Aguas turbias
La bah¨ªa de Algeciras se ha convertido en el estercolero industrial y urbano del pe?¨®n de Gibraltar y su comarca
La degradaci¨®n del medio ambiente en la bah¨ªa de Algeciras, producida por el auge industrial iniciado a mediados de la d¨¦cada de los sesenta, ha convertido el litoral algecire?o en el segundo punto, tras el polo qu¨ªmico de Huelva, m¨¢s contaminado de Andaluc¨ªa. Las recientes denuncias ecologistas contra el Gobierno gibraltare?o por sus constantes vertidos de residuos al mar y la publicaci¨®n de un informe toxicol¨®gico oficial que delataba la presencia de gran cantidad de metales en las aguas de Algeciras han avivado un problema que, seg¨²n todos los afectados, "viene de largo y nadie quiere atajar en Algeciras".
Las consecuencias afectan ya de pleno a la salud de los habitantes del Campo de Gibraltar, que s¨®lo encuentran como respuesta la pr¨®xima elaboraci¨®n de planes de prevenci¨®n y correcci¨®n de la contaminaci¨®n industrial. Lluvias ¨¢cidas, malformaciones en la fauna marina, enfermedades respiratorias y un alto ¨ªndice de c¨¢ncer en la poblaci¨®n son algunos de los fen¨®menos que los habitantes cercanos a la bah¨ªa de Algeciras padecen ya.De todo ello se hace responsables a las industrias del arco industrial, que vierten sin excesivas medidas de seguridad sus residuos al mar o a la atm¨®sfera; a los vertidos urbanos de los municipios de la zona, cuyas depuradoras de aguas residuales apenas entran en funcionamiento; a los petroleros y buques de gran tonelaje que limpian sus tanques en los muelles de la bah¨ªa, y a los residuos urbanos de la Roca gibraltare?a, estos ¨²ltimos los de mayor eco en la opini¨®n p¨²blica.
Sin embargo, en la mayor¨ªa de estos casos, las autoridades municipales de la zona descargan su responsabilidad y aluden a que existe una normativa de car¨¢cter nacional para controlar los vertidos industriales. En otros casos los expedientes sancionadores tardan meses en resolverse, y su repercusi¨®n consiste ¨²nicamente en la imposici¨®n de una multa, rid¨ªcula para las industrias que infringen la normativa.
El caso de Gibraltar, por su connotaci¨®n pol¨ªtica, ha servido de revulsivo para las denuncias. La aparici¨®n en aguas de la bah¨ªa de material residual sanitario alarm¨® a la poblaci¨®n, y las denuncias llegaron hasta el Parlamento Europeo. Las respuestas del viceconsulado brit¨¢nico fueron similares a las de las autoridades espa?olas: "El Gobierno brit¨¢nico est¨¢ muy preocupado (...). El incinerador estaba fuera de servicio y ya ha sido reparado (...). Se han tomado las acciones pertinentes".
La creciente industrializaci¨®n del Campo de Gibraltar comenz¨® con la instalaci¨®n de la refiner¨ªa de petr¨®leos de Algeciras, hacia 1968. Desde entonces se han ubicado entre el r¨ªo Palmones y el ramal de la carretera N-340, que va de San Roque a La L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz), un gran n¨²mero de industrias qu¨ªmicas y de derivados del petr¨®leo, y otras que necesitan el apoyo mar¨ªtimo para su actividad. La central t¨¦rmica de fuel de Algeciras, y otra de carb¨®n en la localidad de Los Barrios, las factor¨ªas Petresa, Interquisa, Negro Humo, y la empresa sider¨²rgica Acerinox, son, entre otras, las de mayor incidencia contaminante en el entorno.
Oxidos de azufre, o nitr¨®geno, mon¨®xidos de carbono y sulfuro de hidr¨®geno son los principales agentes de la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica. Fenoles, sulfuros, amoniacos, aceites y grasas y aguas de refrigeraci¨®n de turbinas componen los elementos m¨¢s corrosivos lanzados a las aguas de la bah¨ªa a trav¨¦s del r¨ªo Palmones o del Guadarranque. La contaminaci¨®n ac¨²stica plantea un problema menor, aunque los l¨ªmites actuales se sit¨²an muy pr¨®ximos a los niveles permitidos.
La salud, en juego
Algeciras, que vivi¨® el auge in dustrial como una soluci¨®n para sus problemas laborales y econ¨®micos, ha contemplado c¨®mo ¨¦stos no s¨®lo se mantienen, sino que adem¨¢s su entorno y la salud de sus habitantes se deterioran d¨ªa a d¨ªa sin que nadie ponga freno. La mayor¨ªa. de las factor¨ªas completaron sus plantillas, al afincarse en el Campo de Gibraltar, con escaso n¨²mero de traba jadores locales, y s¨®lo ofrecen empleo por cortas temporadas o paradas, para los trabajos m¨¢s peligrosos, como el lavado de turbinas o de calderas t¨¦rmicas.Puente Mayorga, La Colonia y Guadarranque, poblaciones pertenecientes al municipio algecire?o de San Roque, forman el arco costero que se ha visto econ¨®micamente m¨¢s afectado por las alteraciones ecol¨®gicas producidas por los vertidos.
Otro de los problemas para los habitantes campogibraltare?os es el gran n¨²mero de enfermedades cardiorrespiratorias y dermatol¨®gicas surgidas y la aparici¨®n de enfermedades de c¨¢ncer, que cada d¨ªa con mayor incidencia se diagnostican en la zona. Seg¨²n un informe del Partido Andalucista, "la Organizaci¨®n Mundial de la Salud declar¨® a la zona en su congreso de 1987, celebrado en Marbella (M¨¢laga), como una de las zonas m¨¢s prol¨ªficas para la aparici¨®n de c¨¢ncer en la poblaci¨®n de todo el mundo".
Isabel Bermejo, vecina de San Roque, y miembro de la asociaci¨®n ecologista Verdemar, advert¨ªa sobre la incidencia sanitaria de los vertidos: "Mi padre era el m¨¦dico de toda esta zona, y durante los a?os en los que ejerci¨® no encontr¨® ning¨²n caso de c¨¢ncer ni ning¨²n reci¨¦n nacido con malformaciones gen¨¦ticas, casos que se dan hoy con demasiada frecuencia".
Las lluvias ¨¢cidas que agujerean los coches, y otras de carbonilla que impiden el tendido de ropa al aire libre son tambi¨¦n fen¨®menos frecuentes. Alida Bosque, vecina de la Colonia, vive junto a lo que antes era el arroyo Napoleona y hoy es una de las salidas de los vertidos de Cepsa, que se encuentra a ras de suelo, sin niguna protecci¨®n, y que pasa justamente junto a su casa. "Hace dos a?os", coment¨® Alida Bosque, "toda esta porquer¨ªa entr¨® en mi patio. Muchas veces hay un fuerte olor, e incluso agua de los vertidos sale de las ca?er¨ªas y hace que la gente sufra v¨®mitos y mareos. Adem¨¢s, si alguien se ba?a en el mar en verano le salen ronchas".
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