Cinaricina precisada

En 1982 descubr¨ª la posibilidad de aparici¨®n de s¨ªntomas parkinsonianos en pacientes que ven¨ªan tomando cinaricina. Este efecto secundario no hab¨ªa sido descrito previamente. Desde entonces ¨¦sta ha sido una de mis principales l¨ªneas de investigaci¨®n y he aportado los resultados de varios trabajos sobre este tema en diversas publicaciones y en reuniones cient¨ªficas nacionales e internacionales. Adem¨¢s fui consultado por varios miembros de la Direcci¨®n General de Farmacia en 1986, de la que era director general F¨¦lix Lobo, y se tom¨® la decisi¨®n de hacer constar el efecto secundario en el prospecto de la medicaci¨®n. Pienso, por tanto, que tras la lectura de los dos art¨ªculos que aparecen en EL PA?S sobre "medicamentos que provocan parkinson", es mi obligaci¨®n realizar las siguientes correcciones y puntualizaciones, que permitan a las autoridades competentes, al resto de compa?eros m¨¦dicos y al p¨²blico en general conocer mi opni¨®n al respecto:

1. La cinaricina y la flunaricina no son productos in¨²tiles (placebos). Estos f¨¢rmacos forman parte del grupo de los denominados calcioantagonistas. Una comisi¨®n de expertos consider¨® que estos productos tienen una clara acci¨®n antivertiginosa. Adem¨¢s, existe una amplia bibliograf¨ªa sobre la utilizaci¨®n eficaz de la flunaricina en la prevenci¨®n de las jaquecas o migra?as. Otras utilizaciones, entre ellas como antiepil¨¦pticos, est¨¢n en investigaci¨®n con eficacia demostrada en algunos pacientes.

2. No provocan el mal de Parkinson. La enfermedad de Parkinson es una enfermedad degenerativa progresiva, de causa no conocida. Tras la administraci¨®n de estos f¨¢rmacos existen pacientes que presentan s¨ªntomas similares a los de la enfermedad de Parkinson, pero con la gran diferencia de que son reversibles tras la supresi¨®n de la medicaci¨®n, salvo que el paciente tuviera previamente la enfermedad. Un efecto secundario que no llega a producir un da?o irreparable en un paciente no debe considerarse grave.

3. Este efecto secundario depende de la edad del paciente, siendo excepcional por debajo de los 65 a?os. Tambi¨¦n es dependiente de la dosis y del tiempo de administraci¨®n. Algunas personas, como las que tienen temblor, est¨¢n m¨¢s predispuestas a los efectos secundarios.

4. Este efecto secundario lo poseen m¨¢s de 50 productos comercializados no s¨®lo en Espa?a, sino en cualquier pa¨ªs europeo o incluso en Estados Unidos.

Adem¨¢s, la mayor¨ªa de f¨¢rmacos tiene efectos secundarios conocidos. Los m¨¦dicos sabemos perfectamente que la utilizaci¨®n de f¨¢rmacos exige conocerlos y hacer una correcta valoraci¨®n del balance entre el beneficio y el riesgo en cada enfermo en concreto.

Resulta dificil comprender la actitud agresiva hacia estos f¨¢rmacos que el doctor Laporte viene manifestando en los ¨²ltimos cuatro a?os. Comprendo que en un m¨¦dico que no tiene actividad asistencial directa y que observa la realidad a trav¨¦s del prisma de los efectos secundarios, ¨¦sta puede ser deformada de tal forma que s¨®lo ve los aspectos negativos sin poder tener acceso a los pacientes que se benefician de los mismos.

Me parece tambi¨¦n observar en todas sus publicaciones sobre este tema una actitud de protagonista, que creo que no le corresponde, y que agradecer¨ªa que corrigiera.-

. Profesor titular de Neurolog¨ªa de la universidad del Pa¨ªs Vasco. San Sebasti¨¢n