Abdelaziz: "La uni¨®n magreb¨ª facilita la soluci¨®n en el S¨¢hara"
El presidente de la RASD afirma que viajar¨¢ a Espa?a si le invita Felipe Gonz¨¢lez
El tratado de uni¨®n magreb¨ª firmado recientemente en Marraquech por Marruecos, Argelia Mauritania, Libia y T¨²nez "ha abierto las puertas a la adhesi¨®n a la misma de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) y, por tanto, a la soluci¨®n del conflicto del S¨¢hara occidental sin vencedores ni vencidos". ?sta es la convicci¨®n de Mohamed Abdelaziz, secretario general del Frente Polisario y presidente de la RASD. Por eso, en contra de quienes piensan que esta cumbre les ha perjudicado, el m¨¢ximo l¨ªder saharaui tiene puestas "grandes esperanzas" en los resultados del segundo encuentro que el Frente Polisario tiene previsto celebrar esta semana con el rey Hassan II"En contra de algunas especulaciones, los saharauis no sentimos que esta uni¨®n nos haya perjudicado, sino, por el contrario, creemos que ha estimulado la convocatoria del segundo encuentro saharaui-marroqu¨ª", afirma el l¨ªder de la ex colonia espa?ola.
Por lo que se refiere a las relaciones entre Espa?a y el Frente Polisario, Abdelaziz expres¨® su "agrado" por la reanudaci¨®n de relaciones, y espera que se avance, con el env¨ªo a Madrid de una delegaci¨®n saharaui el pr¨®ximo mes. ?Para cu¨¢ndo la visita del presidente saharaui a Madrid? La respuesta es escueta y decidida: "Cuando me invite el presidente Gonz¨¢lez".
Dos opciones
Pregunta. Se?or presidente, ?habr¨¢ paz por fin? ?Qu¨¦ espera el Frente Polisario de su pr¨®ximo encuentro con el rey Hassan II?
Respuesta. El encuentro previsto para la pr¨®xima semana (todav¨ªa sin fecha ni lugar definitivos) ser¨¢ decisivo porque de ¨¦l se espera una definici¨®n fundamental para la soluci¨®n del conflicto. Saharauis y marroqu¨ªes debemos decidir por cu¨¢l de las dos opciones posibles ha de continuar el di¨¢logo iniciado por las dos partes el pasado enero. Ambas pasan por la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, aunque con un matiz distinto. La primera opci¨®n consiste en la aceptaci¨®n por parte de Marruecos de la independencia y soberan¨ªa saharauis. Si la base elegida es ¨¦sta, lo que entonces ir¨ªamos a negociar ser¨ªa un acuerdo sobre las futuras relaciones entre los dos Estados soberanos. En este caso, el refer¨¦ndum seguir¨ªa el modelo del celebrado en Argelia en 1962 y tendr¨ªa la funci¨®n, digamos, de instrumento de ratificaci¨®n.
Si Marruecos no acepta de partida la independencia y soberan¨ªa de la RASD como base de negociadi¨®n, tendr¨ªamos entonces la segunda opci¨®n: negociar las condiciones que garanticen un verdadero refer¨¦ndum en el que el pueblo saharaui pueda expresarse con plena libertad y seguridad.
P. De las dos opciones, ?cu¨¢l tiene m¨¢s probabilidades de imponerse?
R. La elecci¨®n se la dejamos al rey. Si prefiere o elige hablar de la segunda opci¨®n, empezaremos las negociaciones sobre las condiciones en que se ha de desarrollar el refer¨¦ndum en este encuentro, negociaciones que deber¨¢n trasladar a la supervisi¨®n de la ONU. Porque no hay que olvidar que nuestros encuentros con Marruecos no tienen por objeto marginar a la ONU ni a la OUA, a quienes informamos puntualmente del desarrollo de los acontecimientos, sino a facilitar su tarea eliminando los obst¨¢culos a sus buenos oficios.
Sea cual sea la opci¨®n por la que se incline Marruecos, el refer¨¦ndum ser¨¢ organizado y supervisado por la ONU. Claro que, de llegar a un acuerdo previo sobre la independencia del S¨¢hara, la cuesti¨®n relativa a la presencia en nuestro territorio durante la consulta de los miembros de la Administraci¨®n, colonos y soldados marroqu¨ªes que actualmente se hallan estacionados all¨ª pasar¨ªa a un segundo plano. As¨ª sali¨® Francia de Argelia. Esta opci¨®n comportar¨ªa no s¨®lo el fin de una situaci¨®n conflictiva, sino tambi¨¦n una notable reducci¨®n de fuerzas y medios de la ONU y, por tanto, un importante abaratamiento de los gastos que le supondr¨¢ organizar el refer¨¦ndum. Si la base de la negociaci¨®n es esta consulta y no las relaciones futuras, entonces las tropas, la Administraci¨®n y los colonos marroqu¨ªes se convertir¨¢n para nosotros en un punto de la m¨¢s alta importancia.
P. ?No es excesivo pensar que, tras 13 a?os de guerra, Marruecos se lance sin m¨¢s a reconocer la independencia del pueblo saharaui? ?Qu¨¦ pueden ofrecerles ustedes para persuadirlo?
R. Paz ante todo; acuerdos muy ventajosos sobre el futuro de nuestras relaciones que dejen bien atados los cabos en materia de cooperaci¨®n econ¨®mica, as¨ª como nuestra disposici¨®n a comprender sus preocupaciones en materia de seguridad y defensa. Adem¨¢s, yo creo que el contexto regional favorece este camino. La construcci¨®n del Gran Magreb significa la unificaci¨®n de las energ¨ªas de sus miembros y terminar¨¢ por diluir su obsesi¨®n por las fronteras individuales para poner el acento en las del conjunto, dentro de un marco de confianza rec¨ªproca. La soluci¨®n del conflicto saharaui, por tanto, significar¨¢ que habremos ganado todos y nadie resultar¨¢ perdedor.
Resolver el conflicto
P. Sin embargo, la impresi¨®n que ha dejado esta cumbre es que la construcci¨®n del Gran Magreb est¨¢ dispuesta a avanzar sin contar con los saharauis.
R. Es cierto que el problema del S¨¢hara no fue tratado formalmente en las reuniones plenarias de la cumbre. Sin embargo, fue el tema central de encuentros bilaterales no formales, y se puede decir que las miradas de todos los participantes estaban dirigidas a Hassan II, como si impl¨ªcitamente le transmitieran al rey este mensaje: resu¨¦lvenos este conflicto para que podamos despegar definitivamente; no debes pedirnos que marchemos contigo hacia el Magreb ¨¢rabe sobre el cad¨¢ver del pueblo saharaui.
P. ?Cabe la posibilidad de que el rey se niegue a hablar sobre cualquiera de las dos opciones que ya debe conocer?
R. ?Y de qu¨¦ vamos a hablar? Si acepta el encuentro para decirnos que las puertas de la soluci¨®n a trav¨¦s del di¨¢logo est¨¢n cerradas, entonces ?para qu¨¦ nos recibe? Yo no creo que vaya por este camino; por el contrario, conf¨ªo en la continuidad de este esp¨ªritu de apertura y preocupaci¨®n por el di¨¢logo que percibimos en el curso del primer encuentro.
P. Febrero, mes de la tregua decretada por el Frente Polisario, est¨¢ a punto de finalizar. ?Volver¨¢n las hostilidades?
R. La tregua fue una iniciativa unilateral, un gesto de buena voluntad. En el encuentro de esta semana quedar¨¢ claro cu¨¢les son nuestras intenciones. Si hay un acuerdo sobre la soluci¨®n del conflicto, y ¨¦se es nuestro profundo deseo, la tregua puede transformarse en alto el fuego. En ausencia de resultados, el combate, obviamente, continuar¨¢.
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