Los moldes destrozados
Entrevista con B¨¢rbara Harris, la primera mujer obispo de la Iglesia anglicana
La noche anterior a su consagraci¨®n, los obispos amigos de Barbara Harris la invitaron a cenar, y despu¨¦s vino al vest¨ªbulo del hotel de Boston donde estaban hospedados muchos de los que hab¨ªan viajado para asistir a la ceremonia. "Estaba maravillosa", dijo una sacerdotisa amiga, con un vestido camisero blanco con lentejuelas y zapatos plateados. En ese momento estaba rompiendo el molde".Esta menuda y elegante mujer rompi¨® el molde de nuevo al d¨ªa siguiente en la secuencia durante la cual le colocaron el anillo en el dedo, el b¨¢culo en la mano y la mitra en la cabeza. Ataviada con vestiduras verde brillante, pronunci¨® sus promesas con voz grave y un acento de Filadelfia que a mis o¨ªdos brit¨¢nicos son¨® parecid¨ªsimo a Katharine Hepburn. Nunca he asistido a otro acto religioso que se pareciera ni remotamente a ¨¦ste. Para empezar hab¨ªa 8.000 personas, muchas de ellas negras, y muchas mujeres. La alegr¨ªa era casi palpable, aunque muchos de nosotros tambi¨¦n lloramos. Nunca olvidar¨¦ un momento extraordinario en los inicios de la ceremonia. La procesi¨®n, larga y formal, se desarroll¨® al son eclesi¨¢stico de Mozart y Parry. Pero entonces apareci¨® la obispa electa, y de forma tan deslumbrante como una salida de sol, el coro negro de la iglesia de San Pablo inici¨® un espiritual, son¨® una pandereta y toda la casa se vino abajo.
La gente aplaud¨ªa, y cantaba, y se balanceaba, y lloraba, y durante unos momentos la energ¨ªa religiosa de la m¨²sica corri¨® por las viejas y cansadas venas anglicanas. ?Era de esta nueva vitalidad de lo que se trataba con esta nueva obispa?
No todo el mundo estaba encantado, por supuesto. En unos minutos, dos objetores se pusieron en pie, como el siniestro forastero de Jane Eyre, para decir que, dado que es una mujer, Barbara Harris no puede ser ni sacerdote ni obispo. El dedo helado de la Iglesia de Inglaterra, -desde el otro lado del Atl¨¢ntico, se pudo sentir m¨¢s tarde en la conferencia de prensa cuando pudo comprobarse que no hab¨ªa enviado ning¨²n representante oficial.
Mensaje sombr¨ªo
Hab¨ªa un mensaje sombr¨ªo -todo acabar¨¢ en l¨¢grimas del arzobispo de Canterbury en el que promet¨ªa "oraciones" (?pero oraciones por qu¨¦?), y ni un solo obispo brit¨¢nico hab¨ªa enviado un mensaje de buena voluntad. Del mismo modo, hace 205 a?os la Iglesia de Inglaterra consider¨® que la consagraci¨®n del primer obispo americano, Samuel Seabury, era un error mortal. Con patrioterismos de este tipo se necesita algo m¨¢s que a Dios para cambiar las cosas.
No obstante, el valeroso Alan Webster, ex de¨¢n de San Pablo habl¨® en su propio nombre por los muchos cl¨¦rigos masculinos que se sent¨ªan satisfechos por el acto del s¨¢bado, y un grupo de mujeres hab¨ªa hecho el largo viaje desde el Reino Unido. (M¨¢s tarde, de vuelta en el hotel, saqu¨¦ la Biblia de Gede¨®n para recordarme a m¨ª misma lo que les ocurre a aquellos que se niegan a celebrar lo que es alegre en este mundo, que no saben ponerse de tiros largos. Para ellos es la oscuridad del exterior y el crujir de dientes, me temo, y me parece bien.) Por contra, 2.000 cat¨®licos americanos, sacerdotes, di¨¢conos, frailes, monjas y obispos enviaron una "gozosa bienvenida" a Barbara Harris. Celebraron "el final de una tradici¨®n exclusivamente masculina que nunca se ha roto a lo largo de la historia de la Iglesia cat¨®lica".
Extravertida
Le pregunt¨¦ c¨®mo iba a llevar a cabo su trabajo. ?Ser¨ªa distinta de los obispos a los que estamos acostumbrados? "Me parece que puedo enfocar las cosas desde una perspectiva distinta. Soy una persona educada. No siento hacia mi persona esa reserva que sienten muchos cl¨¦rigos. Soy exuberante, m¨¢s extravertida, m¨¢s expresiva en mis cari?os. Mi tendencia natural es la de abrazar a la gente, especialmente a los j¨®venes y a los viejos. Pienso que si tienes, poder es importante saber utilizarlo con caridad. Una matrona del servicio de prisiones me ense?¨® una vez mucho sobre c¨®mo utilizar el poder con caridad".
Parte de los nuevos deberes de Barbara Harris estar¨¢n particularmente relacionados con el trabajo pastoral en hospitales, prisiones y comunidades locales. "Me gustar¨ªa hacer algo para romper el tradicional ellos / nosotros, especialmente en las prisiones. Me gustar¨ªa ver que aprendemos de los musulmanes, que dicen que la prisi¨®n es una extensi¨®n de la mezquita. No es raro entre ellos que los imames surjan de la comunidad carcelaria. Una vez me sent¨ª muy orgullosa en Pensilvania cuando present¨¦ a un prisionero para di¨¢cono de la Iglesia. Me gustar¨ªa ver una actitud m¨¢s honesta de la Iglesia hacia, la homosexualidad. Durante mucho, mucho tiempo, la Iglesia ha ordenado homosexuales, y durante mucho, mucho tiempo ha estado declarando que, aunque contempla a los homosexuales con el amor y la caridad de Cristo, no pod¨ªa ordenarlos. Pienso que simplemente tiene que ser honesta y, o bien dejar de ordenar a los homosexuales, o bien dejar de adoptar resoluciones en contra. Tal como est¨¢ el tema, obliga a los cristianos a mentir sobre qui¨¦nes y c¨®mo son, y si uno no puede ser honrado acerca de uno mismo en la Iglesia, entonces ?d¨®nde? Ahora he prometido mantener las doctrinas y disciplinas de la Iglesia, y me amoldar¨¦ a esas disciplinas, pero ¨¦stas son preocupaciones que no perder¨¦. En el caso de un sacerdote que contraiga el SIDA, mejor que simplemente hacerle desaparecer y reemplazarle me gustar¨ªa sentarme con ¨¦l y su congregaci¨®n y alentarles a compartir este duro proceso".
La Virgen y 'madame' Curie
?Y la controversia? "Quiz¨¢ deber¨ªa estarlo m¨¢s, pero mi esperanza es que ah¨ª fuera todav¨ªa hay mucha gente con la que se puede dialogar. En cualquier caso, podr¨ªa ser una combinaci¨®n de la Virgen Mar¨ªa, Lena Home y madame Curie, y todav¨ªa habr¨ªa gente en la Iglesia dispuesta a darme una paliza. As¨ª son las cosas".
Suger¨ª que parec¨ªa especialmente preocupada por el tema ellos / nosotros. "En el gueto hablamos del s¨ªndrome de ropas viejas. Cuando hay una crisis en el gueto, hay blancos buenos que te dan sus ropas viejas. Pero la gente no pobre no quiere que le ayuden a soportar la pobreza, quieren salir de ella. Los oprimidos no quieren simpat¨ªa, quieren ser liberados".
?Se describe a s¨ª misma como feminista? "Me preocupo mucho por los temas de la mujer, y ciertamente las ra¨ªces del sexismo y el racismo tienen grandes similitudes, aunque creo que si el sexismo se solucionara en una noche, el racismo todav¨ªa permanecer¨ªa. Soy m¨¢s lo que Kaitie Cannon llama una mujerista. Pienso que tendr¨ªamos que querer nuestras cosas como mujeres y no lamentar las cosas que la sociedad ha denigrado. Creo que tenemos que amar y valorar a los hombres y no intentar conseguir nuestras metas degrad¨¢ndoles a ellos".
?Tem¨ªa sentirse de alg¨²n modo mimada o cambiada por su nuevo nombramiento en un sistema tan patriarcal? "No es tan distinto de la Sun Oil, ?sabe? Me siento como si hubiera estado aqu¨ª antes. Algunos de los hombres se sienten muy protectores, y eso es muy agradable por su parte, pero espero conservar la suficiente independencia como para actuar con ellos como una igual. Recuerdo una de mis historias favoritas sobre un esclavo que fue elevado por su amo a una importante posici¨®n, pero que, una vez a la semana volv¨ªa y se pon¨ªa su traje de esclavo. ?Por qu¨¦ hac¨ªa eso?, le preguntaron. Contest¨® que nunca quer¨ªa olvidar el sitio de donde proven¨ªa. Yo no quiero olvidar el lugar de donde provengo".
En el corredor de m¨¢rmol que sale del vest¨ªbulo, dos negritos estaban jugando con dos balones p¨²rpura episcopal que hab¨ªan aparecido misteriosamente en medio de la ceremonia. Bajaba las escaleras me persigui¨® el sonido de sus risas, haciendo eco en las paredes y el techo. Barbara Harris es causa de alegr¨ªa para muchos pobres, y si a los ricos no les gusta, mala suerte. Porque el cambio est¨¢ aqu¨ª y ahora.
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