El necesario 'giro social' hacia el desarrollo

La mayor¨ªa de los pron¨®sticos m¨¢s solventes acerca de la evoluci¨®n previsible del contexto internacional en los pr¨®ximos a?os se?alan como rasgos m¨¢s destacados:a) La continuaci¨®n del crecimiento relativamente lento en las econom¨ªas desarrolladas, coincidente con el complejo y largo proceso de reestructuraci¨®n tecnol¨®gica e industrial en la actual fase descendente de la onda larga de acumulaci¨®n capitalista.

b) Una renovaci¨®n tecnol¨®gico-industrial muy intensiva en capital y sustitutiva de mano de obra, con dificultad para lograr disminuir los elevados niveles de desempleo existentes en los pa¨ªses industrializados.

c) Una concentraci¨®n de inversiones directas y flujos financieros en el propio n¨²cleo de los pa¨ªses industrializados, con la relativa y creciente marginaci¨®n de las regiones del mundo subdesarrollado.

d) La persistencia y extensi¨®n de las m¨¢s diversas pr¨¢cticas proteccionistas por parte de las principales potencias capitalistas, a pesar de la hegemon¨ªa ideol¨®gica de la ret¨®rica del liberalismo econ¨®mico.

Estos rasgos constituyen ya una evidencia desde hace a?os y muestran que la actual fase de crecimiento supone un cambio cualitativo importante en la evoluci¨®n de la internacionalizaci¨®n del capital respecto de la fase de auge econ¨®mico de posguerra que lleg¨® hasta fines de los a?os sesenta.

No puede, por tanto, pensarse que la exclusi¨®n de amplios sectores sociales del mercado de trabajo, impl¨ªcita al actual estilo de crecimiento, vaya a corregirse con pol¨ªticas econ¨®micas propias de aquella otra fase o mediante una simple inserci¨®n pasiva al funcionamiento espont¨¢neo de las fuerzas econ¨®micas internacionales m¨¢s poderosas, tal como viene practic¨¢ndose en estos ¨²ltimos a?os.

Un verdadero giro social al actual estilo de crecimiento econ¨®mico en Espa?a debe incluir b¨¢sicamente, en nuestra opini¨®n, las l¨ªneas directrices b¨¢sicas de un modelo de desarrollo alternativo:

a) Que reoriente los procesos productivos -tanto a nivel de las distintas comunidades aut¨®nomas (CC AA) como en el conjunto del Estado- hacia la atenci¨®n prioritaria de las demandas y necesidades b¨¢sicas de toda la poblaci¨®n, junto a los sectores m¨¢s din¨¢micos y estrat¨¦gicos de la econom¨ªa.

b) Esta reorientaci¨®n de los procesos productivos, a escala regional y estatal, ha de aumentar la capacidad de retener lo calmente el excedente econ¨®mico generado, benefici¨¢ndose asimismo de los efectos multiplica dores de la inversi¨®n productiva y del propio crecimiento econ¨®mico cuando se trata de un tejido productivo articulado internamente entre sectores, ramas y actividades.

c) La prioridad que se concede al mayor desarrollo end¨®geno e iniciativas locales de empleo en este estilo alternativo de desarrollo exige asimismo la adecuada integraci¨®n o articulaci¨®n intersectorial e interregional a nivel del Estado, busc¨¢ndose, en suma, un desarrollo en la construcci¨®n econ¨®mica del Estado de las autonom¨ªas y provocando as¨ª una reorientaci¨®n de los procesos productivos a nivel de todo el Estado.

d) Obviamente, todo esto ex? ge la utilizaci¨®n de los conocimientos, instrumentos y t¨¦cnicas de la planificaci¨®n del desarrollo para intentar el ¨¦xito de los objetivos citados, ya que de ning¨²n modo puede confiarse el logro de los mismos al funcionamiento espont¨¢neo del mercado, haci¨¦ndose necesarios la regulaci¨®n y control conscientes de todo el complejo proceso de desarrollo.

e) Todo el dise?o mismo de esta planificaci¨®n necesaria del desarrollo debe realizarse as? mismo con una evaluaci¨®n previa y consciente de la incidencia que tienen sobre el medio ambiente las distintas opciones t¨¦cnicas de producci¨®n, as¨ª como los correspondientes patrones de o, cuesti¨®n ¨¦sta tambi¨¦n lamentablemente descuidada o ignorada.

f) Asimismo, un rasgo fundamental de este giro social es la necesaria participaci¨®n activa de los diversos agentes econ¨®micos y sociales en el conjunto de las decisiones, dise?o y puesta en pr¨¢ctica del proceso de desarrollo. La sociedad civil debe dejar de ser s¨®lo un objeto pasivo del crecimiento econ¨®mico para pasar a convertirse en sujeto principal del desarrollo.

El giro social exige, por tanto, la atenci¨®n prioritaria de las demandas b¨¢sicas del conjunto de la poblaci¨®n, pero no ¨²nicamente desde una perspectiva asistencial, sino convirtiendo tambi¨¦n esas demandas en un eje din¨¢mico importante del crecimiento econ¨®mico, de modo que se a?adan al dinamismo propio del sector externo, que no quedar¨ªa as¨ª en absoluto marginado, sino integrado y subordinado a la consecuci¨®n del objetivo prioritario antes se?alado.

Ello exige, insistimos, una orientaci¨®n y programaci¨®n b¨¢sicas en la pol¨ªtica deseada de desarrollo, al tiempo que se intenta tambi¨¦n con ello incrementar la capacidad de autonom¨ªa nacional (regional y estatal) como dimensi¨®n necesaria del desarrollo econ¨®mico alternativo que se propugna.

Pol¨ªticas p¨²blicas

Todo esto obliga, naturalmente, a un tipo determinado de pol¨ªticas p¨²blicas de producci¨®n, de empleo, de propiedad de activos, de generaci¨®n de tecnolog¨ªas apropiadas o adaptadas a la dotaci¨®n de recursos y factores existentes, de investigaci¨®n cient¨ªfica, de contenidos y formas de educaci¨®n consiguientes, etc¨¦tera, ya que los requerimientos de la prioridad dada a la atenci¨®n de la demandas b¨¢sicas exigir¨ªan cambios principales:

a) En cuanto a la composici¨®n del consumo privado, donde debe ganar importancia el consumo de los estratos sociales de menor ingreso.

b) En la relaci¨®n entre el consumo privado y el p¨²blico, donde tambi¨¦n debe ganar peso el segundo, ante las necesidades educativas, de equipamiento social y de infraestructura, salud y otros servicios sociales b¨¢sicos.

c) En lo relativo a la formaci¨®n de capital, que debe dirigirse hacia la aludida reorientaci¨®n de la estructura productiva, as¨ª como hacia la adecuada atenci¨®n a las necesidades de alojamiento digno y accesible para toda la poblaci¨®n, encarando de este modo la incalificable situaci¨®n especulativa y rentista urdida en torno a la vivienda, que la han convertido ya m¨¢s en un activo financiero que en un medio de atenci¨®n de una necesidad fundamental.

Como se ha indicado ya, la readecuaci¨®n de la estructura productiva supone otra composici¨®n de los flujos productivos seg¨²n ramas, sectores y tipos de productos, y supone asimismo una industrializaci¨®n m¨¢s articulada con la dotaci¨®n de recursos locales, con mayor integraci¨®n, por tanto, entre los desarrollos agr¨ªcola e industrial, as¨ª como una cobertura interna m¨¢s amplia de las l¨ªneas de abastecimientos estrat¨¦gicos, como son los sectores de bienes de equipo y de energ¨ªa y otros bienes intermedios.

Es importante, por tanto, que se restablezca la prioridad de los sectores de la producci¨®n material sobre las actividades especulativas, quebrando la inversa tendencia actual, y que todo el conjunto de los servicios se redefina bajo criterios m¨¢s sociales y solidarios del estilo de desarrollo alternativo que implica el giro social.

El giro social hacia el desarrollo exige esencialmente una definici¨®n de las orientaciones pol¨ªticas. De ah¨ª la acertada exigencia sindical al Gobierno respecto a la necesaria redefinici¨®n del papel activo que corresponde al conjunto de las instancias p¨²blicas del Estado de modo que permitan un avance hacia la consolidaci¨®n democr¨¢tica desde las mismas bases econ¨®micas fundamentales de la sociedad.