Un fragmento de apocalipsis

Carlos Marquer¨ªe, con el grupo La Tartana, ofrece un bello y l¨²gubre espect¨¢culo sobre tres textos de Heiner M¨¹ller. El dramaturgo alem¨¢n escribe con lo que se considera una dramaturgia fragmentaria y abierta, lo que permite a los directores de escena toda libertad dentro de una ideolog¨ªa. M¨¹ller es de un pesimismo agobiante: comenz¨® con un cierto idealismo sobre la sociedad comunista, pero se ha producido despu¨¦s como un fil¨®sofo de la cat¨¢strofe, muy apegado a la que sufri¨® su pa¨ªs y a la que cree que amenaza al mundo: su extinci¨®n. Su met¨¢fora es, frecuentemente, el uso de personajes cl¨¢sicos. Aqu¨ª se juntan Ribera despojada, Medeamaterial y Paisaje con argonauta. Los textos de M¨¹ller son breves: la dramaturgia silenciosa es, por tanto, larga. Es un mundo gris-negro donde los personajes merodean entre vencidos, supervivientes o muertos; chapotean en un min¨²sculo mar de aguas corrompidas, se arrastran, producen sonidos repetitivos, se disuelven. La tensi¨®n es la misma continuamente, de principio a fin -hora y media-, y puede producir cansancio en espectadores no aficionados a este tipo de espect¨¢culo, que quiz¨¢ est¨¦ fuera de la corriente actual.

Espl¨¦ndida realizaci¨®n

Carlos Marquer¨ªe ha producido el clima, el ambiente, el agobio necesarios; cada uno de los efectos teatrales es acumulativo y ha conseguido una espl¨¦ndida realizaci¨®n de todo. Los poemas encajan con naturalidad, aunque a veces no sean enteramente perceptibles, bien por la dicci¨®n de una excelente actriz extranjera -Sian Thomas- que no domina la prosodia castellana, bien por la acumulaci¨®n de sonidos superpuestos. La adaptaci¨®n de estos textos por Guillermo Heras, sobre una traducci¨®n de Brigitte Aschwanden, mantiene la belleza del original.El grupo La Tartana hace una creaci¨®n admirable. Muchas compa?¨ªas ilustres quisieran tener esta unanimidad, esta escuela, esta forma de complementarse unos a otros y, en cada caso, de producirse individualmente. Tienen una calidad notable en lo musical y una fuerza contenida, sabia, en la expresi¨®n corporal.

Heiner M¨¹ller ha sido interpretado varias veces en Espa?a, siempre por grupos m¨¢s o menos marginados, a excepci¨®n de alguna obra tra¨ªda por festivales, dirigida por Bob Wilson, con quien M¨¹ller ha trabajado directamente. Encuentro que la m¨¢s adaptada a la idea que se puede tener aqu¨ª de este raro escritor, inscrito en una civilizaci¨®n y una cultura que no son las nuestras, es ¨¦sta que ofrece ahora Carlos Marquer¨ªe con La Tartana. Tiene, en la sala Olimpia, un p¨²blico no excesivamente numeroso, pero s¨ª conocedor de lo que va a ver, que escucha con respeto y silencio, y que si cort¨® sus aplausos finales -hablo de la representaci¨®n del domingo por la tarde- fue porque los actores no volvieron a saludar al escenario despu¨¦s del final de la obra, excelente decisi¨®n que se mantiene dentro del tono apocal¨ªptico y tr¨¢gico del espect¨¢culo.