El museo de Figueres se prepara para convertirse en el pante¨®n de Salvador Dali
Los obreros trabajan en la tumba del pintor sin un proyecto preestablecido
La construcci¨®n de la tumba donde ser¨¢ enterrado Salvador Dal¨ª en su museo de Figueres (Gerona) se realiza sin ning¨²n proyecto previo, seg¨²n informaron ayer fuentes de la fundaci¨®n que lleva el nombre del pintor. La voluntad de Dal¨ª de ser enterrado en su ciudad natal, y no en P¨²bol junto a su esposa Gala, como se hab¨ªa previsto inicialmente, obedece, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al artista, al deseo de ¨¦ste de evitar que una lectura literal y pragm¨¢tica de su testamento pueda dejar en un segundo plano a Figueres y, en consecuencia, a su museo. El artista continuaba ayer en estado muy grave.
Una decena de operarios, coordinados por el asesor t¨¦cnico del museo, Pedro Ald¨¢miz, trabaja en jornadas maratonianas en la construcci¨®n de la tumba del pintor, que se ubicar¨¢ en la sala cubierta por la impresionante c¨²pula geod¨¦sica que domina el edificio, una singular obra de arquitectura convertida hoy en todo un s¨ªmbolo de la ciudad de Figueres. Dentro de la sala, la sepultura se situar¨¢ justo debajo de la gigantesca tela que pint¨® Isidoro Bea siguiendo las ¨®rdenes de Dal¨ª. De momento s¨®lo est¨¢ prevista la colocaci¨®n de una pieza de m¨¢rmol, grande y simple, a manera de monumento funerario.Mientras avanzaban los trabajos, que hoy recibir¨¢n la preceptiva conformidad sanitaria, Dal¨ª continuaba, en un estado casi ag¨®nico, en su lecho de la unidad de cuidados intensivos de la cl¨ªnica de Figueres, atendido por los m¨¦dicos y por su m¨¢s ¨ªntimos colaboradores. Tanto Robert Descharnes, como el pintor Antoni Pitxot y el abogado Miguel Domenech lo han abandonado todo estos d¨ªas para permanecer al lado de su amigo y maestro. Los tres siguen de cerca, con pena, la evoluci¨®n cl¨ªnica de Salvador Dal¨ª y participan, "muy a pesar suyo", pero como responsables y miembros de la Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª, en la organizaci¨®n de los protocolarios e inevitables pasos que deber¨¢n seguirse en el momento de la desaparici¨®n definitiva de Dal¨ª.
De momento han aceptado la voluntad ¨²ltima del artista, manifestada d¨ªas atr¨¢s a Mari¨¤ Lorca, alcalde de Figueres, de ser enterrado en su Teatro-Museo de su ciudad natal, en vez de P¨²bol.
Con el rostro oculto
Robert Descharnes no deja de recordar que Dal¨ª siempre manifest¨®, hasta fecha muy reciente, su voluntad de ser enterrado en la cripta del castillo de P¨²bol, "junto a Gala y con el rostro oculto", seg¨²n consta en acta notarial. Con todo, junto a sus colaboradores, reconoce que la decisi¨®n de Dal¨ª es como siempre "daliniana y coherente": la de querer seguir presente con y entre su obra y, adem¨¢s, en este caso, defendiendo por encima de todo el futuro de la Fundaci¨®n. Otras personas consultadas apuntan que el cambio de ubicaci¨®n de la sepultura no deja de ser un ¨²ltimo gesto generoso realizado por el artista con respecto a su ciudad natal: el querer evitar que una lectura literal y pragm¨¢tica de su testamento (en el que, se supone, nombra herederos de su obra a la Generalitat de Catalu?a y a la Administraci¨®n central) pueda dejar en muy segundo plano a Figueres y en consecuencia su Teatro-Museo. La presencia post mortem de Dal¨ª puede ser un argumento muy en favor de mantener como puntos de inter¨¦s tanto el museo como la propia fundaci¨®n, al tiempo que un respaldo moral para convertir la capital del Empord¨¤ en un centro de estudios dalinianos, objetivo esencial que consta en los estatutos de la fundaci¨®n.La palabra que mejor describe el extra?o y largo momento de la agon¨ªa de Salvador Dal¨ª, la pronuncia su secretario Robert Descharnes: "Emoci¨®n". En su intento por describir el sentimiento que le provoca asistir al final de la vida del gran artista, Descharnes reconoce que la suya no es una "tristeza f¨ªsica", sino un sentimiento como de impotencia ante la vida. "De hecho tambi¨¦n es emocionante ver c¨®mo en Dal¨ª, en la vida de Dal¨ª, no hay ruptura. Parad¨®jicamente, tras su muerte, nos daremos cuenta de que todo cuanto parec¨ªa caos a su alrededor y en su obra no es m¨¢s que l¨®gica y consecuencia", dijo Descharnes. "Dal¨ª no deja de ser como Napole¨®n, a quien quiso parecerse en sus a?os mozos, seg¨²n nos cuenta en sus memorias, que cambi¨® radicalmente su forma de actuar en diversas etapas de su vida. Hoy, cuando le juzgamos, tantos a?os m¨¢s tarde, aquellos cambios pueden parecemos razonables".
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