Prehistoria de Alan Rudolph
Alan Rudolph es uno de los llamados independientes del cine norteamericano que, como su productor en este filme, Robert Altman, ha logrado en la peque?ez de su negocio casi casero o¨ªr la llamada de los millones de las grandes productoras de Hollywood, al parecer sin ¨¦xito por parte de ¨¦stas.Parece Alan Rudolph empe?ado en mantener, incluso al caro precio de la condena a perpetuidad de la peque?a audiencia, esa su independencia que le permite hacer a gusto peque?as pel¨ªculas suyas antes que a disgusto las grandes ajenas.
Alan Rudolph alcanz¨® en Espa?a el ¨¦xito, ciertamente minoritario pero intenso, con su El¨ªgeme. Baj¨® su audiencia con Inquietudes, estrenada dos a?os despu¨¦s, y ahora se mantiene en buen tono con la acogida, no entusiasta pero s¨ª aceptable, que ha obtenido su ¨²ltima pel¨ªcula, Los modernos.
Bienvenido a Los ?ngeles (Wellcome to L
A.)Gui¨®n y direcci¨®n: Alan Rudolph. M¨²sica: Richard Barkin. Producci¨®n: Robert Altman. Estados Unidos, 1976. Int¨¦rpretes: Keith Carradine, Sally Kellerman, Geraldine Chaplin, Harvey Keitel, Laura Hutton, Viveca Lindfords, Sissy Spacek, John Considine. Estreno en Madrid: cine D¨²plex (V. O, subtitulada).
En estos tres filmes Rudolph balbucea a veces: ofrece lecciones de virtuoso de la c¨¢mara y de la imagen sofisticada, junto con s¨ªntomas de estancamiento o menos, hay en ¨¦l una virtud innegable: una escena suya es distinta a la de cualquier otro cineasta, est¨¢ marcada por un sello indiscutiblemente propio, por el estigma de un estilo.
Esto no es poco. Por el contrario, es mucho. La posesi¨®n de un estilo, de un poderoso signo de distinci¨®n en el lenguaje propio y en la fisonom¨ªa de los signos que ese lenguaje necesita y emplea, es una aspiraci¨®n com¨²n a todo director de cine que s¨®lo unos poquitos alcanzan. Y, con toda evidencia, Rudolph es due?o de las claves del qu¨¦ y el c¨®mo quiere contar sus cosas, desde hace tiempo.
En efecto, Bienvenido a Los ?ngeles es un filme realizado hace 12 a?os y al parecer el primero de los suyos que alcanz¨® ¨¦xito. Pues bien, lo que de distintivo y de distinguido hay en sus pel¨ªculas aqu¨ª estrenadas (todas posteriores a ¨¦sta) ya est¨¢ larvado en Bienvenido a Los ?ngeles. El Rudolph familiar a los ojos del p¨²blico espa?ol, que ha seguido casi puntualmente su trayectoria reciente, est¨¢ por entero aqu¨ª, aunque con balbuceos mayores que los hasta ahora observados en ¨¦l.
Muestrario
Bienvenido a Los ?ngeles observa la misma disposici¨®n argumental en trenzado que admiramos en el gran gui¨®n que hay dentro de su pel¨ªcula El¨ªgeme. Utiliza la misma concepci¨®n del relato m¨²ltiple en forma de estructura musical. La misma funci¨®n vertebral de la banda sonora. Id¨¦ntica tendencia a la exquisitez en el empleo de las m¨²sicas, nunca exteriores a la imagen, nunca ornamentales, sino medulares. Agrada reconocer los rasgos adultos de un cineasta en las mantillas de sus trabajos adolescentes. Y ¨¦ste es el caso.El filme es un muestrario brillante de todos los gustos, recursos e incluso marruller¨ªas del Rudolph actual, pero sus estados de gracia son parciales y est¨¢n combinados con algunas escenas no precisamente afortunadas, en las que se ve la armaz¨®n del artificio detr¨¢s del tel¨®n de un buen gusto superficial, que no llega a alcanzar la elegancia y sofisticaci¨®n que a todas luces busca.
Se ve con agrado, pero el encanto inicial decae a mitad de metraje y el final es muy resabido, demasiado estudiado.
Babelia
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