Almunia: "Queda poco tiempo para que los sindicatos cambien"
El Gobierno quiere conseguir un acuerdo, si las centrales ceden una parte
Las negociaciones entre el Gobierno y los sindicatos se encuentran en un punto decisivo, Para ma?ana est¨¢ prevista una nueva ronda de contactos en la que todos se juegan mucho, porque el plazo que se han concedido ambas partes se acerca a su final. El Ejecutivo desea un arreglo, pero exige que los sindicatos cedan un poco. As¨ª se desprende de una conversaci¨®n mantenida con el responsable para las Administraciones P¨²blicas, Joaqu¨ªn Almunia, uno de los ministros asignados por el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, al control pol¨ªtico de esta negociaci¨®n. "La responsabilidad principal de aproximar posiciones corresponde ahora a los sindicatos", asegura Almunia.
Pregunta. ?Qu¨¦ debe suceder en la pr¨¢ctica, en lo concreto, para que se llegue a un acuerdo?Respuesta. El Gobierno, en las 20 horas de negociaci¨®n empleadas, ha puesto sobre la mesa propuestas concretas que van en el sentido de atender las reivindicaciones sindicales. Lo coherente para que el acuerdo sea posible es que los sindicatos traduzcan sus reivindicaciones en contrapropuestas o respuestas que permitan aproximar las posiciones.
En el reciente debate parlamentario, el presidente del Gobierno pregunt¨® p¨²blicamente a las centrales si sus reivindicaciones eran o no negociables, porque no habr¨ªa perspectivas de ¨¦xito si se planteaban como exigencias previas. Las centrales contestaron que sus posturas eran negociables. Pero a pesar de esas afirmaciones, hechas hace un mes, hasta ahora no han sido coherentes con aquellas afirmaciones y no han modificado en absoluto sus exigencias iniciales. Eso hace inviable el avance hacia el acuerdo y eso es lo que ha de modificarse.
P. Seg¨²n el Gobierno, ?la pelota est¨¢ en el tejado sindical?
R. A la vista del desarrollo de las negociaciones, que est¨¢n abiertas desde el 26 de diciembre, los sindicatos son los que todav¨ªa no han acreditado una actitud negociadora. Queda poco tiempo para que reconsideren su actitud, si es que de verdad buscan un acuerdo.
P. El conflicto con los profesores es un precedente del estilo de este Gobierno a la hora de manejar esos problemas. Al principio hubo una postura muy dura, con fuerte coste personal para quien daba la cara por el Ejecutivo, que era el ministro Maravall. Y despu¨¦s el Gobierno flexibiliz¨® su actitud y lleg¨® a un acuerdo con rapidez. ?No suceder¨¢ al final algo parecido?
R. El hecho es que el Gobierno lleg¨® a un acuerde con los sindicatos de los docentes. Antes de que se alcanzase ese pacto, independientemente de que el ministro fuera Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall o Javier Solana, hab¨ªa quien dec¨ªa que el Gobierno estaba incapacitado para llegar a un acuerdo. Pero hay que atenerse a la realidad: hubo pacto.
P. Su respuesta evade un poco la pregunta. El hecho de que un acuerdo haya de verse precedido de un largo per¨ªodo de tensiones, supone un fuerte coste para el Gobierno.
R. Por supuesto, todo conflicto tiene un coste para el Gobierno y para los ciudadanos que sufren sus consecuencias. Nosotros lo tenemos en cuenta. El Ejecutivo no est¨¢ negociando con cartas en la manga, ni mantiene posiciones inflexibles: est¨¢ volcado en favor del acuerdo, porque es plenamente consciente de las consecuencias negativas en t¨¦rminos de coste pol¨ªtico, pero tambi¨¦n de perjuicio para los ciudadanos, que supondr¨ªa la no existencia de un acuerdo.
"UGT hab¨ªa pactado"
P. ?Valoran ustedes el enfrentamiento con las centrales como el problema pol¨ªtico m¨¢s serio que tiene planteado el Gobierno?R. Hay que distinguir varias cosas. La principal preocupaci¨®n de los ciudadanos es la situaci¨®n de paro y la necesidad de crear empleos adicionales a los que genera el crecimiento econ¨®mico para ir absorbiendo el paro acumulado, en particular el de los j¨®venes que no han trabajado nunca. Ese punto est¨¢ pendiente de que se re¨²na la mesa sobre creaci¨®n de empleo, que a¨²n no ha sido abierta porque no hab¨ªan llegado las propuestas de las centrales sindicales. Alguna ha llegado ya en los ¨²ltimos d¨ªas. Los otros puntos suponen tambi¨¦n cuestiones de inter¨¦s para los ciudadanos, como son las pensiones y las retribuciones.
Pero hay un problema pol¨ªtico esencial, que es la preocupaci¨®n ciudadana por la paz social y el riesgo de tensiones que se puede derivar de la imposibilidad de un acuerdo entre sindicatos y Gobierno. ?se es el panorama pol¨ªtico en el cual se encajan estas negociaciones. Nosotros estamos dispuestos a responder a esas preocupaciones con la m¨¢xima voluntad negociadora.
P. Si fracasan las negociaciones, ?el Gobierno socialista podr¨¢ continuar con su proyecto sin los sindicatos?
R. Es elemental contestar que s¨ª, en la medida en que el PSOE y el Gobierno sigan contando con la mayor¨ªa parlamentaria para gobernar y con el apoyo social suficiente cuando se produzca, al final de la legislatura, una convocatoria electoral.
Dicho esto, para llevar adelante el proyecto socialista con los mejores resultados y el m¨ªnimo coste, es evidente que la concertaci¨®n y el di¨¢logo social representan un elemento de m¨¢xima importancia. En ausencia de di¨¢logo entre el Gobierno y los interlocutores sociales, los beneficios que los ciudadanos van a obtener no van a ser los mismos: la p¨¦rdida de la paz social es un elemento muy perjudicial.
P. ?Qu¨¦ ha sucedido para que UGT haya chocado frontalmente con ustedes?
R. La estrategia de concertaci¨®n seguida por UGT en el per¨ªodo 1982-1986 produjo buenos resultados para los ciudadanos: se ha generado empleo, hay m¨¢s riqueza para distribuir, se han potenciado los derechos sindicales y laborales. Cuando el PSOE elaboraba el programa electoral para esta legislatura, la UGT acord¨® ese programa con el PSOE, en sus aspectos socioecon¨®micos, y en ese programa se apuesta por el di¨¢logo social como v¨ªa para obtener mejoras del bienestar, del poder adquisitivo, mayor redistribuci¨®n de rentas y superaci¨®n de la crisis.
UGT no est¨¢ siendo consecuente con aquel compromiso con el PSOE y exige reivindicaciones que, de cumplirse, pondr¨ªan al Gobierno en situaci¨®n de tener que actuar en contra del programa electoral. Quienes estamos cumpliendo el programa somos nosotros, desde el Gobierno, mientras la UGT plantea algunos puntos contradictorios con ese programa.
Yo no encuentro una explicaci¨®n a ese giro estrat¨¦gico de la UGT. S¨ª encuentro explicaci¨®n a la estrategia de CC OO: con su orientaci¨®n pol¨ªtica, que no es otra que la del partido comunista e lzquierda Unida, esta central mantiene las posiciones que mantiene.
P. Usted es el ministro para las Administraciones P¨²blicas y los funcionarios, precisamente, est¨¢n en el centro de las reivindicaciones sindicales. Al mismo tiempo hay muchas quejas en la sociedad sobre el mal funcionamiento de los servicios administrativos. Nadie parece estar contentento.
R. Los funcionarios tienen derecho a negociar sus retribuciones y a que ¨¦stas no sean discriminatorias respecto a las que se perciben en el sector privado; pero tambi¨¦n es cierto que las contrapartidas que desde los responsables de la Administraci¨®n se deben exigir a los funcionarios deben ser similares a los que se piden en cualquier otro ¨¢mbito de la actividad laboral o productiva. Se han dado pasos pan cubrir los dos objetivos, que son indisociables.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.