Un maestro hacia la fama
Este a?o, el ciclo de Iberm¨²sicaTabacalera nos presenta casi al completo el envidiable conjunto de grandes orquestas londinenses: despu¨¦s de la Halle y la Royal Philarmonic, actu¨® ahora la London Philarmonic, a la que seguir¨¢n posteriormente la Philarmonia y la Symphony, que cerrar¨¢ la serie; a ellas se a?aden dos grupos especializados de la capital brit¨¢nica: la English Chamber, que encabeza nuestro compatriota Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Asensio, y la Academy of Ancient Music, de Hogwood.Casi resulta innecesario entretenerse en detallar los m¨¦ritos de una orquesta londinense, pues se derivan de un nivel profesional tan alto que, contando con un buen director al frente, las diferencias cualitativas entre unas y otras son poco menos que irrelevantes. En cuanto al maestro Semyon Bychkov, que ha conducido a la London Philarmonic en Madrid, se trata de una de las personalidades verdaderamente interesantes entre las de las j¨®venes promociones.
Orquesta Filarm¨®nica de Londres
Director: Semyon Bychkov. Obras de Yves, Strauss y Dvorak. Auditorio Nacional, 26 de diciembre.
Nacido en Leningrado en 1952, tras la suma de premios importantes (como el Rachmaninov) y actuaciones que labraron su prestigio, en 1985 aparece al frente de la Filarm¨®nica berlinesa y se gan¨® la adhesi¨®n de todos. Repiti¨® sus contratos con la orquesta de Karajan, al frente de la cual realiz¨® giras y grabaciones. A partir de este momento, la carrera quedaba abierta totalmente para el m¨²sico leningrad¨¦s, que a partir de octubre del presente a?o suceder¨¢ a Bareriboim en la cabecera de la Orquesta de Par¨ªs.
Rasgos gestuales
Semyon Bychkov recuerda un tanto a su antecesor, aunque sea, por el momento, en ciertos rasgos gestuales de su t¨¦cnica directorial. Es seguro y tiende a la brillantez, pero no "a costa de todo", pues su modo de entender la m¨²sica es inteligente, riguroso y muy bello; amigo de la perfecci¨®n y la claridad, Semyon Bychkov "explica" cuando interpreta, bien se trate de la un tanto desva¨ªda Sinfon¨ªa n¨²mero 3 de Charles Ives, bien del impetuoso Don Juan, de Strauss, o de la negro-america-na-bohemia Sinfon¨ªa del Nuevo Mundo, compuesta por Dvorak.
Est¨¢ reciente el conato de esc¨¢ndalo musicol¨®gico en torno a Ives (Danbury, 1874-Nueva York, 1954), cuando surgieron afirmaciones sobre falsedades de las fechas atribuidas a algunas de sus obras, con lo que el norteamericano se convert¨ªa en un precursor prefabricado. Estas disputas suelen no tener fin, pero lo cierto es el talento de Ives, su capacidad de evoluci¨®n y su mezcla de banalidad y modernidad, "de lo na?f y lo audaz", como apunta Rostand. No es temprana la Tercera sinfon¨ªa, de 1904, el ejemplo ideal para medir esa desconcertante figura, pues se inclina demasiado hacia lo amablemente superficial, bien que el artesanado resulta de calidad y no falten rasgos dignos de retener. Subtitulada Reuni¨®n campestre, forma un tr¨ªptico en tres escenas, que se emparenta en algo con los Lugares de Nueva Inglaterra, muy posteriores, pues su autor, Walter Piston, los present¨® en 1959. Si la m¨²sica, de esp¨ªritu un tanto casero, de la Sinfon¨ªa de Ives nos lleg¨® en todo su tenue encanto, el Don Juan cobr¨® toda su grandeza narrativa a trav¨¦s de la opulenta orquestaci¨®n y del conciso discurrir de las ideas, y la Sinfon¨ªa novena de Dvorak logr¨® tener tanta perfecci¨®n formal como evocativa y, en ocasiones, la profundidad era tal que se percib¨ªa la perspectiva. Puede decirse que fue un gran concierto al que asistimos en el Auditorio Nacional que hubo de prolongarse con un encore de Chaikovski.
El viernes pasado la Orquesta Filarm¨®nica de Londres y su director dieron un concierto organizado por Universidad Complutense de Madrid en homenaje a la Reina do?a Sof¨ªa. Adem¨¢s de la Sexta Sinfon¨ªa de Chaikoiski, actuaron las hermanas Labeque y el propio director Bychkov al piano en conciertos para dos y tres pianos de Mozart.
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