El 'derby' literario
Madrid y Barcelona polarizan la atenci¨®n de la actual narrativa espa?ola
Una posible perspectiva para deslindar la producci¨®n literaria actual, mediante manotazos m¨¢s o menos apresurados y necesariamente provisionales, ser¨ªa buscar las diferencias entre la narrativa del centro de la Pen¨ªnsula y la perif¨¦rica. Y, espec¨ªficamente, por razones de espacio y de criterio, y tambi¨¦n para seguir con un juego legendario, entre la madrile?a (escritores nacidos en Madrid o vueltos madrile?os) y la barcelonesa (limitando el asunto, como es l¨®gico, a la escrita en castellano).
Hay unos cuantos nombres que se repiten desde hace unos a?os (en entrevistas, listas de venta, atenci¨®n de la cr¨ªtica, traducciones, etc¨¦tera). La mayor¨ªa de ellos pertenecen a escritores que han nacido o viven en aquellas dos grandes ciudades. En Madrid, entre otros, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, Alejandro G¨¢ndara, Jos¨¦ Mar¨ªa Merino, Javier Mar¨ªas, Juan Pedro Aparicio, Luis Mateo-D¨ªez, Soledad Pu¨¦rtolas, Adelaida Garc¨ªa Morales, Rosa Montero, ?lvaro Pombo. En Barcelona, entre otros, Javier Garc¨ªa S¨¢nchez, Enrique Murillo, F¨¦lix de Az¨²a, Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n, Jes¨²s Ferrero, Enrique Vilamatas, Cristina Fern¨¢ndez Cubas, Javier Tomeo, Eduardo Mendoza (estos dos ¨²ltimos, si bien son de m¨¢s edad que el resto, han alcanzado especial popularidad recientemente). Buena parte de ellos han sido entrevistados para este reportaje, para la confecci¨®n del cual se pidi¨® tambi¨¦n la opini¨®n de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, que empez¨® a tener cr¨¦dito hace m¨¢s tiempo y es de los pocos que se toman la molestia de leer a casi todos sus colegas, tengan la edad que tengan.
Fue V¨¢zquez Montalb¨¢n, justamente, quien enmarc¨® la cuesti¨®n -diferencias de escritura entre Madrid y Barcelona- desde una perspectiva hist¨®rica: "Hay razones de comportamiento que, si no se historifican, no se entienden". Advirti¨® desde el comienzo que siempre es peligroso generalizar: "Cada escritor es -debe ser- un mundo". Y defini¨® en seguida su enfoque: "?ste es un tema muy largo, que arranca desde el momento en que se produce la reacci¨®n contra el realismo social. La editorial (Seix Barral) y el cr¨ªtico (Castellet) que lo estimulan est¨¢n en Barcelona, pero en Madrid se lo toman m¨¢s en serio. Esto provoca, con el tiempo, en Madrid un mayor complejo de culpa. Pegan un bandazo en el gusto y producen una literatura ensimismada. En Barcelona se sigue el modelo del realismo, pero m¨¢s como un juego: da productos ir¨®nicos, juguetones, de cr¨ªtica nost¨¢lgica . Por eso hay despu¨¦s menos complejo de culpa. Se produce una literatura vinculada con la experiencia personal".
El realismo parece haber sido -y ser todav¨ªa-, en efecto, se acepte o no ¨¦l enfoque espec¨ªfico de V¨¢zquez Montalb¨¢n, un patrimonio dificil de asumir. La siguiente es la visi¨®n de Alejandro G¨¢ndara: "La literatura catalana ha sido m¨¢s intelectual; la mesetaria, m¨¢s ligada al realismo. El escritor de centro ha tenido que romper con el realismo. Pero el realismo ten¨ªa ciertos supuestos ¨¦ticos y de compromiso. El escritor de centro perteneciente a las ¨²ltimas generaciones ha tenido que instalarse en la ruptura con el realismo. Llamazares, por ejemplo, al hacer su literatura asume la defensa de pueblos que desaparecen. Hay all¨ª una postura ¨¦tica. En Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu, la referencia fuera del texto es integrada de manera distinta de como lo hizo el realismo. El escritor realista recoge lo que est¨¢ afuera; para el que rompe con el realismo, la realidad es un problema cuyas coordenadas verbales trata de incorporar. En esta nueva literatura, que atiende a la calidad formal, late por debajo una recuperaci¨®n de la realidad cotidiana".
Est¨¦tica y ¨¦tico
Estetizante y ¨¦tico son conceptos abundantes en estas declaraciones. ?Servir¨ªan verdaderamente para marcar diferencias? Esta reportera no encontr¨®, mientras ped¨ªa a los entrevistados que esclarecieran la cuesti¨®n -y lo apunta como s¨ªntoma-, a ning¨²n escritor que se asumiera como estetizante. Algunos reclaman la ¨¦tica para Madrid y otros para Barcelona; los m¨¢s se resisten a tironear del concepto como de un beb¨¦ salom¨®nico y reconocen que no existe, al respecto, ninguna propiedad de ¨ªndole geogr¨¢fica.
F¨¦lix de Az¨²a esboza, sobre este asunto, su opini¨®n: "Hab¨ªa un t¨®pico que dec¨ªa que la tradici¨®n castellana es dura y severa y de compromiso social, en tanto que la catalano-levantina ser¨ªa estetizante. Creo que ahora sucede lo contrario: la castellana es una tradici¨®n muy obsesionada con los modelos de la Academia, que son estetizantes, ret¨®ricos, de un romanticismo tard¨ªo. En Catalu?a se ha hecho una literatura m¨¢s diversa y que suele buscar justificaciones de ¨ªndole moral".
Otros de los posibles abordajes al tema de las diferencias ser¨ªa atender a la lengua escrita en Madrid y a la escrita en Barcelona. Luis Mateo-D¨ªez supone que s¨ª, que puede haber diferencias proporcionadas por el car¨¢cter biling¨²e del habla barcelonesa, pero cree que esa peculiaridad no alcanza para establecer valoraciones literarias: "En literatura", dice, "soy m¨¢s que liberal;
El 'derby' literario
soy libertino. Creo que las contaminaciones ling¨¹¨ªsticas pueden ser enriquecedoras, pero siempre que el escritor sepa administrarlas. Ser hijo del biling¨¹ismo o del m¨¢s rancio abolengo de la tradici¨®n castellana no significa que se sea mejor o peor".Para Mateo-D¨ªez, la impureza puede ser tan mala, o tan buena, como la pureza: "Una cosa es la lengua", explica, "y otra la literatura. Toda lengua es buena, y si la literatura no es buena no sirve para nada".
Los escritores barceloneses que escriben en castellano creen que la realidad biling¨¹e les obliga a lidiar con la lengua como con una fiera aviesa y que el final de este combate es un triunfo de la literatura: "Aqu¨ª nos hemos tenido que inventar", habla V¨¢zquez Montalb¨¢n, "un castellano distinto, condicionado por el biling¨¹ismo. Ese castellano es a la vez m¨¢s pobre (en vocabulario, en sintaxis) y m¨¢s rico, en la medida en que hemos tenido que recurrir a la imagen y a la met¨¢fora".
Seg¨²n los barceloneses, uno de los enemigos m¨¢s feroces de la literatura espa?ola es la Real Academia. La adhesi¨®n o el rechazo a los modelos de la Academia existen, seg¨²n Enrique Murillo, tanto en Madrid como en Barcelona, y producen, respectivamente, literaturas ortodoxas o heterodoxas: "Los ortodoxos", explica, "no saben qu¨¦ es la iron¨ªa, la parodia o el pastiche. En el centro predomina m¨¢s que en la periferia una actitud envarada frente a la literatura, cuyo destino ¨²ltimo ser¨ªa un pante¨®n, para acceder al cual habr¨ªa que pasar por la Academia"'. Pero sostiene que ni Javier Mar¨ªas ni Alejandro G¨¢ndara ni Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, por ejemplo, tienen nada que ver con la concepci¨®n neocl¨¢sica de la Academia. Concluye: "El poder literario lo tiene en Espa?a la ortodoxia, todav¨ªa, y Eduardo Mendoza no tiene el Premio Nacional porque es un heterodoxo". Tambi¨¦n F¨¦lix de Az¨²a arroja dardos contra la Academia: "Es", dice, "una de las organizaciones m¨¢s nefastas de la cultura espa?ola. El castellano que promueve es monol¨ªtico, y no existe en ning¨²n lugar del mundo, ni en Castilla".
Hace unos a?os, Jos¨¦ Ferrater Mora dijo que la novela espa?ola segu¨ªa plantada en el campo, que todav¨ªa no aceptaba siquiera la existencia de un aeropuerto. Esto, evidentemente, ha cambiado mucho; tanto que en los escaparates de las librer¨ªas suele haber reclamos comerciales que dicen novela urbana. La cuesti¨®n, ser¨ªa averiguar el modo en que el tema de la ciudad (desde cu¨¢ndo, con cu¨¢nta frecuencia, en qu¨¦ registro) aparece en las literaturas central y barcelonesa. Seg¨²n Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, "es posible que el tema urbano aparezca antes en Barcelona, ya que all¨ª surgi¨® la novela negra, en la cual la ciudad es protagonista. Es cierto, adem¨¢s, que los catalanes cuentan con una cultura urbana m¨¢s antigua, pero en este momento no creo que existan diferencias".
Parece que nadie duda actualmente de que la novela es urbana o no es, aunque transcurra en el campo. Puede transcurrir en el campo (opini¨®n de F¨¦lix de Az¨²a), pero su lenguaje ser¨¢ urbano, ya que desde hace dos siglos ("y en esto no hago m¨¢s que seguir a Baudelaire") s¨®lo la ciudad crea lenguaje. Puede transcurrir en un pueblo (opini¨®n de Enrique Murillo), pero, si su prop¨®sito no es encontrar la esencia de ese pueblo, ser¨¢ una novela heterodoxa: "Llamazares, que escribe sobre pueblos, no es, ni mucho menos, un ortodoxo".
Punto de fuga, de Alejandro G¨¢ndara, o El desorden de tu nombre, de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, son novelas en las que se plantean situaciones de vida urbana. Pero la ciudad no aparece all¨ª del mismo modo que en La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza, o que en Diario de un hombre humillado, de F¨¦lix de Az¨²a. Esa fosforescente geometr¨ªa del miedo de Punto de fuga o esa escena para la aventura del cinismo de El desorden de tu nombre transcurren en Madrid, pero podr¨ªan transcurrir quiz¨¢ en cualquier otra ciudad. Se mantienen saludablemente ajenas a la flor de un d¨ªa de la movida. El escenario de la mayor¨ªa de las novelas barcelonesas, en cambio, es, irremediablemente, Barcelona. Habr¨ªa en la capital catalana en este momento narcisismo cr¨ªtico, fascinaci¨®n por un mapa cruzado de historia y de cambio.
Es, m¨¢s o menos, lo que sostiene Ernesto Ayala-Dip: "Existe un redescubrimiento de Barcelona como motivo literario, equivalente, por ejemplo, al tema berlin¨¦s de los a?os treinta. ?pera ib¨¦rica, de Antonio-Prometeo Moya, novela que se adelant¨® a la moda y de la que nadie habla, est¨¢ empapada de voluntad barcelonina. Muestras de esa misma actitud son La ciudad de los prodigios y el libro Barcelonas, de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, en el que la ciudad aparece estratificada en diferentes niveles, y cualquiera de esos niveles podr¨ªa dar lugar a situaciones narrativas. En Madrid, en cambio, no hay una voluntad expresa de convertir esa ciudad en tema literario".
M¨¢s all¨¢ de la reproducci¨®n neur¨®tica del viejo partido Bar?a-Real Madrid (y a pesar de ciertas diferencias de tono y actitud: en Madrid, en general, un mayor inter¨¦s por las t¨¦cnicas narrativas; en Barcelona, en general, un mayor esp¨ªritu cr¨ªtico) parece no haber demasiado abismo entre una y otra literatura. Enrique Murillo anot¨®, en un art¨ªculo sobre la nueva narrativa aparecido hace poco en El Europeo, aproximadamente las siguientes caracter¨ªsticas: buena prosa escrita en un castellano de pa¨ªs industrializado, ausencia de didactismo y denuncia social, preponderancia de lo narrativo, alejamiento del vanguardismo y del posvanguardismo, b¨²squeda de nuevos caminos que enlacen con las tradiciones espa?olas o mundiales de cualquier ¨¦poca.
Todos estos elementos conformar¨ªan, para Murillo, una literatura ni tosca ni elitista, arriesgada, exploradora de dudas y alejada de las certidumbres realistas. ?Qui¨¦n, desde Madrid o desde Barcelona, arrojar¨ªa alguna piedra sobre estas buenas nuevas?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Manuel V¨¢zquez Montalban
- F¨¦lix de Az¨²a
- J. Ernesto Ayala-Dip
- Eduardo Mendoza
- Enrique Murillo
- Juan Jos¨¦ Mill¨¢s
- Declaraciones prensa
- Luis Mateo D¨ªez
- Gente
- RAE
- Novela
- Editoriales
- Barcelona
- Espa?ol
- Catalu?a
- Narrativa
- Idiomas
- Sector editorial
- Industria cultural
- Libros
- Lengua
- Madrid
- Ayuntamientos
- Comunidad de Madrid
- Literatura