Hallado en Israel un frasco con un aceite con el que se ung¨ªa a los reyes de Judea
La sustancia, de hace 2.000 a?os, se sacaba de un ¨¢rbol ya desaparecido
Un frasco de 11 cent¨ªmetros de alto y 12 de ancho, y con una antig¨¹edad de 2.000 a?os, ha sido encontrado intacto en una cueva de Qumran, cerca de Jeric¨®, el mismo lugar donde se descubrieron hace 40 a?os los famosos manuscritos del mar Muerto. El frasco, que conten¨ªa 50 gramos del aceite con el que se ung¨ªa a los reyes de Judea, fue hallado por el arque¨®logo israel¨ª Joseph Patrich, de la Universidad Hebraica de Jerusal¨¦n.
A pesar de los 2.000 a?os transcurridos, los 50 gramos de aceite que contiene el frasco est¨¢n todav¨ªa en estado fluido y guardan su composici¨®n qu¨ªmica inicial. El frasco de arcilla hab¨ªa sido rodeado y protegido por filamentos de palmera.Tras minuciosos an¨¢lisis, los expertos israel¨ªes han llegado a la conclusi¨®n de que este aceite, que no es de oliva, ni un extracto de vino o miel, es aceite de una especie de caqui (persimmon, en ingl¨¦s), fabricado a partir de un arbusto que crec¨ªa en la antig¨¹edad en el oasis de Ein Gedi y que ha desaparecido hace ya varios siglos.
Para determinar la naturaleza exacta del aceite, los cient¨ªficos israel¨ªes se han inspirado en los escritos de Plinio el Viejo, historiador romano que describi¨® las propiedades del aceite en cuesti¨®n y anot¨® que esta sustancia era m¨¢s pesada que el agua. Cuando, por medio de una jeringa , los cient¨ªficos extrajeron la primera gota del frasco y la vertieron en un recipiente que conten¨ªa agua, la gota del aceite se precipit¨® inmediatamente al fondo del recipiente.
El color rojizo de la sustancia encontrada y su espesor, parecido a la miel, correspond¨ªan tambi¨¦n a la descripci¨®n de Plinio el Viejo, y que fue recogida por el historiador judeo-romano Flavio Josefo.
La reina de Saba
Este aceite precioso, que en la antig¨¹edad se vend¨ªa en recipientes peque?os dado su elevado precio, fue introducido en la tierra de Israel por la reina de Saba, quien regal¨® un frasco de dicha sustancia al rey Salom¨®n.El cultivo de este arbusto y la extracci¨®n del aceite de sus hojas y espinas era uno de los secretos mejor guardados de la antig¨¹edad. Los aprendices de Ein Gedi ten¨ªan que jurar sobre la biblia, antes de iniciarse en la preparaci¨®n de la sustancia, que no divulgar¨ªan jam¨¢s ni el nombre ni la naturaleza del arbusto, y mucho menos el secreto de la fabricaci¨®n del aceite.
El texto de este juramento se ha conservado hasta nuestros d¨ªas gracias a un antiguo mosaico que se encuentra en la sinagoga de Ein Gedi. En este mismo lugar, los arque¨®logos han descubierto tambi¨¦n un taller de fabricaci¨®n del aceite, as¨ª como hornos y frascos.
Plinio el Viejo cuenta que cuando, en el a?o 70 de nuestra era, el ej¨¦rcito de Tito penetr¨® en Israel, en ruta hacia Jerusal¨¦n, los jud¨ªos intentaron destruir los huertos donde crec¨ªan los arbustos con el fin de impedir que el secreto cayera en manos de los romanos.
Pero sus afanes fueron en vano: el avance de las legiones romanas fue demasiado r¨¢pido y los codiciados arbustos ocuparon un lugar de honor en el desfile triunfal con el que se festej¨® la vuelta victoriosa de Tito a Roma tras la destrucci¨®n de Jerusal¨¦n.
La leyenda dice que el preciado aceite fue empleado para ungir a los reyes de Judea y era famoso por sus propiedades curativas. En el frasco encontrado en Qumran, el aceite conserva su sustancia, pero el paso de los siglos ha hecho que pierda su perfume.
Los israel¨ªes est¨¢n emocionados con este encuentro. "Es maravillosa esta sustancia que nos habla del rey Salom¨®n", dice un comerciante. "Pero ?por qu¨¦ el Todopoderoso, en su misericordia, no ha hecho brotar del suelo otro aceite, el petr¨®leo, del que Al¨¢ ha suministrado en abundancia a los ¨¢rabes?".
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