢s conocerse el premio -tambi¨¦n recibi¨® el de la cr¨ªtica internacional-, las autoridades espa?olas se apresuraron a proclamar la espa?olidad de la pel¨ªcula. Un columnista del L'Observatore Romano escribi¨® que era blasfema y con ello sentenci¨® su destino en Espa?a.
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