'Todos los Marx est¨¢n de acuerdo'
'Cartelera Turia' cumple 25 a?os como superviviente de las revistas 'progres'
Temida, reverenciada, denostada, amada, la Cartelera Turia, de Valencia, es una publicaci¨®n que no deja a nadie indiferente. Quiz¨¢ en este laberinto de pasiones se halle la clave de la supervivencia de un semanario que acaba de cumplir 25 a?os. Una curiosa mezcla de revista humor¨ªstica, gu¨ªa del ocio y publicaci¨®n cultural ha servido de ejemplo para experiencias period¨ªsticas en otras ciudades. Todos los Marx est¨¢n de acuerdo es el lema escogido para proclamar su car¨¢cter de izquierdas y su devoci¨®n por el cine de los Marx.
El escritor y periodista V¨¢zquez Montalb¨¢n, colaborador habitual de la Cartelera Turia, ha definido de este modo la continuidad de esta publicaci¨®n: "Es el ¨²nico producto cultural de la tradici¨®n progre que ha conseguido sobre vivir hasta el cambio, dejando por el camino los cad¨¢veres de Siglo XX, Cuadernos para el Di¨¢logo, Triunfo, Hermano Lobo, Por Favor, La Calle y El Viejo Topo. Ir¨®nico amor m¨¢s poderoso que la muerte porque se materializa en el cuerpecillo de una cartelera que, al igual que el emperador Claudio, ha conseguido la supervivencia por la virtud de la modestia de su continente y la necesidad de su voluntad de vivir".Con un formato equivalente a un peque?o bloc de notas, la Cartelera Turia, que vende 15.000 ejemplares semanales, ha conseguido abrirse un hueco desde hace 25 a?os en el empobrecido panorama de la Prensa valenciana. Sus cuatro responsables period¨ªsticos y a la vez propietarios se han negado siempre a editar una publicaci¨®n m¨¢s normalizada. "La ampliaci¨®n nos llevar¨ªa al fracaso", se?ala Antonio Vergara, "porque el tama?o de la Cartelera Turia es ideal para leer en el cuarto de ba?o, cabe en un bolsillo de una chaqueta y es relativamente f¨¢cil de robar".
Nacida en el invierno de 1964 por la voluntad de Miguel Zamit, un editor que s¨®lo pretend¨ªa rentabilizar su modesta imprenta, la publicaci¨®n se convirti¨® pronto en eje de la izquierda cultural y pol¨ªtica valenciana. Cr¨ªticas de pel¨ªculas de Antonioni, Bergman y los directores franceses de la nouvelle vague aparecieron en sus p¨¢ginas en una ¨¦poca de desierto cultural . Y, por citar un ejemplo, el decidido apoyo en 1973 a una pel¨ªcula como El esp¨ªritu de la colmena, de V¨ªctor Erice, permiti¨® que consiguiera un ins¨®lito y notable ¨¦xito de p¨²blico uno de los filmes m¨¢s sobresalientes de la historia del cine espa?ol.
A trancas y barrancas, a golpe de multas gubernativas y apercibimiento de cierre, la Cartelera Turia aprovech¨® tambi¨¦n el caldo de cultivo de una ciudad como Valencia, que cuenta con una notable y tradicional afici¨®n cinematogr¨¢fica. La publicaci¨®n ha crecido al comp¨¢s de los cine clubes, de un festival como la Mostra del Mediterranio de un instituto universitario de cine, radio y televisi¨®n.
A partir de 1982, sus p¨¢ginas se abren a otras secciones y ampl¨ªan la n¨®mina de los colaboradores. "Los cines", apunta Vicente Vergara, "entran en crisis y dejan de ocupar el ocio fundamental de la gente. Por ello decidimos poco a poco convertirla en un semanario de informaci¨®n general sin perder el car¨¢cter de gu¨ªa de espect¨¢culos. De este modo comenzaron las entrevistas, la gastronom¨ªa, la m¨²sica, e humor, la pol¨ªtica o la presencia de columnistas. Se trataba tambi¨¦n de adaptarse a los tiempos a los gustos, a las aficiones de la gente en su tiempo libre". Recientes n¨²meros especiales sobre el escritor Joan Fuster o sobre la rehabilitaci¨®n del centro hist¨®rico de Valencia ampl¨ªan la capacidad de intervenci¨®n de la publicaci¨®n.
El papel de aglutinante de sectores progresistas de Valencia que no ten¨ªan cabida en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos editados durante la dictadura, queda demostrado si se repasa la lista de periodistas, escritores, intelectuales y estudiosos del cine o la pintura que han desfilados por sus p¨¢ginas.
De padres a hijos
Pese a las escisiones, las broncas internas y las acusaciones de sectarismo, la Cartelera Turia ha incrementado sin descanso su influencia y su tirada. Nombres como el citado Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Josep-Vicent Marqu¨¦s o Fernando Lara han colaborado con frecuencia, mientras pintores de la talla de los miembros del Equipo Cr¨®nica o dibujantes del prestigio de Miguel Calatayud han ilustrado sus modestas portadas.Con el paso del tiempo se ha convertido en un fen¨®meno de comunicaci¨®n urbano que est¨¢ presente en los cines, en los locales de copas, en las facultades universitarias, en las sedes de partidos pol¨ªticos y sindicatos y en los despachos de consellers o concejales. Sus 25 a?os han dejado calvos a los cuatro propietarios de la publicaci¨®n al tiempo que sus p¨¢ginas han pasado de las manos de padres progres a las de hijos yuppies o rockeros.
"A pesar de todo", afirman los hermanos Vergara, "seguimos siendo casi ignorados en las esferas oficiales, quiz¨¢ porque hemos mantenido siempre el mismo car¨¢cter irreverente". Un lenguaje claro y provocador, en opini¨®n de sus defensores, y un estilo sectario y desfasado, seg¨²n sus detractores, ha logrado conectar con las nuevas generaciones. "Es curioso", subrayan los responsables, "pero desde hace 25 a?os mantenemos un p¨²blico fiel en la Universidad, a pesar de los cambios en la juventud'.
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