Versiones para todos los gustos
La ausencia de explicaciones oficiales sobre la toma del regimiento de La Tablada y la carencia de informaci¨®n completa sobre las conexiones del comando que asalt¨® el cuartel desencadenaron toda clase de versiones: desde que iban dirigidos por una mujer nicarag¨¹ense hasta que se trataba de chilenos y paraguayos. Entre otros comentarios, se habl¨® de "banda heterog¨¦nea"; "delincuentes" que se enmascaran bajo una ideolog¨ªa de izquierda; individuos de "corte marxista y bajo nivel cultural, equiparable al de las barras bravas del f¨²tbol"; y, no pod¨ªa faltar, de un grupo infiltrado y manipulado por los servicios secretos para desprestigiar a la izquierda.Un capell¨¢n de la polic¨ªa de Buenos Aires que apareci¨® por la zona de La Tablada se encarg¨® de lanzar la versi¨®n de que se trataba de miembros de la Brigada del caf¨¦, gentes de izquierda que viajaban a Nicaragua para ayudar a la revoluci¨®n sandinista trabajando en la cosecha de caf¨¦. Un militar se encarg¨® de sugerir a los periodistas que se enteraran de la nacionalidad de los asaltantes, con lo que lanzaba la idea de una conexi¨®n internacional.
A primera hora de la tarde, una emisora de radio empez¨® a hablar de la cooperaci¨®n del grupo mao¨ªsta peruano Sendero Luminoso. Hern¨¢n Pati?o, experto en temas militares del peronismo, habl¨® de "mercenarios y lumpenaje", pero a?adi¨® que resultaba inexplicable que unos mercenarios vayan a entregarse a una tarea suicida.
El Gobierno lanz¨® en la noche del lunes la versi¨®n de que se trataba de miembros del Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo (ERP), basado en que dos de los asaltantes muertos ten¨ªan antecedentes que los vinculaban a esa organizaci¨®n que en los a?os sesenta y setenta se lanz¨® a la toma del poder por la v¨ªa armada. El resultado del "an¨¢lisis de la correlaci¨®n de fuerzas" realizado por la guerrilla de izquierda en Argentina es de sobra conocido: en una dictadura de siete a?os desaparecieron para siempre unas 10.000 personas y el pa¨ªs todav¨ªa no se ha recuperado de las heridas. La cuesti¨®n ahora es si se va a decir de La Tablada aquello que se coreaba en 1968 en las barricadas del mayo franc¨¦s: "Esto no es m¨¢s que el comienzo, la lucha contin¨²a".
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