Josefina Molina: "Este no es un pa¨ªs de matices"
'Esquilache' representar¨¢ a Espa?a en Berl¨ªn
El pr¨®ximo d¨ªa 18 de febrero se proyectar¨¢ a concurso en el Festival de Berl¨ªn la pel¨ªcula Esquilache, dirigida por Josefina Molina, un filme de cuidada recreaci¨®n hist¨®rica que, en una atm¨®sfera intimista, utiliza el popular mot¨ªn ocurrido en el reinado de Carlos III para plantear una reflexi¨®n hist¨®rica. Su argumento y gui¨®n, en el que han colaborado Joaqu¨ªn Oristrell, Jos¨¦ S¨¢mano y la propia realizadora, es una versi¨®n libre de la obra de Buero Vallejo Un so?ador para un pueblo.
Josefina Molina, de 52 a?os, cordobesa y madrile?a de adopci¨®n desde hace m¨¢s de 20 a?os, fue la primera mujer que obtuvo el t¨ªtulo en la especialidad de direcci¨®n en la hoy desaparecida Escuela Oficial de Cine. Entre sus m¨¢s recordados trabajos se encuentran la serie televisiva Teresa de Jes¨²s y las pel¨ªculas Vera, un cuento cruel y Funci¨®n de noche. Estudiante de Ciencias Pol¨ªticas, antes de que el teatro iniciara su cambio de rumbo (fund¨® en C¨®rdoba, en 1962, el Teatro de Ensayo Medea), su inter¨¦s por la pol¨ªtica y la historia no han desaparecido. "Creo firmemente en la frase que afirma que los pueblos que olvidan su historia est¨¢n condenados a repetirla", dice Josefina Molina.El siciliano Leopoldo Gregorio, marqu¨¦s de Squilacce, llamado en Espa?a Esquilache, uno de los ilustrados elevados al poder por Carlos III, que despert¨® muy pronto las envidias "por ser extranjero, pr¨®digo y reformador", seg¨²n opini¨®n del historiador Gonzalo Anes, es utilizado por Josefina Molina, que ha complementado y estructurado con din¨¢mica cinematogr¨¢fica la obra de Buero Vallejo con un objetivo de reflexi¨®n ideol¨®gica.
"Para m¨ª", afirma la realizadora, "Esquilache es fundamentalmente el an¨¢lisis de una situaci¨®n pol¨ªtica que se produjo en el siglo XVIII, susceptible de que se repita en el presente. En el filme est¨¢ presente el eterno problema de nuestro pa¨ªs: el absurdo frente a la raz¨®n. Y tambi¨¦n el poder desp¨®tico, la envidia y la corrupci¨®n". "No quisiera puntualizar aqu¨ª", agrega, "los paralelismos que debe encontrar el espectador entre la narraci¨®n cinematogr¨¢fica y nuestro presente, pues la pel¨ªcula posee los suficientes datos para que el p¨²blico pueda hacer una f¨¢cil reflexi¨®n".
Una de las obsesiones de la cineasta es el determinismo y posibilismo hisit¨®rico, factores que condicionan el fin pol¨ªtico de Esquilache, que ser¨¢ sacrificado a pesar de su. amistad con el Rey. "El pueblo espa?ol es extremista, este pa¨ªs no es de matices, aqu¨ª todo tiene que ser a base de buenos y malos, tal vez sea una herencia que nos ha dejado el maniqueo cine americano". La combinaci¨®n de acontecimientos hist¨®ricos y la peripecia ¨ªntima de un personaje hist¨®rico, el marqu¨¦s de Esquilache, que al final de su vida cae en la utop¨ªa y pierde el control de un pueblo al que no acaba de comprender, podr¨ªa, en cierto sentido, recordar algunos planteamientos de Visconti, Rosselli y Scola, aunque la directora se manifiesta cinematogr¨¢ficamente influenciada por Renoir y Truffaut.
Reflexi¨®n hist¨®rica
El filme apoya su reflexi¨®n hist¨®rica y su narraci¨®n sentimental en una cuidada recreaci¨®n, donde los actores y la pl¨¢stica han merecido especial atenci¨®n. "Al realizar la pel¨ªcula", explica Josefina Molina, "hemos tenido en cuenta que la acci¨®n se situaba en un siglo (le raz¨®n, donde todo ten¨ªa armon¨ªa. Al haber podido rodar en el sal¨®n Gasparini, comprend¨ª que a trav¨¦s de unas paredes decoradas, de unos dibujos, de unas sedas, se podr¨ªa transmitir una serie de sensaciones muy fuertes, capaces de producir los mismos sentimientos que una m¨²sica de Mozart; tambi¨¦n hemos cuidado la fotograria, que destaca la blancura de los rostros, pues, en la ¨¦poca que reflejamos, los personajes se maquillaban mucho, tal vez porque tomaban muy poco el sol". "En cuanto a la m¨²sica", prosigue la realizadora, "est¨¢ utilizada para potenciar el suspense, colocada donde generalmente no se pone y quitada en las secuencias donde generalmente figura. Es una m¨²sica moderna realizada con sintetizadores; no hemos ca¨ªdo en elecurso de utilizar m¨²sica de la epoca. Y, ante todo, jam¨¢s hemos olvidado que el protagonismo corresponde al enfrentamiento de Esquilache, a su crisis pol¨ªtica, su situaci¨®n angustiosa, en la que siente miedo. Era un hombre perdido en una coyuntura -hist¨®rica, lo cual no quiere decir que su trayectoria pol¨ªtica fuese limpia, pues no se consigue llegar a ocupar un alto puesto de la pol¨ªtica sin trepar por encima de muchas cosas".
Babelia
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