Un obispo declara a la revista 'Lui' que hacer el amor no es pecado

Monse?or Jacques Gaillot, obispo de Evreux, la oveja descarriada del episcopado franc¨¦s, acaba de conceder una entrevista a Lui, "la revista del hombre moderno". El obispo se declara partidario de que el acto sexual, "que forma parte de la naturaleza", no se considere pecado; defiende la utilizaci¨®n de los preservativos, se muestra m¨¢s preocupado por el comercio de armas que por la libertad de costumbres, apoya la ordenaci¨®n sacerdotal de los hombres casados y califica de escandalosas las reacciones integristas ante el filme La ¨²ltima tentaci¨®n de Cristo.

Las ideas del obispo de Evreux son conocidas en Francia y en la entrevista no expresa opiniones m¨¢s audaces que de costumbre. Pero esta vez la sorpresa se produce por el medio en el que se publican, ya que se trata de la primera entrevista concedida por un obispo a la prensa er¨®tica francesa. Gaillot piensa visitar antes de Semana Santa el Vaticano, donde tiene "un dossier bien repleto", para explicar sus posiciones.

Gaillot, la ant¨ªtesis de monse?or Marcel Lefebvre, considera que el acto sexual "es algo bello y grande". "El placer forma parte de nosotros y de la vida", afirma, y se opone a la condena "de algo que nos ha sido dado". Frente al problema del SIDA, estima que rechazar, "en nombre de un principio, el uso de preservativos, equivale a decir que se niega la asistencia a personas en peligro". "Creo", manifiesta, que el comercio de armas me asusta m¨¢s que la libertad de costumbres.

Broma de compa?eros

El comercio de armas; es un verdadero atentado a los derechos humanos. Lo que me inquieta es el desequilibrio entre el Norte y el Sur, la violencia institucional, los ni?os que mueren de hambre y de injusticia".Gaillot, de 53 a?os, de aspecto fr¨¢gil, peque?o y calvo, fue nombrado obispo de Evreux en 1982. En la entrevista confiesa que al recibir la carta con el nombramiento crey¨® que era una broma de los compa?eros.

Frente a la pregunta de si acudir¨ªa a la llamada de una mujer que quiere abortar y necesita ayuda en ese momento dif¨ªcil, contesta: "Si verdaderamente yo puedo rendir un servicio a alguien, lo har¨ªa".

El obispo de Evreux comprende que el Jes¨²s revolucionario no haya podido durar mucho tiempo" e insiste en su fidelidad al Evangelio, "un gran mensaje de liberaci¨®n".

"Si se vive [el Evangelio], es dinamita".