Washington empieza a creer en las promesas comunistas
La salida del ¨²ltimo soldado sovi¨¦tico de Afganist¨¢n marc¨® el punto final del proceso de distensi¨®n entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica -representa un hito en el proceso de aproximaci¨®n entre las dos superpotencias que est¨¢ cerrando el per¨ªodo de la guerra fr¨ªa-, se?alan analistas norteamericanos.El presidente George Bush aplaude la decisi¨®n sovi¨¦tica y explica que le hace ser "menos esc¨¦ptico" en su juicio sobre Mijail Gorbachov y el efectivo cumplimiento de sus compromisos.
"La retirada de Afganist¨¢n es positiva y bienvenida", declar¨® esta semana el presidente en una entrevista con The Wall Street Journal. Ya se habla del levantamiento del embargo del comercio occidental de alta tecnolog¨ªa con la URSS.
Pero Bush, aunque a?adi¨® cr¨ªpticamente que "estamos en v¨ªsperas de algo realmente hist¨®rico con la Uni¨®n Sovi¨¦tica", se?al¨® tambi¨¦n que es necesario ser prudentes y aguardar a la "revisi¨®n total" de nuestra pol¨ªtica hacia Mosc¨² y tratar de comprender "lo que de verdad est¨¢ pasando en la URSS".
El abandono de Afganist¨¢n por el Ej¨¦rcito Rojo -unido al acuerdo sobre Angola y Namibia- abre tambi¨¦n, seg¨²n expertos norteamericanos, la posibilidad de resolver negociadamente- los conflictos regionales en el Tercer Mundo que enfrentan a Washington y Mosc¨², por un, en ocasiones, mal entendido principio de cu¨¢les son sus intereses "vitales", que confunden con los perif¨¦ricos. Este pa¨ªs ya pag¨® muy caro este error en Vietnam. Y podr¨ªa ser el fin de la caracterizaci¨®n de las disputas regionales como conflictos Este-Oeste.
Para los ide¨®logos de la ultraderecha norteamericana, el fin de la presencia sovi¨¦tica en Afganist¨¢n derriba el mito -hasta ahora soportado por los hechos- de la irreversibilidad de los poderes comunistas. Por primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial, la Uni¨®n Sovi¨¦tica abandona por la fuerza una naci¨®n ocupada.
El principio de la irreversibilidad de los reg¨ªmenes comunistas ya tiene una hist¨®rica excepci¨®n.
En Estados Unidos se compara estos d¨ªas lo que le ha ocurrido a Mosc¨² en Afganist¨¢n con la humillaci¨®n de EE UU en la guerra de Vietnam, y se especula con la posibilidad de que Gorbachov haga lo mismo que hizo Washington tras la ca¨ªda de Saig¨®n con el clamor de "No m¨¢s Vietnams".
Pero la retirada sovi¨¦tica de Afganist¨¢n, producida en gran parte por los problemas internos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, no se hubiera producido sin la presi¨®n militar norteamericana, que le supuso a Mosc¨² un coste tan alto. Es el gran triunfo de la llamada "doctrina Reagan", que demuestra, en opini¨®n del congresista Charles Wilson, que es posible rechazar la agresi¨®n sovi¨¦tica siempre que haya en Estados Unidos un consenso pol¨ªtico, lo que no ha ocurrido en Nicaragua.
Afganist¨¢n, donde el contribuyente norteamericano ha enterrado 2.000 millones de d¨®lares en ayuda militar a los guerrillleros isl¨¢micos, ha sido la mayor y m¨¢s exitosa operaci¨®n encubierta de la CIA contra el comunismo en el Tercer Mundo. Y ha sido el suministro masivo de armas avanzadas -fundamentalmente los misiles port¨¢tiles Stinger, para derribar a los helic¨®pteros sovi¨¦ticos- lo que ha inclinado el fiel de la balanza hacia los muyahidin.
Adem¨¢s de miles de mulas importadas de todo el mundo, la CIA suministr¨® a la guerrilla antimarxista morteros espa?oles de 120 mil¨ªmetros modificados con un sistema de tiro muy sofisticado que utiliza sat¨¦lites para fijar los blancos.
Estados Unidos ha anunciado que seguir¨¢ suministrando armamento a los muyahidin mientras Mosc¨² siga apoyando al Gobierno comunista de Kabul. Pero para Washington, que sobre todo hereda responsabilidades humanitarias y morales en el Afganist¨¢n postsovietico, que este a?o har¨¢ frente con una ayuda de 150 millones de d¨®lares, este pa¨ªs asi¨¢tico no es Ir¨¢n y tiene un inter¨¦s estrat¨¦gico muy limitado. "No posee reservas de petr¨®leo, no est¨¢ localizado en el golfo P¨¦rsico, no es un enclave estrat¨¦gico que deba ser guardado a cualquier coste. No tenemos un inter¨¦s pol¨ªtico acuciante all¨ª. Debemos ser realistas", explica un alto funcionario de la Administracion de Bush.
La victoria norteamericana en Afganist¨¢n quedar¨¢ empa?ada ante la probable guerra civil en que parece va a sumirse el pa¨ªs. A pesar de la intenci¨®n manifestada por Bush de que Estados Unidos juegue un papel "catalizador" para la estabilidad de esa naci¨®n asi¨¢tica, los expertos de su Administraci¨®n son muy pesimistas sobre la capacidad de Washington para impedir el caos.
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