Prieto: "Yo tengo que ganar el Par¨ªs-Dakar"
El piloto espa?ol configura el retrato robot del vencedor del 'rally' africano
El retrato robot que se espera de un ganador del Par¨ªs-Dakar encaja perfectamente en la personalidad de Miguel Prieto. Su vida ind¨®mita, nada f¨¢cil, le ha hecho superar mil y una adversidades, tal y como se espera de alguien que sea capaz de ser el primero en cruzar ?frica en una carrera que es, por s¨ª sola, una aventura. Vendi¨® bocadillos de joven en las madrugadas de Vitoria, tuvo bares de alterne por las localidades castellanas, y compitiendo es capaz de hacer pasar un mu?eco como copiloto. La seguridad que tiene en s¨ª mismo le permite afirmar: "Yo tengo que ganar el Par¨ªs-Dakar".
Pregunta. ?D¨®nde se encaja usted, en el tipo de corredor que por sus posibilidades econ¨®micas pudo satisfacer una afici¨®n o en el de quien super¨® lo inimaginable porque lo suyo era obsesi¨®n?Respuesta. He tenido que trabajar para correr. Tuve una juventud dif¨ªcil, porque el negocio que ten¨ªa mi padre en Zamora no fue bien, y al final acab¨® de camionero ganando 15.000 pesetas. As¨ª que empec¨¦ trabajando en un bar. Inmediatamente mont¨¦ uno por mi cuenta, y a partir de ah¨ª me dediqu¨¦ a ganar dinero para gastarlo en ruedas, en firmar letras para motores y cosas de esas.
P. Usted lleg¨® hasta a vender bocadillos de madrugada por las calles de Vitoria.
R. S¨ª. Yo ten¨ªa un negocio alquilado a la f¨¢brica DKW, y lo que hac¨ªa eran tortillas de patatas, del orden de 100 y 200 cada d¨ªa, hasta las seis de la ma?ana, que me pon¨ªa a venderlas en bocadillos. As¨ª, a las diez de la maflar¨ªa me encontraba con 3.000 o 4.000 pesetas, que eran un dinero.
P. Vamos, que era usted un espabilado.
R. Lo que he sido quiz¨¢ es m¨¢s listo que inteligente. A los 18 a?os tuve que independizarme para ir sacando el dinero que necesitaba para correr. Me compr¨¦ inmediatamente un coche, y a los 19 a?os me saqu¨¦ la primera licencia de piloto. Mont¨¦ una serie de negocios, le alquil¨¦ al Ayuntamiento unas cervecer¨ªas. Pero han sido 15 a?os en los que todo el dinero que me han dado mis negocios, casi siempre de hosteler¨ªa y salas de fiestas, ha ido a las carreras.
Bares de alterne
P. ?Esas salas de fiestas eran bares de alterne?
R. S¨ª. Tuve en Logro?o, en Vitoria, en Aranda de Duero...
P. ?Le parece l¨ªcito hacer dinero explotando a la mujer?
R. Para nada es explotar a la mujer. Al contrario, las chicas que trabajaban en las barras ten¨ªan sus problemas, y de alguna forma los solucionaban con el dinero que ganaban all¨ª. Estos locales no eran unos bares de putas, sino barras de alterne de aquella ¨¦poca. All¨ª las chicas serv¨ªan copas detr¨¢s de la barra y ganaban un dinero.
P. Bares de alterne, negocios, dinero para correr. Usted deb¨ªa ser un chuleta al volante.
R. No, no, siempre le he tenido mucho respeto a la carretera. Mi coche particular tiene tres a?os y no llega a los 45.000 kil¨®metros. Viajo mucho, y casi siempre en tren o en avi¨®n.
P. El coche que tiene seguro que lo habr¨¢ sacado a buen precio.
R. Yo ten¨ªa un negocio de autom¨®viles y colaboraba con el concesionario de BMW, y pude comprar un 320 de seis cilindros a un precio interesante. Me ahorr¨¦ un mill¨®n.
P. Y ahora, a vivir de los coches,?no?
R. Ahora llevo dos a?os que les saco algo. Poco, porque parece que los pilotos espa?oles no podemos ganar dinero con las carreras. Cualquier franc¨¦s, por correr el Par¨ªs-Dakar, gana siete u ocho millones de pesetas, y yo, si gano mill¨®n y medio en toda la temporada, es bastante.
P. ?Se ha planteado fichar por una escuder¨ªa extranjera?
R. No, porque yo ya he tenido alguna ofertilla por ah¨ª, pero vivo muy a gusto en Espa?a. Yo tengo mucha confianza en Nissan, tengo un coche que de alguna forma lo he elaborado yo, que poco a poco me van haciendo caso, que ya es un coche de carreras y que el pr¨®ximo a?o, en cuanto tengamos la inyecci¨®n y gaste 30 litros en vez de 60, y los 300 caballos, y una caja de cambios mejor, tendremos un coche para pelear por los primeros puestos del Par¨ªs-Dakar.
P. ?Es que se plantea ganarlo?
R. Yo tengo que ganar el Par¨ªs-DaKar. Porque si no, considero que han sido 18 a?os perdidos. Ahora tengo plena confianza en que alg¨²n a?o lo ganar¨¦. No tergo prisa, porque la gente que Io corre tiene m¨¢s de 40 a?os, y yo tengo 36.
Los carreras, el ¨²nico placer
P. ?Por qu¨¦ esa obsesi¨®n de correr?R. Yo, de alguna manera, comenc¨¦ a vivir entre gasolina, porque mis padres ten¨ªan un negocio de transporte de camiones que luego abandotiaron. Mi padre ten¨ªa un cami¨®n, un Bedford de aquellos que cambiaron en la guerra por naranjas, y me acuerdo que con seis a?os y cuando mi madre me mandaba los domingos ir a misa lo que hac¨ªa era meterme debajo del cami¨®n para ayudar a mi padre a cambiar el aceite o arreglar los pinchazos y cosas de este estilo. Correr era lo unico que me gustaba. A m¨ª nunca me ha gustado tomar copas, ir al f¨²tbol, y s¨®lo fui una vez para hacer un saque de honor. No he tenido vicios. El ¨²nico, las carreras, que es lo que me proporciona placer.
P. ?A qu¨¦ atribuye esa satisfacci¨®n?
R. Es una lucha conmigo mismo, con el cron¨®metro. Yo no corro por vencer a nadie, s¨®lo por superarme a m¨ª mismo. El que haya hecho yo en el Par¨ªs-Dakar el puesto 18? o 20?, que ni lo s¨¦, no me precupa. Lo que me da satisfacci¨®n es pensar lo que me he divertido estos d¨ªas, que ha sido much¨ªsimo porque este coche de gasolina ya tiene m¨¢s caballos y a m¨ª lo que m¨¢s me gusta es la velocidad, el ir por un camino a 170 kil¨®metros por hora, sorteando los ¨¢rboles, o ir bailando entre las dunas en quinta a toda velocidad.
P. ?Nunca advierte que el peligro existe?
R. No lo veo. Lo que s¨ª soy consciente es de que ah¨ª est¨¢ y yo me he dado muchos golpes en mi vida. Ahora ya no, pero he aprendido a base de golpes. Afortunadamente, no he tenido nunca un accidente grave. A m¨ª hace a?os me conoc¨ªan por el campanas porque cada vez que sal¨ªa a una carrera me daba una o dos vueltas de campana o acababa estrellando el coche contra alg¨²n ¨¢rbol.
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