Intimas relaciones

"A m¨ª me parecer¨ªa injusto obligar a un amigo (a quien no le gusta el alcohol) a apurar obligatoriamente un culito de cada copa que yo me bebiese, por el hecho de estar conmigo. Eso es aplicable al fumador pasivo", comenta un ex adicto al tabaco, concienciado recientemente de lo que supone inhalar el humo sin acercarse el cigarrillo a los labios.Cohabitar con un fumador resulta un mal negocio. Aparte de la cosecha de enfermedades que, seg¨²n los expertos, aquejar¨¢n al compa?ero, uno se lleva su correspondiente dosis. Seg¨²n un estudio realizado durante 16 a?os (1966-1981) por Takeshi Hirayama, del Instituto de Oncolog¨ªa Preventiva de Tokio, existe una estrecha correlaci¨®n entre la condici¨®n de fumador del marido y la aparici¨®n del c¨¢ncer en su esposa.

De 429 mujeres que en ese periodo murieron de c¨¢ncer de pulm¨®n en Jap¨®n, 303 eran no fumadoras. De este ¨²ltimo grupo, en 200 mujeres hab¨ªa una relaci¨®n entre la adicci¨®n de sus maridos y su enfermedad. "Si los c¨®nyuges fumaban uno o m¨¢s paquetes de cigarrillos al d¨ªa", dijo, "las esposas no fumadoras corr¨ªan un riesgo de padecer ese c¨¢ncer dos veces superior al de aquellas cuyos maridos no fumaban".

"El incremento del riesgo de enfermar de c¨¢ncer cerebral y de los senos paranasales es significativo en esposas no fumadoras, seg¨²n la cantidad de cigarrillos que fuma el marido", agrega Hirayama. "Y el peligro es extensible a los ni?os en el primer caso". "Exist¨ªa tambi¨¦n una concordancia entre los cigarrillos consumidos por el marido y la mortalidad por c¨¢ncer de mama en su mujer entre los 50 y los 59 a?os: el riesgo se duplica si ¨¦l fuma m¨¢s de un paquete diario", concluye.