Candela Cort

Sus sombreros son flexibles, moldeables, obedientes. Que se pueden poner de mil maneras distintas. Hechos con papel, licras y alambres. Materiales perecederos y en absoluto nobles. Candela Cort, madrile?a de 29 a?os, no ha sabido nunca tener las manos quietas, y ha creado collares con papel de fotos, colgantes de algod¨®n y medias y sombreros con hojarasca oto?al. "Siempre me han cansado las cosas que duran toda la vida". Pretende ennoblecer algo que no lo es, desmitificar la joya como una inversi¨®n. Licenciada en Bellas Artes, fot¨®grafa de publicidad y moda, Candela expone hasta el 31 de marzo en la galer¨ªa Plata Viva, en Madrid, sus ¨²ltimos ornamentos para la cabeza.

Tiene una fant¨¢stica habilidad en sus manos, ligeras, para colocarse los sombreros de una y otra manera. En su casa siempre lleva uno puesto, pero en cuanto llaman al timbre se lo quita. "No me gusta que me miren como si fuera un bicho raro".Naci¨® en Madrid en lo que ella califica de familia creativa, "Mi madre, ama de casa, es una artista en potencia". ?Por qu¨¦? "Por su forma de cocinar, de ponerse un pa?uelo o de colocar flores en un jarr¨®n. No es nada corriente". Fue, una vez acabado el colegio, durante una estancia de un a?o en el Reino Unido, cuando fue descubierta por una profesora de arte, quien la indujo a realizar todo tipo de manualidades. M¨¢s tarde, y sin saber por qu¨¦ -"a m¨ª no me gusta ni la ense?anza ni los ni?os"-, estudi¨® pedagog¨ªa durante tres a?os, hasta que se decidi¨® a entrar en bellas artes. Al poco tiempo de acabar la carrera, donde conoci¨® a su actual marido, el pintor Jaime Lorente, dej¨® la pintura y se decidi¨® por la fotograf¨ªa, campo en el que se dedica preferentemente a la publicidad -le gustan los bodegones- y a la moda. Candela Cort realiza las fotograf¨ªas a los modelos de la dise?adora ?gatha Ruiz de la Prada.En 1987 realiza en Madrid su primera exposici¨®n, bajo el t¨ªtulo de Ornamentos, en la empresa BD., recientemente galardonada con el premio nacional de dise?o. Entonces sus creaciones no estaban ni siquiera pensadas para llevar, eran adornos para cabezas de mentira. Ahora algo ha cambiado. "Est¨¢ muy bien que tus sombreros est¨¦n expuestos" -explica Candela Cort-, "pero llega un momento en que necesitas que la gente los acepte, se los ponga, que no sea s¨®lo la excentricidad de una vitrina".Candela Cort es una persona llena de contradicciones. Muchas veces le preguntan que c¨®mo con la pinta de modosita que tiene crea esos fant¨¢sticos sombreros. Ella se considera perfeccionista, seria y pesada. Y, sin embargo, da la sensaci¨®n de ser divertida, espont¨¢nea y alegre. No le gusta el baile ni el teatro, pero le encantar¨ªa hacer ornamentos para ambos. Da la sensaci¨®n de tranquilidad pero asegura que por dentro- es "supernerviosa". "La verdad que todas estas locuras son como una v¨¢lvula de escape".

Enormemente femenina, dice que con el sombrero trata de favorecer a la persona que lo utiliza. No sigue las pautas de la moda, por lo menos conscientemente, y encuentra m¨²ltiples motivos para ponerse algo, casi siempre algo transparente, sobre la cabeza. "La verdad es que con sombrero se liga un mont¨®n".