Santiago Font y Nacho Ord¨¢s
La historia de los derechos humanos en 'comic'
Santiago Font es abogado de formaci¨®n, aunque no de profesi¨®n. Nacho Ord¨¢s es pintor de vocaci¨®n. Ambos son amigos, buenos amigos. Su vinculaci¨®n comenz¨® en Palencia, lugar de nacimiento de los dos, y continu¨®, a?os m¨¢s tarde,en Madrid, donde les ha reunido un proyecto com¨²n. Santiago ha puesto la letra y Nacho los dibujos de una historia de los derechos humanos en comic. Una manera de romper el formato habitual de los mamotretos que inundan los estantes dedicados al derecho en las bibliotecas.
Santiago Font, de 34 a?os, estudi¨® Derecho en Valladolid. Tras acabar sus estudios en 1979 se traslad¨® a Madrid, donde consigui¨® trabajo en el despacho de Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano. Poco tiempo despu¨¦s, tanto ¨¦l como su jefe asumieron que aquello no era lo suyo. "Un despacho de abogados es lo m¨¢s parecido a una consulta de un psiquiatra", recuerda Santiago. Un d¨ªa, Mohedano le pregunt¨® qu¨¦ era lo que deseaba hacer en realidad, y ¨¦l, sin dudarlo, le contest¨® que escribir un libro que pudiera ser le¨ªdo por aquellos que les gustara el derecho, pero que no aguantaran los textos jut¨ªdicos. Mohedano le puso as¨ª en contacto con el Ministerio de Cultura, que proyectaba publicar un libro divulgativo sobre los derechos humanos. Santiago Font se acord¨® de su amigo Nacho Ord¨¢s y ambos se pusieron a trabajar en el proyecto.Nacho Ord¨¢s, de 30 a?os, tiene un objetivo claro, dedicarse a la pintura. Su carrera no va mal. Ha conseguido exponer en diversas oportunidades tanto en exposiciones colectivas como individuales. Su mayor satisfacci¨®n proflesional es la de haber podido exponer incluso en Italia y la Rep¨²blica Federal de Alemani¨¢. Pese a todo, la pintura a¨²n no le da para vivir, y por ello suele trabajar en otras actividades paralelas relacionadas con la publicidad y el dise?o gr¨¢fico.
Casi un a?o despu¨¦s de haber iniciado su trabajo com¨²n lo ten¨ªan terminado. Santiago se dedic¨® durante seis meses a investigar la historia de los derechos humanos y a escribir el texto base. Una a una fueron concibiendo las vi?etas que Nacho iba dibujando a medida que el texto se redactaba definitivamente. Como portada eligieron un dibujo en el que aparec¨ªa la estatua de la Libertad con las faldas remangadas huyendo despavorida de la persecuci¨®n de un individuo; porra en mano, vestido con uniforme paramilitar.
La concepci¨®n final del libro no satisfizo al ministerio, por considerarlo demasiado atrevido. Por ese motivo se vieron obligados a recorrer editoriales, hasta que a la d¨¦cima llegaron a un acuerdo. La portada original pas¨¦ a contraportada, pero la publicaci¨®n se pudo realizar. La historia ilustrada de los derechos humanos vio la luz.
Ahora, Santiago y Nacho piensan ya en nuevos proyectos. De momento se sienten satisfechos de su obra publicada. Para ellos, se trata de un texto "tan digno como los m¨¢s sesudos ensayos que se estudian en las facultades de Derecho, pero adem¨¢s tiene humor, esp¨ªritu cr¨ªtico e imaginaci¨®n".
Los dos conocen las limitaciones que se han marcado. "Soy demasiado mal organizado e irresponsable para ser abogado", confiesa con total sinceridad Santiago Font. "Yo, por mi parte, lo tengo claro, me quedo con la pintura, pero mientras me diviertan las cosas que hago y me den pelas, esperar¨¦ mi oportunidad", dice Nacho.
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