Un editorial injusto

Bajo el t¨ªtulo Segar la hierba, un editorial de EL PA?S calificaba de "moralmente inadmisible" la negativa de Carlos Garaikoetxea (sin duda se refer¨ªa a Eusko Alkartasuna) a acudir a la reuni¨®n de Ajuria Enea para con memoria el aniversario del pacto antiviolencia, atribuy¨¦ndonos la argumentaci¨®n de que "no se ha avanzado lo suficiente en lo relativo al desarrollo auton¨®mico", y a?adiendo que "resulta indecente supeditar su repudio [a ETA] a cualquier clase de planteamiento ideol¨®gico, pol¨ªtico o partidista previo". Cualquier observador de la realidad vasca desprovisto de filias o fobias partidistas sabe perfectamente que Eusko Alkartasuna ha estado en todo momento en vanguardia de las manifestaciones contra la violencia de ETA, y que, precisamente por ello, suele ser blanco preferido de los ataques contenidos en sus comunicados. Sin duda, el propio editorialista habr¨¢ contemplado im¨¢genes recientes de nuestros representantes en Ond¨¢rroa, Ataun, ?ibar o Elg¨®ibar, donde por primera vez europarlamentarios del Grupo Arco Iris estuvieron presentes en una manifestaci¨®n contra la violencia de ETA a instancias de EA.Repudios a la vista

Por consiguiente, es radicalmente falso que EA "supedite sus repudios" a consideraciones partidistas por la sencilla raz¨®n de que sus repudios est¨¢n a la vista de quien quiera ver. Tampoco es cierto que EA no ha participado en la reuni¨®n porque no se ha "avanzado suficientemente en el desarrollo auton¨®mico", tal y como gen¨¦rica y caricaturescamente se explica en el editorial. EA asisti¨® el a?o pasado a Ajuria Enea, cuando el desarrollo auton¨®mico no era superior al actual, pero all¨ª puso como condici¨®n para suscribir un acuerdo la constituci¨®n de una comisi¨®n concreta para interpretar -con el mayor consenso posible- el desarrollo del autogobierno. Comisi¨®n que no ha funcionado porque algunos suscribientes del acuerdo lo han impedido hasta ahora. Nuestra inasistencia a una ceremonia conmemorativa constitu¨ªa as¨ª una protesta justificada y leg¨ªtima ante el incumplimiento de uno de los pocos contenidos concretos y pr¨¢cticos del pacto. En el fondo, en esta lamentable historia, EA se ha opuesto a la ya manida costumbre de vender im¨¢genes para encubrir la ausencia de iniciativas pr¨¢cticas. ?Cree alguien seriamente que el lehendakari Ardanza aporta algo nuevo cuando lee, al cabo de nueve horas de reuni¨®n, un comunicado en el que se pide a ETA su autodisoluci¨®n? ?Piensa alguien que al ciudadano vasco le impresiona el parto de los montes de una cumbre que s¨®lo alumbra t¨®picos y frases hechas que acaban devalu¨¢ndose con el uso? Puede que muchos o¨ªdos se sientan halagados por determinado lenguaje hecho de condenas, exhortaciones y anatemas, pero al final la ausencia de iniciativas con soluciones pr¨¢cticas s¨®lo aporta m¨¢s escepticismo.

Eusko Alkartasuna, adem¨¢s de condenar m¨¢s o menos ret¨®ricamente la violencia de ETA, pidi¨® a los partidos reunidos en enero de 1988 en Ajuria Enea que se atacara decididamente el problema de fondo de la disputa permanente sobre el desarrollo del autogobierno vasco, y que se atacara el problema de la ¨²nica manera aceptable: haciendo prevalecer el criterio de la mayor¨ªa de los partidos, reunidos en una comisi¨®n parlamentaria creada al efecto.

Con ello se acabar¨ªan las interpretaciones unilaterales del Gobierno central y su partido, que, en opini¨®n de muchos, han roto el compromiso estatutario, y, consiguientemente, se entrar¨ªa en una forma democr¨¢tica de interpretar la voluntad de la mayor¨ªa de los vascos. El procedimiento acordado fue saboteado porque resultaba m¨¢s interesante para algunos seguir imponiendo su santa y exclusiva voluntad. Pero, con ello, se sigue dando coartadas a quienes desprecian las v¨ªas democr¨¢ticas.

Por estas consideraciones, por el incumplimiento del pacto y porque estamos cansados de jugar a "im¨¢genes unitarias" que enmascaran serias contradicciones, no acudimos a la conmemoraci¨®n del pacto de Ajuria Enea. Se podr¨¢ estar o no de acuerdo con nuestra postura, pero nadie tiene derecho a faltar a la verdad acus¨¢ndonos de no repudiar la violencia de ETA y ocultando la evidencia de nuestra constante beligerancia en favor de la paz y en contra de las actuaciones violentas.