Los 'dos abismos'
No hay estudios epidemiol¨®gicos globales sobre la epilepsia en Espa?a
... Contemplar ¨¢ la vez dos abismos, el de lo alto, el abismo de lo sublime, y el de lo bajo, el abismo de la m¨¢s innoble degradaci¨®n". As¨ª describ¨ªa Dostoievski, en Los hermanos Karamazov, las sensaciones que experimentaba durante una crisis epil¨¦ptica. Esta dolencia -Llarnada el mal sagrado por los griegos y augurio de malos presagios para los r¨®manos sigue siendo una "enfermedad estigmatizante por el miedo que se experimenta ante la p¨¦rdida s¨²bita de control", afirma F¨¦lix Bermejo, del hospital Doce de Octubre, de Madrid, que dirige un estudio sobre Aspectos psicosociales de la epilepsia, financiado por el Fondo de Investigaciones de la Seguridad Social.
Hasta ahora, en nuestro pa¨ªs no existe ning¨²n estudio,epidemiol¨®gico de ¨¢mbito nacional. Los datos estad¨ªsticos disponibles son parciales y muy fragmentarios. El doctor Bermejo afirma que no hay ning¨²n motivo para la persistencia de los prejuicios contra los epil¨¦pticos, ya que con el tratamiento adecuado puede curarse aproximadamente el 80% de los casos. Generalizando, la epilepsia es la descarga excesiva de un grupo de neuronas que determina contracciones musculares o p¨¦rdida de conciencia en grado variable. Se da un porcentaje constante en tomo 1 0,5% de la poblaci¨®n de todos los pa¨ªses, culturas y clases sociales. Seg¨²n investigaciones hechas en varios pa¨ªses los epil¨¦pticos son personas de inteligencia normal, aptos para llevar una vida escolar y laboral sin mayores dificultades que cualquier otro tipo de poblaci¨®n y no poseen ning¨²n rasgo caracterial o patol¨®gico espec¨ªficos. Sin embargo, siguen siendo objeto de prejuicios de todo tipo y, por tanto, de un amplio rechazo social.
"No obstante", afirma F¨¦lix doctor "debe diferenciarse en lo que al pron¨®stico social se refiere la epilepsia aislada (repetici¨®n de crisis) de otros cuadros neurol¨®gicos en los que existe adem¨¢s una encefalopat¨ªa grave, retraso mental y/o par¨¢lisis, cuya inserci¨®n social es, obviamente, m¨¢s compleja".
Medicaci¨®n inadecuada
"Hasta su delimitaci¨®n cl¨ªnica actual como enfermedad neurol¨®gica del sistema nervioso central" -comenta la doctora Pilar de Miguel, psiquiatra -"el enfoque de la epilepsia y su tratamiento variaron a lo largo de la historia seg¨²n su adscripci¨®n a diversas ramas del conocimiento. Por ejemplo, cuando entr¨® de lleno en el ¨¢mbito estrictamente psiqui¨¢trico fue considerada una psicosis end¨®gena. Igualmente el llamado "fondo epil¨¦ptico" englobaba patolog¨ªas ps¨ªquicas difusas, desde trastornos de conducta a fracasos escolares. Este diagn¨®stico llev¨® consigo una medicaci¨®n en muchos casos innecesaria que perturbaba incluso el desarrollo intelectual de los ni?os que eran as¨ª tratados".
La "p¨¦rdida s¨²bita de control" antes aludida, que ser¨ªa el rasgo fundamental de la crisis, es vivida con profunda angustia por el enfermo y su familia: de ah¨ª las influencias ambientales, que dar¨¢n lugar al n¨²cleo de su posterior personalidad. Protecci¨®n o rechazo excesivos, relaci¨®n del ataque con la muerte y la locura, desconocimiento de las causas y pron¨®stico de la enfermedad, forjan un entramado patol¨®gico sobre el que va ¨¢ asentarse posteriormente todo el rechazo social. En este aspecto", continua la doctora de Miguel, "ser¨ªa importante ampliar la consideraci¨®n puramente org¨¢nica y tener m¨¢s en cuenta que, junto a la prescripci¨®n y control del tratameinto farmacol¨®gico, hay que incidir en el contexto familiar, en las relaciones entre el ni?o y su entomo, que tanto influir¨¢n en la evoluci¨®n de su enfermedad".
Esta falta frecuente de informaci¨®n objetiva, el hecho de que por parte de padres y maestros se espere de ellos un nulo o deficiente rendimiento y las posibles reacciones negativas de los compa?eros que puedan presenciar alguna crisis, influir¨¢ decisivamente en su rendimiento.
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