El contestador
Las voces suenan ah¨ª siempre c¨¢lidas, porque son de uso exclusivo. El aparato que las contiene ha resuelto adem¨¢s la soledad de la entrada en casa: las dos luces rojas que se observan al fondo cuando el sal¨®n a¨²n permanece a oscuras muestran enseguida que una mara?a de circuitos, cables e ingenio ha aguardado vigilante el regreso del guerrero. Cualquier voz grabada se convierte entonces en familiar y entra?able, tal vez porque le atribuimos corno m¨¦rito la victoria sobre la timidez de hablarle a una m¨¢quina y la paciencia de haber permanecido esperando all¨ª hasta que el pulgar aprieta la tecla play.Las redes de comercializaci¨®n han extendido la venta de este invento para personas ocupadas o juerguistas ausentes explicando sus indudables virtudes y eludiendo, sin embargo, sus efectos diab¨®licos: por ejemplo, cuando falla: amigos y comunicantes habr¨¢n escuchado las frases de invitaci¨®n al mensaje pero ignorar¨¢n que sus palabras no trascendieron de la centralita del barrio porque el interesado olvid¨® dejar pulsada la tecla rec.
Al due?o del invento le costar¨¢ var¨ªas semanas reconstruir la lista de llamadas de tan infausta fecha, y mientras tanto arrastrar¨¢ decenas de incomprensiones.
Pero nada comparable a la desaz¨®n que sobreviene cuando los d¨ªgitos electr¨®nicos marcan 10 llamadas recibidas y s¨®lo est¨¢n registrados cuatro mensajes. ?Qui¨¦nes ser¨¢n los otros seis comunicantes, que no vencieron la barrera, no supieron qu¨¦ decir o simplemente se confundieron de n¨²mero? ?Qui¨¦n habr¨¢ mostrado cierto inter¨¦s por nuestra existencia sin que nunca podamos agradec¨¦rselo? ?Fue ella tal vez?
Nada de eso viene en los prospectos. Y tampoco las amarguras que este aparato causa cuando se empe?a en arrojarnos a la cara la cruel realidad: "Te llam¨¦ ayer varias veces, pero nunca est¨¢s en casa". El propietario maldecir¨¢ haber comprado este artilugio que no le permite enga?arse: aquel d¨ªa los d¨ªgitos eran redondos, tres hermosos ceros, y nadie, absolutamente nadie, se hab¨ªa preocupado de grabar una voz c¨¢lida de uso exclusivo.
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