Igael Tumarkin

En Pozoblanco (C¨®rdoba), el escultor de 55 a?os Igael Tumarkin, uno de los m¨¢s importantes artistas israel¨ªes, ha construido en hierro la silueta de un republicano con fusil en el momento de ser abatido. Se ha basado para realizar la escultura en una c¨¦lebre fotograf¨ªa que Robert Capa capt¨® durante la guerra civil. Tumarkin, obsesionado por el movimiento simb¨®lico de aquella imagen, supo que hab¨ªa sido obtenida en el frente de C¨®rdoba, busc¨® un patrocinador y vino a Espa?a. No encontr¨® el lugar exacto, pero s¨ª uno aproximado, un cruce de caminos en Pozoblanco.

Igael Tumarkin no s¨®lo sabe cu¨¢ndo naci¨®, sino tambi¨¦n cu¨¢ndo fue concebido. Hijo del cineasta Martin Hellberg y de una jud¨ªa rusa, un d¨ªa de febrero de 1933, mientras Hitler arengaba a la naci¨®n alemana, su madre sinti¨® p¨¢nico. Este sentimiento se vio transformado aquella noche en un acto de amor conyugal. Se podr¨ªa decir, interpretando la iron¨ªa transparente de Igael Tumarkin mientras cuenta diversos hechos de su vida, que p¨¢nico -ante los totalitarismos- y amor -como sin¨®nimo de solidaridad- son palabras que lo caracterizan."Quiz¨¢ sea uno de los ¨²ltimos idealistas", responde a la pregunta de por qu¨¦ un escultor reconocido instala una obra en un pueblo que debe sonar a chino en los circuitos art¨ªsticos internacionales. "Para m¨ª, la guerra civil espa?ola fue la ¨²ltima de la solidaridad intelectual, fue algo as¨ª como la rotura del coraz¨®n del mundo. El mismo d¨ªa en que se conmemor¨® el 50? aniversario de su inicio, yo estaba en Nueva York, y en una librer¨ªa cog¨ª un volumen en el que aparec¨ªa la imagen de Capa. La hab¨ªa visto muchas veces, pero en ese momento sent¨ª algo especial. ?se fue el origen de la escultura de Pozoblanco".

Hay un af¨¢n moralizador en las obras de Tumarkin, que suele trasladar a signos traumas hist¨®ricos, guerras y agresiones, siempre manteniendo alerta el esp¨ªritu cr¨ªtico. Ha realizado, por ejemplo, el primer monumento a la intifada, en el que han puesto sus r¨²bricas escritores ¨¢rabes e israel¨ªes. "Tumarkin conduce las estrategias de la vanguardia, del nuevo realismo, mezcladas t¨¦cnica y ensamblaje, hacia un acusado drama de muerte y rabia", ha escrito Manfred Schneckenburger, director de la octava Documenta de Kassel.

Trasladado a Israel de ni?o, una vez divorciada su madre, Tumarkin se cri¨® cerca de Tel Aviv, y se considera m¨¢s mediterr¨¢neo que alem¨¢n. Artista autodidacto, antes de dedicarse por completo a la escultura tuvo tiempo de viajar, reencontrarse con su padre, atravesar una etapa de alcoholismo -de la que se libr¨® gracias al teatro- y colaborar con Bertolt Brecht en tareas escenogr¨¢ficas.

"Pertenec¨ªa los Brecht's Boys", dice. "?l ten¨ªa una personalidad brillante y egoc¨¦ntrica.

Era un comunista que fumaba Davidoff. Detestaba a los trabajadores que prefer¨ªan las operetas a sus obras. Pero sobre sus defectos destacaba una gran inteligencia. Aprend¨ªamos con ¨¦l sobre todo autocr¨ªtica y autodisciplina".

Igael Tumarkin cuenta c¨®mo en Pozoblanco la gente fue entendiendo poco a poco lo que pretend¨ªa hacer. Al final varias personas le ayudaron en el montaje. Los conductores observan al pasar la extra?a silueta pintada de rojo.