Detente y ayuda
DYA, una iniciativa privada que se consolida en el sector de la protecci¨®n p¨²blica
Han intervenido en Santander y en Soria a ra¨ªz de choques de trenes; en el aeropuerto de M¨¢laga, en un accidente de avi¨®n; en el rescate de las inundaciones que asolaron el Pa¨ªs Vasco, en 1983; se desplazaron a Madrid para ayudar en el rescate de bomberos del incendio en los almacenes Arias. No son Superman ni tienen el don de la ubicuidad. Pero la asociaci¨®n Defensa y Ayuda en Carreteras (DYA), creada en Vizcaya hace 23 a?os, se ha multiplicado.
Su promotor, Juan Antonio Usparicha, no oculta, sin embargo, su decepci¨®n: "Nos han denegado el tel¨¦fono de tres cifras, eso nos hubiera facilitado las cosas".Casi 700 socios activos y 38 veh¨ªculos integran la asociaci¨®n Defensa y Ayuda en Carreteras, que se cre¨® en Vizcaya en 1966. Desde entonces, su promotor, el ginec¨®logo Juan Antonio Usparicha Lecumberri, ha extendido el servicio al resto de la comunidad aut¨®noma vasca y a otras siete provincias espa?olas.
La DYA se cre¨®, en un principio, para prestar auxilio en carretera. Su lema no abrigaba duda alguna: Detente y ayuda, pero su tel¨¦fono ha tenido que atender, en numerosas ocasiones, emergencias de otro corte. Ayudas sanitarias, amenazas de bomba en centros escolares en donde se celebran ex¨¢menes, avisos de colocaci¨®n de artefactos en concesionarios de autom¨®viles de marca francesa, alg¨²n secuestro... Usparicha, que ha rebasado ya la frontera de los 70 a?os, contin¨²a al frente del servicio. Este hombre, que fue camionero antes que m¨¦dico, reconoce que sus medios todav¨ªa son muy limitados, pero que la gente acude a DYA con la idea de que se le puede resolver cualquier tipo de problema.
"Se me ocurri¨® crear este servicio porque, en Vizcaya, en los a?os cincuenta, no se dispon¨ªa de ambulancias. Y con el boom del autom¨®vil, la gente perdi¨® la costumbre de ser humanitaria", dice el promotor de DYA. Los voluntarios de la asociaci¨®n subrayan uno de sus principales objetivos: "Auxilio s¨ª, pero correctamente, el servicio debe ser urgente, pero no precipitado". La pasada semana toparon con una emergencia que, en su opini¨®n, no se atendi¨® con los medios necesarios. Un accidentado en la autopista Vitoria-Bilbao fue recogido por una ambulancia privada gobernada ¨²nicamente por el ch¨®fer. "Los propios testigos tuvieron que colocarle en la camilla. Este hombre, posteriormente, falleci¨®. Nosotros llegamos dos minutos m¨¢s tarde con una ambulancia, un socorrista y un m¨¦dico. Le habr¨ªamos podido atender mejor".
Filosof¨ªa 'scout'
La asociaci¨®n DYA cuenta con un nutrido equipo de m¨¦dicos, ATS, socorristas, mec¨¢nicos, electricistas, conductores, unidades de rescate y comandosradio. No cobran un duro por ello. El trabajo es voluntario. No se molestan cuando se les insin¨²a que su labor desinteresada parece inspirada en la filosof¨ªa scout, pero aprovechan la m¨ªnima oportunidad para airear el balance negativo de sus cuentas corrientes.Su presupuesto anual en el Pa¨ªs Vasco asciende a 63 millones de pesetas, y tan s¨®lo el 20% procede de subvenciones oficiales. El resto se cubre con las fuentes de ingresos m¨¢s precarias e ingenuas que cualquiera pueda imaginar: loter¨ªa, rifas, calendarios, aportaciones individuales y cuestaciones p¨²blicas.
Roberto Pascual es un joven m¨¦dico, licenciado hace un a?o, que trabaja en DYA. Acaba de superar un cursillo de asistencia politraumatizada en la Fundaci¨®n Marqu¨¦s de Valdecilla, en Santander. Explica que la obsesi¨®n de DYA es contar con un m¨¦dico permanente en cada veh¨ªculo que tenga que cubrir una emergencia.
Julio Lojo es el responsable de las unidades de rescate. Es vigilante jurado de una empresa de seguridad. Vive de eso, pero cumple con sus turnos voluntarios en DYA. "Nos comprometemos a tener una guardia nocturna al mes, como m¨ªnimo. Pero cuando nos volcamos especialmente es el fin de semana".
Roberto Pascual se levanta todos los domingos del a?o a las seis de la ma?ana para ir hasta Medina de Pomar (Burgos), desde donde informa de las coridiciones de la carretera. "No me cansa", asegura. "Tenemos esto y el Athl¨¦tic".
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