La sombra de Auschwitz
La Berlinale 89 comenz¨® con belicosas declaraciones de sus organizadores contra los alarmantes brotes de neonazismo que recientemente se han producido en Berl¨ªn. Pero, a lo largo del festival, han ido m¨¢s all¨¢ de las palabras y han pasado a los hechos, seleccionando pel¨ªculas que, de una manera o de otra, desvelan con im¨¢genes la condici¨®n sombr¨ªa y potencialmente sangrienta de la nostalgia fascista.El horror nazi est¨¢ en la gran retrospectiva Europa 1939, en el recuerdo al productor jud¨ªo alem¨¢n Erich Pommer, en el filme alem¨¢n oriental Fallada, en alguno de los gags m¨¢s ¨¢cidos de El vuelo de la paloma. Y est¨¢ tambi¨¦n presente en dos notables pel¨ªculas exhibidas ayer: la isrealita El verano de Aviya y la norteamericana Talk Radio. Un desconocido, Eli Cohen, es el director de la pel¨ªcula, un famoso cineasta, Oliver Stone, el de la segunda.
Son dos obras casi opuestas flarmalmente. La pel¨ªcula israel¨ª es sencilla, hasta el punto de que se queda casi corta por la humildad de su puesta en escena. La norteamericana es en cambio aparatosa, complicada, brillante y un poco abrumadora por su exceso de formalismos. Lo que se dice un producto que hace honor a la trayectoria de ese cineasta llamado Oliver Stone que tantas muestras ha dado de lo anteriormente descrito. Pero detr¨¢s de ambas est¨¢ la sombra de los campos de exterminio, de Auschwitz. En la primera la c¨²spide del horror nazi habita en los cerebros heridos de una mujer y de su peque?a hija emigradas a Israel desde la Polonia de la posguerra. En la segunda ese horror est¨¢ en el mismo coraz¨®n de los Estados Unidos de hoy, de ahora mismo.
Ayer, el Palacio del Festival donde se desarrolla esta 39 edici¨®n de la Berlinale 89, estaba acordonado por la polic¨ªa.
En el Berl¨ªn de 1989 hay que tomar medidas defensivas ante la simple exhici¨®n de dos filmes antinazis.
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