Un filme crucial

Dirigido por Jaime Ch¨¢varri en 1975 a instancias de El¨ªas Querejeta, El desencanto es un filme crucial del cine espa?ol de los ¨²ltimos a?os. Aquel que toda cinematograf¨ªa que se precie necesita en un momento concreto de su existencia, y qu¨¦ mejor momento para la nuestra que 1975 para reflexionar sobre nosotros mismos mediante el reflejo que despiden las im¨¢genes: cualquiera de los protagonistas de esta pel¨ªcula mod¨¦lica e irrepetible (Felicidad, Juan Luis, Leopoldo Mar¨ªa o Mitzi), en alguno de sus asertos, iras o lamentos, sintoniza con nuestras propias miserias; porque ah¨ª est¨¢ la grandeza de El desencanto, por mucho que el motor de arranque de la obra sea la figura de Leopoldo Panero, fallecido entonces hac¨ªa 14 a?os, y a partir de ¨¦l, la relaci¨®n con su familia o la de su familia con ¨¦l, la pel¨ªcula de Ch¨¢varri salta por encima del psicodrama personal para hacerse retrato colectivo de una realidad t¨¢ctil, un pasado de 40 a?os y un presente incierto y escurridizo, naturalmente desencantado.

Libertad de la c¨¢mara

Esa grandeza es el m¨¦rito de Ch¨¢varri, la libertad de su c¨¢mara, el rigor con que establece el di¨¢logo abierto y selectivo. Todo un riesgo ¨¦ste de encararse con una propuesta tan poco convencional, necesitada de un p¨²blico activo y participativo, capaz de quitar la m¨¢scara de sus interlocutores cuando se precise. Porque un juego de m¨¢scaras es, al fin y al cabo, nuestras vidas, las vidas de los Panero.

La belleza de Laura Antonelli y el talento de Marcello Mastroianni son los ¨²nicos rasgos de inter¨¦s de Divina criatura, pl¨²mbea cr¨®nica de alta sociedad, muy melodram¨¢tica, de Giuseppe Patroni Griffi.